La epistemología de la democracia es el conjunto de condiciones por medio de las cuales una sociedad puede llevar a cabo uno de sus ejercicios más importantes: la delegación de soberanía a sus funcionarios electos. La epistemología asegura, por una parte, el cumplimiento de objetivos morales compartidos y, por otra, la creación, reforma y enmienda de reglas justas que conlleven un resultado auténtico que, asimismo, les asegure a los ciudadanos que obtendrán el mejor resultado para la protección de sus derechos o al menos la elección de un candidato que respete sus derechos fundamentales. Sin moral se cae en fascismo. Sin estructura, en populismo. Espero ampliar aquí cinco argumentos sobre la epistemología de la democracia para que el lector los considere en su toma de decisiones.
Argumento democrático. Si bien la democracia es una forma de elección de gobiernos, no existe fuera de la epistemología. En concreto, la democracia es parte de una estructura constitucional con reglas que sirven para asegurar un proceso legítimo y justo y que deben conllevar el cumplimiento de objetivos morales. Las reglas existen para garantizar la equidad no solo de quienes se postulan, sino también de quienes eligen. El voto ha de ser razonado y con condiciones que logren el mayor impacto democrático. Por ello la democracia es también una forma social de rendición de cuentas. Como consecuencia, la epistemología se enriquece con reglas claras, pero también con una apertura clara de las políticas de quienes se postulan, con promesas exigibles y con un compromiso claro de proteger o perfeccionar las leyes del país, al igual que las condiciones humanas básicas de la población a la que se busca servir (o sea, la moral).
Argumento de derechos humanos. Si bien estos ocupan un espacio legal superior en nuestra Constitución, no existen en vacío o de manera reductiva. Los derechos humanos existen dentro una estructura orgánica más amplia, es decir, dentro de un plano moral, constitucional, político y de derecho. Es por ello que los derechos humanos sirven mejor dentro de una epistemología constructiva formadora. En otras palabras, sirven para iluminar aquellos aspectos legales o incluso constitucionales que son injustos. Así, iluminados por los derechos humanos, al verificar que la estructura contiene injusticias porque se opone al objeto moral de nuestra construcción constitucional, su cambio se ha de efectuar por los medios más legítimos y legales: la epistemología y su estructura.
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Argumento constitucional político. Se predica en dos supuestos: primero, la existencia de un derecho de derechos, el derecho de petición, y segundo, la decisión mayoritaria en condiciones democráticas justas, la más sabia para determinar su futuro. Sobre lo primero, todo individuo tiene derecho a exigir la protección de sus derechos individuales o a solicitar cambios dentro del sistema legal y político en que vive. En cuanto al segundo, en condiciones de democracia justa la legitimidad se basa en el voto informado y en los procesos de enmienda o reforma que representen auténticamente a la población y sus valores morales. Si existe una violación de la moral o de los derechos humanos, la estructura tiene la capacidad de repararse por sus propias vías: enmienda o reforma.
Argumento moral. La moral es el nexo entre el derecho y la política. Crea plataformas cuyos objetivos comunes se trazan para luego alcanzar la democracia. No existe una sola forma de interpretar o implementar la moral. Por ello la democracia es el medio más justo y sabio para determinar cómo hacerlo dentro de la estructura siempre. La moral también consiste en la conducta de apego a la ley presente y futura no solo de aquellos que se postulan a elección popular, sino también de todo ciudadano. Es la búsqueda de preservar la estructura: armonía, y no confrontación, negligencia en el cumplimiento de deberes o imposición de un pensamiento fascista para el cumplimiento de los objetivos morales o la reducción de derechos humanos para alcanzar aquellos.
Argumento estructural. Son las reglas del juego. Estas deben estar prescritas y ser claras. También los derechos humanos entran en su conformación. No han de ser determinativas, sino que deben tender a otorgar las condiciones que la mayoría, luego de un debate amplio, pluralista e informado, puedan consensuar a partir de objetivos morales. Estas reglas han de ser revisables con el fin de asegurar siempre los procesos para alcanzar los objetivos y la equidad de los ciudadanos y de quienes se postulan a cargos populares.
Ahora dígame: ¿conoce o ha exigido usted el plan de gobierno y las promesas de su candidato predilecto?, ¿ha mostrado este conductas fascistas o populistas? Ultimadamente, la epistemología funciona con conciencia, dialogo e información.
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