Alrededor de las ocho de la noche, los distintos telenoticieros anunciaban ese día que Enrique Peña Nieto encabezaba los comicios, a las 23:30 Felipe Calderón lo felicitaba abiertamente en cadena nacional, mientras que a las 24:00 el propio Peña Nieto agradecía al pueblo de México el haber votado por él cuando no existía ni el 10% del escrutinio rápido de votos.
El candidato que representa a la izquierda en México, Andrés Manuel López Obrador, anunció ese domingo que espera...
Alrededor de las ocho de la noche, los distintos telenoticieros anunciaban ese día que Enrique Peña Nieto encabezaba los comicios, a las 23:30 Felipe Calderón lo felicitaba abiertamente en cadena nacional, mientras que a las 24:00 el propio Peña Nieto agradecía al pueblo de México el haber votado por él cuando no existía ni el 10% del escrutinio rápido de votos.
El candidato que representa a la izquierda en México, Andrés Manuel López Obrador, anunció ese domingo que esperaría los resultados finales de la elección para aceptar los resultados de las elecciones. Sin embargo, y en vista del cúmulo de pruebas enviadas por la ciudadanía, López Obrador impugnó estas elecciones. Los conteos distritales han comenzado, pero hay evidencias de actas robadas y quemadas, compra y coacción del voto, según lo publicado en medios internacionales, redes sociales, movimiento 132 y líderes consultados.
Las televisoras y medios en general, han influenciado la decisión de los mexicanos con una descarada manipulación hacia el Partido Revolucionario Institucional (PRI). Declarando de manera prematura y descarada que Enrique Peña Nieto sería el próximo Presidente de México. Una noticia que dio la vuelta al mundo y provocó la desazón y la burla internacional, como la del diario alemán Der Spiegel que se refiere al virtual ganador como una persona “sin ningún talento político significativo” y con una preparación “intelectualmente débil” que obtuvo apoyo de la mayor fuerza simbólica: Televisa.
Miles de personas se han manifestado desde ese mismo domingo tanto en la sede del Instituto Federal Electoral como en marchas estudiantiles y ciudadanas por todo el territorio nacional. Paradójicamente han sido los medios electrónicos y las redes sociales los únicos mecanismos de contención a la precaria y sesgada comunicación en la que se han visto envueltas estas elecciones.
El descaro total de compra de votos ha sido evidente, monederos electrónicos fueron entregados en el Estado de México y el Distrito Federal a gente de escasos recursos que por 100, 500 o 700 pesos vendieron su voto para obtener a cambio una mínima despensa; hace dos días se arrebatan los insumos básicos en el supermercado Soriana, tienda designada para realizar el canje. Fotografiar el voto fue pues, arma de doble filo, por un lado salvaguardaba y por otro demostraba que a esa persona podían depositársele los dineros en la famosa tarjetita.
El pueblo está triste, defraudado y expectante. El movimiento YoSoy132 ha fungido como conciencia de un México confundido, que lee y escucha los mensajes oficialistas y vive el opuesto. Valientes, guerreros y agotados los movimientos civiles hacen su parte. Estos comicios parecen estar perfectamente maquilados, las instituciones gubernamentales hacen caso omiso a las denuncias y siguen festejando, haciendo gala de este fraude especializado.
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