Entre los expositores invitados llegó el señor Jordi Hereu i Boher, exalcalde de la ciudad de Barcelona (2006-2011). Él nos compartió varios conceptos que les quiero traer a cuento para que nos entendamos.
El exalcalde habló de los famosos castells de Villafranca, Cataluña, que se han popularizado por toda España. Nos mostró la imagen de esos castillos humanos de hasta diez niveles de alto, formados por personas de distinto talante: gordos-flacos, mujeres-hombres, altos-bajos. Todos, cumpliendo una función indispensable. Nadie sobra, y todos, absolutamente todos, son importantes.
Nos colocó esta imagen de los castells porque quería enfatizar que las ciudades son entes vivos que se construyen con la participación de todos sus actores sociales. Los ciudadanos generan pactos o consensos sociales de lo que quieren en sus ciudades y luego exigen al Gobierno que los cumpla. El Gobierno transforma estos acuerdos en proyectos, planifica, crea la institucionalidad y proporciona el financiamiento necesario.
Insistió en que no nos olvidemos de que en estos proyectos de ciudad figuren todos los actores desde el arranque, como en los castells humanos. Digo esto porque me parece que hasta ahora el diálogo, como ya es costumbre en esta patria, solo se está dando entre dos partes: los empresarios y el Gobierno. Ellos son los jugadores estelares en el campo, mientras que los ciudadanos se quedan siempre en la banca. Lo que no se ve no existe, dijo el señor Hereu i Boher. Así que este actor tiene que aparecer en el campo de batalla.
El otro concepto sustancial que mencionó el exalcalde es la idea de transformar los legados. Legados que representan, las dejaciones del pasado en cada ciudad.
El sector empresarial propone nueve nodos de desarrollo que se convertirán en centros urbanos en un par de décadas. Ha señalado a Alta Verapaz como uno de estos motores de desarrollo urbano. Y quiero detenerme en este nodo en particular solo para analizar un poco el tema del legado.
Según el Informe Nacional de Desarrollo Humano de este año, «Alta Verapaz es el departamento con mayor número de hidroeléctricas y el segundo en potencia instalada. Sin embargo, es el departamento con menor índice de cobertura eléctrica del país, con un 43.5 %». Este legado (nefasto) hay que cambiarlo. El desarrollo no puede darles la espalda a sus ciudadanos. Una ciudad desarrollada significa que sus ciudadanos (todos, absolutamente todos) viven y se benefician de ese desarrollo.
Nos han dicho que la urbanidad viene en automático, pero que, si no la gerenciamos, solo «se trasladará la pobreza del campo a la ciudad». Nos han dicho que Guatemala tiene una oportunidad única de hacer bien las cosas porque lleva un atraso (solo el 54 % de su población vive en ciudades), lo cual le da ventaja porque puede aprender de los errores y los aciertos de los otros.
De momento yo espero dos cambios en este proceso: que se definan bien los legados que vamos a cambiar en común acuerdo con la ciudadanía y que en el castell ciudadano participen todos con igual poder de decisión desde su base.
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