Hacemos oídos sordos (literales) a recomendaciones o a nuevas propuestas. «Es que la música nueva no es como antes». «Es que el nuevo disco de Bohemia no tiene canciones como Peces e iguanas». «En los noventa la única banda buena fue Nirvana». Y sin darnos cuenta (pero muy conscientes de ello), ya somos como nuestros papás, para quienes no hay nada mejor que Abba, Pink Floyd y The Beatles, por ejemplo.
El gran problema es que el ímpetu de búsqueda musical, por alguna razón, muere al llegar a cierta edad, de modo que nos condenamos a nosotros mismos a no experimentar la dulce sensación de descubrir algo que nos guste y, quién quita, hasta nos cambie la vida como lo hicieron aquellas viejas canciones.
Hay estudios que revelan que, cuando una persona escucha una canción por primera vez y esta es de su agrado, en el cerebro se activa el núcleo accumbens, del cual se sabe que está asociado a la recompensa. En pocas palabras, la parte del cerebro que se activa con sexo y dinero (por mencionar dos ejemplos) ¡también se activa con la música nueva!
Quiere decir que, si no hiciéramos oídos sordos a música que nunca hemos escuchado, ya sea de este año, de hace 20 o del lustro pasado, podríamos experimentar horas y horas de placer, ya que hay millones de canciones que no hemos escuchado aún y que podrían gustarnos.
Alguien podría decir: «Qué hueva. ¿Dónde busco nueva música?». Pues, entre las muchas opciones que hay, san internet nos ofrece hoy una hermosa solución: radiooooo.com.
Radiooooo es una cápsula de tiempo musical, virtual, desarrollada por un grupo de melómanos franceses que han dedicado muchos años a reunir un impresionante catálogo de música acudiendo a blogs especializados, archivos musicales de museos de antropología y mercados de pulgas, entre otros.
Lo interesante de este catálogo es que está ordenado en un mapamundi virtual y separado por décadas (de 1900 a la actualidad), de tal forma que el usuario sediento de placer y con ímpetu de búsqueda puede seleccionar de qué país y de qué década quiere escuchar música. Habrá canciones que conozca, pero habrá otras (la mayoría) que serán nuevas para sus oídos.
Por si fuera poco, como si se tratara de una fantástica máquina del tiempo, el usuario puede tomar un taxi en el que especifica los países y las décadas que quiere visitar en un hermoso viaje de placer y descubrimiento musical.
Además, con el lema «el placer de dar y el gozo de recibir», este sitio es colaborativo, es decir, cualquiera que se suscriba puede compartir sus tesoros musicales. Y después de un proceso de curaduría, estas canciones podrían formar parte del catálogo y estar disponibles para ser descubiertas por otro usuario. Aquí voy a mencionar que aún no hay nada de música de Guatemala, por si alguien quiere compartir.
Por cierto, el núcleo accumbens también interactúa con otra área del cerebro llamada retenciones auditivas corticales, en donde se almacena información sobre la música que ya conocemos. Algo así como el soundtrack de nuestra vida. La idea, entonces, sería nutrir con más música esta parte. Y hoy podemos empezar usando recursos como Radiooooo.
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