El misterio de las flores y los indígenas
El misterio de las flores y los indígenas
Descendemos un kilómetro tras otro desde Apaneca. Más hoteles, viveros, café. Seguimos sin noticias de los campesinos y las flores. Dicen que esto se llama Ruta de las Flores porque cuando florece el cafeto, las montañas se llenan de blanco. Pero hasta el momento, prácticamente, las únicas flores que hemos visto son las que el Ministerio de Turismo mandó pintar en los postes de la luz.
Llegamos a Juayua, un pueblo que tiene una réplica del Cristo Negro de Esquipulas y atrae también peregrinos. Es más bullicioso que los pueblos que están más arriba en la montaña, Ataco y Apaneca. Más real. Nos bañamos en unas cataratas cercanas al pueblo. La basura que dejó la Semana Santa está intacta. Resulta complicado caminar sin pisar un triple litro de Pepsi.
Seguimos el descenso por la sierra hasta Nahuizalco. Aquí la cercanía de la tierra caliente de Sonsonate se siente. Dicen...
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