Empiezo estas líneas a ese ritmo, para recordar que la semana pasada Metallica presentó su último disco, 72 Seasons. Y que fui al cine, acompañado por mi esposa, una fiel fan de otros sonidos diferentes al metal, para ver la premier del álbum.
Metallica presenta su último trabajo cómo un retorno a la esencia de su sonido, con un viaje de regreso a los años 80,...
Empiezo estas líneas a ese ritmo, para recordar que la semana pasada Metallica presentó su último disco, 72 Seasons. Y que fui al cine, acompañado por mi esposa, una fiel fan de otros sonidos diferentes al metal, para ver la premier del álbum.
Metallica presenta su último trabajo cómo un retorno a la esencia de su sonido, con un viaje de regreso a los años 80, en lo cual llevan razón, pero este álbum es al mismo tiempo un reflejo de las más de cinco décadas que acumulan en el cuerpo sus integrantes.
El ritmo delirante de Lux Aeterna, (full speed or nothing!, dice la lírica), es la carta de presentación de un álbum que no carece de intensidad, poderosos riffs y líricas que proyectan furia. La película de presentación del álbum, así como los vídeos de cada canción, juegan con el concepto de luz y sombras que domina la experiencia reciente de sus miembros.
Hace unos meses, James Hetfield se quebró emocionalmente durante un concierto, y esas imágenes, de un hombre en lágrimas se pueden considerar como el preámbulo de lo que vemos reflejado en el undécimo álbum de estudio de esta banda. Su paso reciente por una rehabilitación para superar sus adicciones marca definitivamente cada una de las canciones del álbum (tempation, temptation! repite el estribillo de If Darkness has a son. De la misma forma, durante la película Hetfield no pierde la oportunidad de hacer referencia a su apetito por salir de gira y tener la oportunidad de interpretar cada canción en vivo. Simples ganas de vivir y disfrutar su oficio.
Alexis Petridis, en The Guardian realiza un extenso recorrido sobre los diversos temas incluidos en el disco, destacando que Too Far Gone? Se inscribe en los principios de los Alcohólicos Anónimos de ir un día a la vez, muy en sintonía con la post rehabilitación de Hetdfield. Petridis, recuerda que, como un no fan de Metallica, es difícil convencerle de grandeza de la banda, y recuerda que este regreso a los orígenes, omite algunos capítulos importantes en la historia de quienes pretenden haber reivindicado la pureza del metal en las épocas de los cabellos llenos de spray del glam rock.
Mientras tanto, en mi butaca en el cine, escucho a Rob Trujillo hablar de sus influencias en cada canción. La imagen casi dulce de un tipo que siempre considere un duro me sorprende cuando se encoge sobre un sofá para hablar de bosques míticos en Inglaterra y canciones para surf. Al mismo tiempo miro a mi esposa hacer headbanging al ritmo de You must Burn! , y pienso que por un momento el mundo sí que está en orden.
Para terminar estas líneas, envío un mensaje de WhatssApp a un amigo con un vínculo a Inamorata, la última canción del disco. A diferencia de Petridis, él sí es un fan convencido de la banda, al cual hay que advertirle que pese al título de la canción, la música merece la pena ser escuchada…
Más de este autor