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Una estudiante de la escuela primaria de La Primavera del Ixcán, El Quiché, en octubre 2018. Simone Dalmasso

No basta con estudiar para conseguir una buena nota en matemática

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No basta con estudiar para conseguir una buena nota en matemática

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Cada año, el Ministerio de Educación pasa una prueba a los estudiantes de último año de todas las carreras de diversificado. Se evalúa el rendimiento en lectura y matemática. Estas dos áreas se utilizan en todo el mundo como indicadores generales de los logros de los sistemas de educación. Analizar el rendimiento educativo es una prioridad para implementar cambios y mejoras en la sociedad. En Guatemala, apenas 1 de cada 10 estudiantes aprueba matemática. Es importante conocer a qué se deben estas pocas historias de éxito.

Los datos nos indican que durante los últimos años existe una desigualdad marcada en quienes aprueban matemática. A pesar de vivir en un país heterogéneo y ecléctico, quienes aprobaron la materia cuentan con un perfil bien definido: Son estudiantes de las áreas urbanas más acomodadas. 

El desempeño entre hombres y mujeres es similar. Esto pone en evidencia que ambos tienen igual capacidad para emprender carreras que involucren matemática. Sin embargo, existen otros factores que sí juegan un papel importante. ¿Cómo es este estudiante? 

Estudia por la mañana en la capital, principalmente en las zonas 11, 13, 15 o 16, y no trabaja. Tiene 17 años, se identifica como ladino y su idioma materno es español. 

Tiene un buen historial de estudios, ya que no repitió ningún grado de primaria. Sus padres cuentan con un nivel de escolaridad de al menos secundaria y es probable que tengan estudios universitarios y de postgrado. Su familia tiene carro y su hogar lo integran de tres a cinco personas. 

En casa utiliza computadora unas cinco horas al día para realizar tareas o entretenerse. Esto se le facilita porque recibió al menos un curso formal de computación. Además, hace sus tareas con la ayuda de internet. Casi no lee periódicos, pero sí al menos un libro en el último año por diversión. 

Todos los días va en carro a su establecimiento educativo, aunque también es posible que use el bus escolar. No sufre del tráfico en las mañanas porque tarda 30 minutos o menos en llegar. En donde estudia hay computadoras y las usa por unas cinco horas al día.

Su rutina de estudio semanal tiene siete períodos de computación, de cinco a seis de matemática y cuatro o cinco de lectura. Cada uno dura entre 40 y 50 minutos. 

Su casa es un escenario particular. La construcción de su vivienda incluye piso cerámico, paredes de ladrillo o block y terraza fundida. Es de dos niveles y tiene entre tres y cinco dormitorios. La cocina, en un ambiente separado de otro espacios de la casa, está equipada con estufa, horno microondas, refrigeradora, lavadora y, en varios casos, secadora. Para entretenerse dispone de televisión y computadora con cable e internet. También hay teléfono con línea fija y al menos una persona de su familia tiene teléfono celular. Tiene equipo de sonido, reproductor de VHS o DVD y consola de juegos. No le hace falta energía eléctrica ni agua potable, cuenta con servicios sanitarios y compra agua embotellada para beber.

Desde 2017 este ha sido el perfil de quienes aprueban matemática en la evaluación de graduandos (apenas 13 de cada 100). Al compararlo con los datos demográficos y de vivienda más recientes del Censo de Población de 2018 encontramos realidades contrastantes. Por ejemplo, cuatro de cada diez personas se identifican como mayas, el promedio de escolaridad es de menos de seis años, solo la mitad de hogares tienen sanitario y más de la mitad usan leña para cocinar. Esto dista mucho del perfil de logro en matemática de los últimos tres años.

Guatemala es un país con mucha diversidad en sus habitantes. La experiencia diaria y la medición de datos demográficos, socioeconómicos y educativos nos indican que alberga muchas realidades e historias. La generación y análisis de datos nos provee una ventana clara hacia estas historias, que de otra manera pueden escaparse de nuestras perspectivas y realidades.  La historia de logro es la de solo uno de cada diez estudiantes de último año de diversificado. Difiere de los perfiles que nos componen como un país diverso. 

A esto se aúna que la matemática es fundamental para el desarrollo de la ciencia y la tecnología en un país, e individualmente, el desempeño en la materia es determinante para elegir una carrera universitaria. No resulta sorprendente que, según datos de la Usac, solamente una de cada diez personas estudia una carrera en ciencia, tecnología o matemática.

La educación de calidad no debe ser un privilegio para un grupo específico, sino que debe reflejar la diversidad cultural y socioeconómica de nuestro país. Mejorar el desempeño académico debe ser un esfuerzo multidisciplinario y multisectorial que incluya mejoras en la calidad de vida de las personas. Basta con ver el perfil de los estudiantes que aprueban matemática para descubrir que el desarrollo va mucho más allá del acceso a la educación.

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