Eso sí, desde esa “mirada feminista de la realidad” de la que no escapaba nada: la impunidad, la violencia contra la mujer, el placer, el examen de las acciones del gobierno y de muchas otras organizaciones en el país, etc.
Para laCuerda —y me disculparán esta extensa cita— “El periodismo feminista busca promover transformaciones sociales, consolidando la democracia como condición indispensable para que los derechos humanos puedan ejercerse a plenitud. En este sentido, laCuerda e...
Eso sí, desde esa “mirada feminista de la realidad” de la que no escapaba nada: la impunidad, la violencia contra la mujer, el placer, el examen de las acciones del gobierno y de muchas otras organizaciones en el país, etc.
Para laCuerda —y me disculparán esta extensa cita— “El periodismo feminista busca promover transformaciones sociales, consolidando la democracia como condición indispensable para que los derechos humanos puedan ejercerse a plenitud. En este sentido, laCuerda es un medio a través del cual se llama a la acción política de distintos movimientos, fortaleciendo la conciencia sobre asuntos que afectan a las mujeres concretamente. Se trata de un medio de comunicación alternativo, crítico, que alienta la democracia, la libertad, la paz. Es una herramienta de cambio, puesto que por este medio se convoca a participar en la vida política, a organizarse en torno a propuestas, a manifestar pareceres y compartir la creatividad y el conocimiento. Es también un medio que contribuye a pensarnos como comunidad, como país, como ciudadanía con derechos”. Es decir, lo que muchos buscamos en este país, hombres y mujeres.
Sin embargo, vivimos tiempos difíciles para el financiamiento de proyectos vinculados a la justicia, a la cultura y al humanismo en general. Y mientras vemos cómo las grandes empresas, los gobierno y muchos individuos a nivel nacional e internacional siguen enriqueciéndose de maneras bastante cuestionables, proyectos como éstos —y las vidas de los ciudadanos— corren toda clase de peligros. En este caso hablamos de la desaparición de uno de los pocos medios de comunicación social en donde sí se puede hablar, de manera honesta y real, de libertad de expresión.
Hace unos días, Juan Pensamiento inició un breve debate en Facebook acerca de quiénes, en medios virtuales como éste, además de pronunciarse discursivamente sobre tal o cual causa, pasaba del discurso a la acción. Pues bien, laCuerda lo ha venido haciendo desde hace quince años y tenemos que apoyarla para que siga haciéndolo.
Además de una subasta con producciones artísticas que se llevará a cabo a finales de marzo, donadas por diversas personas, laCuerda está vendiendo campos pagados, suscripciones individuales e institucionales y buscando la manera de sustituir el financiamiento de las agencias que —debido a sus propias crisis— retiraron su apoyo. No obstante, ésta no debería ser una tarea de las integrantes de laCuerda únicamente, sino algo en el que todos y todas las que durante estos quince años hemos colaborado, aprendido y caminado junto con esta publicación, colaboremos con todo nuestro corazón y nuestras fuerzas. Esto también, lo afirmo sin ninguna vacilación, está vinculado de manera íntima a la defensa de la libertad de expresión en Guatemala.
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