En dicha actividad, Valerie Julliand, coordinadora residente de esta entidad, comunicó cifras que dan escalofríos: 876 mujeres murieron de forma violenta en Guatemala durante 2014, en lo que va de 2015 se han reportado 5 220 embarazos en niñas menores de 14 años y una de cada dos mujeres reporta haber sido víctima de violencia física, verbal o sexual.
Con tanta muerte (física, emocional, mental, etcétera) implícita en las cifras de violencia contra las mujeres en Guatemala, y entendiendo el feminismo (o los feminismos) como «una apuesta por la vida» (como lo decía la experta Silvia Trujillo en entrevista con radio Sónica), la campaña que lanzó recientemente la zapatería MD adquiere un grado aún más alto de insensibilidad e incluso de estupidez. Porque ya lo decía Allison Wolfe, cantante de la banda de punk rock Bratmobile: «Es estúpido alejarse del feminismo o ser antifeminista porque es como estar en contra de la mujer. Y si eres una niña o una mujer, es estar en contra de ti misma». Es decir, aparte de ser una campaña asquerosamente insensible, trivializa la mismísima naturaleza de sus consumidoras.
En la música, las mujeres han librado arduas batallas feministas, justamente en contra de tonterías como la mencionada campaña. Aquí algunos ejemplos.
La cantante de la banda Bikini Kill, Kathleen Hanna, fue iniciadora del movimiento cultural Riot Grrrl, que en los 90 fue vital para combatir el machismo que imperaba en el arte. Bandas como Bikini Kill, Heavens to Betsy y Bratmobile decidieron romper paradigmas e incluyeron en sus letras temas como la violencia doméstica, el acoso sexual, el racismo y el empoderamiento de la mujer. El mismo Kurt Cobain, cantante de Nirvana y gran amigo de Hanna, era feminista y siempre dijo que el futuro del rock les pertenecía a las mujeres. No es casualidad que en más de una ocasión se haya visto a los integrantes de Nirvana vestidos de mujer: siempre hubo un mensaje detrás.
Bikini Kill
Un poco más atrás en el tiempo, la Reina del Soul, Aretha Franklin, no solo se convirtió en una de las artistas más exitosas de todos los tiempos con más de 75 millones de discos vendidos alrededor del mundo, sino también transformó la canción Respect, original de Otis Redding, en un verdadero himno feminista. Todo esto, en una década en la que ser mujer y afroestadounidense era una lucha en sí misma.
En el mundo musical de los años 50, dominado por hombres, Wanda Jackson también rompió paradigmas. Se convirtió en la primera cantante de rock y compartió escenario como igual con Elvis Presley. En la década de los 70, Patti Smith, conocida por defender acérrimamente la libertad de elección sexual de las mujeres, demostró que el punk no era solo para hombres. Similar es el caso de Joan Jett, que alguna vez dijo haber crecido en un mundo donde las mujeres no podían tocar rock ’n’ roll. Hoy su legado a la música es enorme.
Wanda Jackson
En la música contemporánea, la cantante de pop Lorde ha remarcado la importancia de la enseñanza del feminismo en la escuela tanto a niñas como a niños. Otro ejemplo es Grimes, cantante y compositora de música indie que varias veces se ha manifestado en contra del pensamiento machista y del acoso no solo en las calles, sino también en los conciertos.
La cantante mexicana Julieta Venegas ha denunciado la falta de respuesta del Gobierno de su país ante la terrible situación de feminicidio, especialmente en Ciudad Juárez, lo mismo que Saúl Hernández, vocalista de Caifanes, quien lo ha hecho no solo a través de su música, sino también colaborando con varias organizaciones.
En Guatemala hay una fuerte corriente de arte hecho por mujeres. Específicamente en la música, la banda de fusión Naik Madera lleva años promoviendo el empoderamiento de la mujer a través del arte. Parecido a lo que hace Rebeca Lane, quien, con poderosos mensajes de empoderamiento femenino en una sociedad conservadora y machista como la nuestra, se ha convertido en un fenómeno del rap y del hip hop no sólo aquí, sino también en varios países de Centroamérica y en México.
Y por último, un caso paradigmático de la lucha feminista a través de la música es el de la banda rusa Pussy Riot, cuyos mensajes en pro de los derechos de las mujeres en aquel país ofendieron de tal forma a una sociedad regida por hombres que terminaron en la cárcel.
Pussy Riot
Son muchas las mujeres que han roto paradigmas y quemado estereotipos en la música y fuera de esta. Así lo reconoce Annie Lennox, quien dijo: «Si valoramos lo que hemos heredado de otras mujeres de forma gratuita, seguramente es un deber ético y moral para todas levantarnos y decir: yo soy feminista».
Qué diferente habría sido si los creadores de la campaña de MD hubieran querido ser irreverentes y contestatarios con un mensaje que rompiera estereotipos (como lo hicieron estas grandes de la música), y no con uno que los reforzara; que hubiera aportado a cambiar la terrible realidad, y no a trivializarla. Quizá lo que les ha hecho falta son ovarios. Quizá a todos nos han hecho falta ovarios.
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