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Karin Herrera, candidata a la vicepresidencia por el Movimiento Semilla

Karin Herrera: «Del papel que yo desempeñe va a depender la participación de otras mujeres»

«Semilla quiere bienestar social, desarrollo integral, a través de ejercer la  política con ética, pensando en que no es posible seguir como estamos.»
«Se van a revisar las bases de datos de los beneficiarios de los programas sociales para que la ayuda llegue a las personas que la necesitan.»
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Karin Herrera: «Del papel que yo desempeñe va a depender la participación de otras mujeres»

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La candidata a la vicepresidencia por el partido Semilla se sentía acorralada ante la situación que vivió la Usac en 2022 con la elección anómala del rector Walter Mazariegos. Era parte del Consejo Superior Universitario, en representación del gremio de farmacéuticos y químicos que había desconocido la elección, cuando le llegó la propuesta para ser candidata a vicepresidenta.

Es química bióloga, tiene una maestría en Estudios Ambientales y un doctorado en Ciencia Política con énfasis en Sociología. Ha sido catedrática e investigadora de la Universidad de San Carlos (USAC) y, durante su carrera, representó a la universidad en instancias del Organismo Ejecutivo. Asegura que tiene una visión del Estado y que su experiencia en la política universitaria fue el preludio y el impulso para su participación como candidata a la vicepresidencia con el Movimiento Semilla. 

Tiene un tono de voz suave y su expresión es calmada. Es madre de dos hijos que, lamenta, no pudieron encontrar en la universidad pública una oportunidad de desarrollo. Si llega a convertirse en vicepresidenta, tendrá a su cargo la administración de los gabinetes de desarrollo social y económico, así como los consejos y comisiones de seguridad alimentaria, viviendas, drogas y transparencia de industrias extractivas. 

En esta conversación explica su involucramiento en la política y su posición ante temas que nutren la conflictividad en el país: la explotación de los recursos naturales y el desarrollo social.

Usted ha sido docente e investigadora. ¿En qué momento decide participar en política? 

Fue en el 2015, cuando veo entrar esas columnas del movimiento estudiantil, escucho las consignas y al pueblo guatemalteco muy emocionado (ese año las investigaciones de la Cicig señalaron la cooptación del Estado y renunciaron a la presidencia Otto Pérez Molina y Roxana Baldetti) y creímos la posibilidad de una nueva democracia. Gané la elección como representante del Colegio de Farmacéuticos y Químicos ante el Consejo Superior Universitario de la Usac y ahí tuvimos un momento histórico con la recuperación del proceso electoral para la AEU (Asociación de Estudiantes Universitarios) que tenía 17 años sin elecciones. Después, participé en política gremial y fui electa vocal de la Asociación de Químicos y Biólogos de Guatemala, en donde también fui presidenta. Luego, fui vicepresidenta del Colegio de Farmacéuticos y Químicos de Guatemala y, en ese tiempo, se realiza la elección para rector, pero el cuerpo electoral del colegio no fue acreditado para participar en la elección (en donde Walter Mazariegos fue electo rector, sin la participación de los otros aspirantes al cargo, ni de todos los cuerpos electores). 

¿Qué reflexiones o aprendizajes le dejó esa experiencia? 

Que es importante articular con otros sectores para conseguir, desde las minorías, grandes resultados. Para realizar la convocatoria a elección de la AEU, cinco miembros del Consejo Superior Universitario escribimos un correo solicitando una sesión extraordinaria y llevamos ese correo impreso un día en el que coincidimos con otros 15 o 19 miembros del Consejo que estuvieron dispuestos a firmar.  Esa asamblea extraordinaria se llevó a cabo mientras el movimiento estudiantil estaba afuera pidiendo lo mismo. Esta experiencia me dejó la conciencia de que, desde un pequeño grupo, es posible construir y que para lograr un objetivo en común debemos centrarnos, no en las diferencias, sino en lo que en ese momento queremos lograr. 

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¿Cómo fue ese paso de la política universitaria al partido Movimiento Semilla? 

Cuando no nos dejaron participar en estos cuerpos electorales (para la elección del rector de la Usac) que fueron legítimamente electos en el 2022, había una sensación de frustración y cierta persecución e intimidación. A finales de septiembre, el diputado Román Castellanos me invita a un café en la zona 1 y pensé que hablaríamos de la crisis en la Usac. Y fue así, pero también me preguntó si quería participar en un proceso de selección de candidatos a la vicepresidencia. Me dijo que habría otras mujeres, que no me garantizaba nada. En ese momento yo me sentía como en una caja cerrada, en la que uno no encuentra por dónde salir frente a la situación en la USAC y pensé que esa podría ser una salida. Participé y me confirmaron el 14 de enero de este año. 

