Después de varios días, y posterior a mi adhesión al pronunciamiento que han reproducido mis colegas columnistas, he tenido la oportunidad de considerar algunos aspectos que, a mi juicio, presentan aspectos que es necesario analizar en la presente coyuntura. Así me permito manifestar mi apoyo al pronunciamiento abajo transcrito, al mismo tiempo que me veo obligado, en conciencia, a plantear lo que expreso en el párrafo siguiente.
No por ser común dejar de ser cierta la frase “errar es de humanos”. Y así como las relaciones que emergen de convicciones profundas no suelen romperse aun por problemas más o menos serios, sigo apreciando mi colaboración en este medio. Aunque no esté de acuerdo con la decisión del Consejo Editorial de Plaza Pública, no dejo de manifestar mi convicción de que este espacio de opinión es sumamente necesario en el ámbito guatemalteco. Y siempre consideraré que las realizaciones de Martín Rodríguez Pellecer superan los aspectos negativos de este incidente. Espero que todos aprendamos de este episodio en la vida de Plaza Pública y que esta experiencia se concretice en el fortalecimiento del compromiso por lograr una Guatemala más humana. Y es que en un país tan injusto como el nuestro hay tantas verdades incómodas que se deben decir y Plaza Pública es uno de los pocos lugares en que esto se puede hacer.
Pronunciamiento sobre la decisión de cerrar el blog
La vida (parcialmente) examinada de Oscar Pineda y Walda Salazar
Al Consejo Editorial de Plaza Pública:
Renzo Lautaro Rosal, presidente. Director de Incidencia Pública de la URL;
Ariel Rivera Irías, vicepresidente. Vicerrector Administrativo de la URL;
Martín Rodríguez Pellecer, vocal I. Director de Plaza Pública;
Carolina Escobar Sarti, vocal II. Directora Nacional de La Alianza, escritora y columnista;
Carlos Cabarrús Pellecer, SJ, vocal III. Vicerrector de Investigación de la URL.
Los abajo firmantes consideramos este incidente como expresión de las tensiones y contradicciones propias de un espacio público que busca construir democracia; una democracia que defendemos enérgicamente pues, aunque sea incipiente, ha costado muchas vidas y dolor en nuestra historia reciente. De ahí la importancia de reflexionar autocríticamente, en función de alcanzar el ideal inicial de construir “una plaza pública, para el diálogo sincero, propositivo y crítico entre ciudadanos”.
Por ello:
Es imperativo defender la libertad de expresión, como pilar que nos convocó a quienes creemos en la posibilidad de alentar un pensamiento argumentativo y transformador sobre nuestra realidad. La decisión de clausurar el blog contraviene esa libertad.
Es necesario recordar que si existen fronteras editoriales, estas deberían prevalecer en el trabajo periodístico y en los editoriales del medio, no así en las columnas de opinión, que representan un ejercicio argumentativo y alientan el pensamiento crítico sobre nuestra realidad. Recordamos también que el primer editorial establece que “los columnistas o colaboradores de Plaza Pública asumirán plenamente la responsabilidad de sus escritos y estos no representarán las visiones de este medio”. Asumimos, asimismo, la responsabilidad de no promover mensajes e ideas que inciten al odio y la violencia.
Es fundamental aclarar que quienes escribimos, opinamos y dialogamos permanentemente en este medio somos también parte del proyecto pues creemos en él y colaboramos cediendo tiempo y esfuerzo de forma ad honorem. Por ello, vemos con preocupación que se tomen unilateralmente decisiones drásticas que limiten la libertad de expresión; nuestro mínimo ético fundamental para el debate ciudadano. Esta comunidad de columnistas y lectores (as) valora el proyecto como algo mucho más importante que las disputas entre personas e instituciones, ya que su aporte para nuestra sociedad es invaluable. Es inaceptable poner en riesgo su credibilidad de esta manera.
Porque creemos en la libertad de expresión, y porque tenemos tanto una voz como un compromiso explícito por robustecer en este espacio el intercambio dialógico -tan incipiente y escaso en nuestro país- pedimos buscar un mecanismo para reparar el agravio causado con la censura del blog en cuestión.
Proponemos iniciar un diálogo en el que participemos todos a modo de definir los parámetros que han de afectar las publicaciones de los columnistas, incluyendo el espacio adecuado para discutir colectiva y no individualmente las reglas del juego que se aplicarán a las columnas en esta nueva etapa del proyecto. Este diálogo debería incluir, además, los mecanismos necesarios para transparentar los términos de la relación entre Plaza Pública y la Universidad Rafael Landívar.
Porque la democracia se construye en movimiento y sobre la marcha, estamos dispuestos a seguir reflexionando y debatiendo sobre el mejor ejercicio posible de la libertad de expresión, como andamio de nuestra democracia. Los invitamos a acompañarnos.
Columnistas
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