¿Qué sabía de Semilla en ese momento? 

Había visto las propuestas como la Ley Angelina (para impedir las medidas sustitutivas a los agresores sexuales de niñas), la de las farmacias públicas para bajar el costo de los medicamentos, la propuesta del internet gratuito en las escuelas. Previo a todo eso, yo había participado en unas mesas de discusión que convocó la diputada Lucrecia Hernández Mack para hablar de la ley de Atención Integral contra el cáncer. Como familiar de una persona con cáncer, expuse sobre la importancia de que los niños tengan un seguimiento especial en sus estudios cuando están sometidos a tratamiento. Recuerdo que lo anotaron y hubo un seguimiento a través del correo. Me gustó que mi voz como ciudadana fuera tomada en cuenta. Este es el primer partido político que me inspira confianza. 

¿Cómo conoció a Bernardo Arévalo? 

Tenemos un amigo en común que es filósofo y que vive en Canadá. Previo a la pandemia y la crisis en la Usac, me sugirió armar una cátedra Arevalista para conocer la obra del expresidente Juan José Arévalo. Le escribí a Bernardo  y él estuvo de acuerdo con la idea, pero luego vino la pandemia y ya no sucedió. Luego lo vi en la segunda entrevista que tuve para el puesto de vicepresidenta.

¿Cómo fue esa entrevista? 

Fue muy amable, muy cordial. Se notaba que era muy diplomático, muy abierto a las propuestas y muy claro también. Me dijo que era un proceso de selección, que estaban participando otras mujeres. Estuvo dispuesto a resolver dudas, me escuchó. Se mostró afable, abierto y dispuesto a conocerme y a que yo lo conociera. 

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De ganar la segunda vuelta, usted sería la segunda mujer vicepresidenta del país. La primera en ocupar el puesto no es un buen referente para la historia. 

Creo que el papel de la vicepresidencia no depende tanto de si es hombre o si es mujer, creo que los valores y principios están en las personas. Lamentablemente, sucedió esto (con Roxana Baldetti, sentenciada por corrupción) en una primera experiencia.  Para mí representa un gran compromiso porque, tras de mí, vendrán otras mujeres y del papel que yo haga posiblemente va a depender su participación. Yo sé que tuve la posibilidad de formarme en el colegio Belga, tuve la oportunidad de estudiar en la Universidad de San Carlos y eso es lo que yo pretendo dejar visible, esa conciencia social que viví en el Belga, esos valores que viví en mi casa con mi mamá, ese «Id y enseñad a todos» que me enseñaron en la San Carlos. 

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¿Cómo reciben en su entorno familiar su participación y lo que sucede con el proceso electoral? 

Bueno, yo soy mamá de dos jóvenes universitarios. Los dos están muy entusiasmados, me apoyan bastante. Mi mamá es una señora de la tercera edad que está bastante entusiasmada. Mi centro ha sido mi familia. Para mí son muy importantes y  esta decisión (de participar) fue también pensando en ellos. Pienso cuando mis hijos me dijeron que no quieren estudiar en el país, cuando yo les pido que hagan el examen en la universidad pública y me dicen ‘pero mira cómo estás tú y todas las adversidades que enfrentas’. Entonces me doy cuenta que si para ellos no hay oportunidades o no ven un país posible, ¿cómo será para el resto que no ha tenido las oportunidades que ellos han tenido?

¿Qué es lo que el Movimiento Semilla puede aportar al país?

De forma sintética puedo decir que Semilla quiere bienestar social, desarrollo integral, a través de ejercer la  política con ética, pensando en que no es posible seguir como estamos, sino que tenemos que cambiar el rumbo hacia un futuro mejor para la mayoría. Tenemos un país muy destruido, con una dignidad muy pisoteada y el que no haya acceso a la educación, ni a la salud, ha permitido que muy fácilmente se pueda manipular a la población y que la población no pueda pensar en aquellas necesidades básicas que debe tener cubiertas. Sobre todo, Semilla ofrece honestidad y que el funcionario público va a estar para servir. 

El plan de gobierno se basa en 10 semillas o propuestas, pero veo que muchos de esos programas son a largo plazo, como la reforma educativa. ¿Hay metas para ejecutar a más corto plazo? 

Cuatro años no es mucho tiempo. En el plan se habla de aumentar la cantidad de estudiantes, del remozamiento para mejorar la infraestructura de las aulas, de construir ocho institutos a nivel nacional, de las becas para que los niños y jóvenes permanezcan dentro del sistema educativo y puedan avanzar a la universidad. También de los programas de capacitación para los emprendimientos que ayudarán también a las mujeres que se quedan solas (como jefas) en sus hogares. Tenemos la propuesta de 50 clínicas para atención especial. Se van a revisar las bases de datos de los beneficiarios de los programas sociales para que la ayuda llegue a las personas que la necesitan. Hay planes de créditos fáciles de pagar y la construcción de un metro (sistema de transporte desde San Cristóbal hasta el Obelisco). Bernardo dice que ya tenemos que iniciar las pláticas porque ese metro tiene que ser inaugurado en el último año de gobierno. Nos merecemos un sistema de transporte digno. 

¿Qué políticas ofrece Semilla para el desarrollo y la protección a las mujeres? 

En la agenda legislativa, Semilla tiene varias propuestas que esperamos que estas mayorías en el Congreso sean congruentes con sus ofrecimientos durante la primera vuelta de campaña y las apoyen. Hay iniciativas que van en pro de la mejora económica de las mujeres, para atender los problemas de violencia, para la equidad en el trabajo, para hacer más digno el salario que se recibe al momento de acceder a un empleo, para proteger a las niñas que han sido violentadas. Además, desde la vicepresidencia, un compromiso muy importante a través de las secretarías, como la SVET (Secretaría contra la Violencia Sexual, Explotación y Trata de Personas), porque hay muchas necesidades que han sido expresadas y no han sido atendidas durante varios años. 

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¿Qué ofrecen para combatir la corrupción en las instituciones?

Hemos pensado en digitalizar muchos de los trámites (para evitar el contacto de los funcionarios con empresas), mecanizar las gestiones para ir cortando las vías de posibilidad de corrupción. También está el compromiso de los funcionarios que van a formar parte de un gobierno Semilla, que tienen que servir con ética. La Cicig nos dejó muchas lecciones aprendidas pero, a diferencia de lo que sucedía en 2017-2018, ahora necesitamos recuperar el sistema de justicia. Necesitamos recuperar la confianza y que se lleven a cabo las elecciones que han estado paradas durante tantos años (de los magistrados de las cortes de justicia). 

Usted tendrá a su cargo el seguimiento a la Seguridad Alimentaria. ¿Cuál es la visión para luchar contra la desnutrición?

La desnutrición es un problema de desarrollo y, seguramente, no vamos a llegar a cero de la noche a la mañana, se requiere un compromiso de varios periodos para que no siga aumentando. Requiere empleo, para que llegue dinero a las casas para comprar la comida y que haya menos hambre en los hogares. Requiere agua para consumo humano y el Plan de Gobierno propone generar empleo y llevar agua potable a las comunidades que todavía no la tienen. Actualmente, el acceso al agua está cerca del 85% y queremos llevarlo cerca de un 92 o 93%. En un siguiente periodo de gobierno, que esperamos pudiera ser también de Semilla, llegar a ese 100% tan anhelado. 

Hemos escuchado propuestas de que la lucha contra el narcotráfico tiene que tener la variante de la legalización de la marihuana. ¿Es viable despenalizar algún tipo de droga? 

Es una propuesta, no se va a imponer nada, todo va a ser una construcción conjunta. Uno de los principios de Semilla es la democracia, la participación de todos, la pluralidad, que nadie quede excluido y la igualdad. 

En su opinión personal, ¿es posible que el país se desarrolle a partir de la explotación de los recursos naturales? 

El país tiene oportunidades en otras instancias. Tenemos el ecoturismo como una posibilidad, que es a lo que le apostó Costa Rica, pero tenemos que entrarle a la implementación de las plantas de tratamiento (de aguas residuales). 
Es que se ha postergado muchas veces la entrada en vigencia de la norma para el tratamiento de aguas

Es algo que ya se debió haber gestionado a través de los Consejos Municipales de Desarrollo. Con voluntad política, esto se pudo realizar. No todo el mundo tiene conciencia de lo que arrastra un cuerpo de agua y toda la población debe tener acceso a educación ambiental. 
*Plaza Pública ha buscado entrevistas con los integrantes de los dos binomios en contienda. Esta fue  concedida el 12 de julio, cuando el Tribunal Supremo Electoral no había oficializado a los partidos para la segunda vuelta, el 20 de agosto.

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