Andrea Angrum.
Directora del sitio del Voyager y Sres. de la NASA
Su Despacho
Estimada Sra. Angrum:
Antes que nada, quería felicitarles por haber enviado a la sonda Curiosity con éxito a nuestro vecino planeta de Marte. Supongo que no debe de ser una cuestión sencilla de hacer, después de todo hay que hacer números y tener en cuenta varias cosas antes de meterse uno a fabricar cohetes y vehículos exploradores que vayan a otros planetas.
Espero que cuando esta carta llegue a sus manos ya hayan recuperado la sobriedad después de los inevitables festejos que me imagino siguieron el momento del exitoso amartizaje . ¿Se dice “amartizaje”? Ustedes sabrán mejor de eso. Le agradecería si me pudiera aclarar esa primera duda en su carta de respuesta.
Me gustaron las fotos panorámicas que sacaron de la superficie de Marte. Se parecen mucho a unas que tomamos con mi novia cuando fuimos de vacaciones al Cañón del Colorado. Obviamente, las mías son más bonitas. ¿Han ido ustedes al Cañón? ¡Es bonito!, ¿verdad?
Pero en honor a la verdad reconozco que las fotos de ustedes tienen más mérito, aun con que les faltan pedazos de la imagen y todo, porque es más lejos Marte que el Cañón. Y eso que el día que manejé 10 horas para llegar hasta el Parque Nacional del Gran Cañón se me hizo como si estuviera tan distante como el planeta rojo.
Hechos los saludos de rigor, paso a lo importante de mi carta. Unos amigos y yo hemos encontrado con muchísima pena que hay al menos dos gravísimos errores en el disco que enviaron a bordo del Voyager.
Todo comenzó cuando mi amigo descubrió que ustedes, junto con Carl Sagan y otro montón de gente muy inteligente habían recopilado una serie de imágenes y sonidos característicos de la humanidad y los habían puesto a bordo de la sonda espacial Voyager.
A mí, en lo particular, me conmovió hasta las lágrimas cuando vi la fotografía de un hombre sonriente con el pie de foto que decía “Man From Guatemala“. Es un muchacho de unos 25 años, con la frente perlada de sudor y una sonrisa franca y sincera. Tiene un machete en una mano y una vara en la otra. No sé por qué desde que lo vi se me hizo como un Moisés tropical y posmoderno.
Este amigo que le refiero es un joven vivaracho y curioso por naturaleza y se propuso encontrar al Man de Guatemala. Mi amigo es fiscal y supongo que esa curiosidad que lo ha llevado a experimentar con este y con aquel, con esto y con aquello, con esta y con aquella, también le sirve para su trabajo de investigador. Pero divago…
El punto es que mi amigo y otro amigo suyo que es astrólogo en Mexico, se dieron a la tarea de buscar al señor este, a ver si vivía aún, a ver si tenía alguna opinión de que ustedes hayan enviado su imagen a bordo de una nave espacial a miles de millones de kilómetros (los kilómetros son como las millas pero más cortos) de la Tierra y si quería reclamar algunos derechos por su imagen. Mi amigo es abogado, fue idea de él lo de sugerirle al Man de Guatemala que cobrara derechos. Ya saben ustedes como se ponen de feas las cosas cuando se meten los abogados.
En fin, total que como ellos no avanzaban, yo me puse a investigar también y descubrí que el Man no es de Guatemala. ¡Es de Nicaragua! La foto se la tomó un fotógrafo japonés que trabajaba para la ONU allá por los 70´s.
Yo nunca tuve nada en contra de Don Carl Sagan. A pesar de los suéteres de poliéster con cuello de tortuga y esa sonrisa forzada (¿se ha dado cuenta de cómo en los 70´s la gente tenía dientes como más reales y ahora todos los que salen en la T.V. tienen dentaduras perfectas?), a pesar de eso y de lo feo del decorado del programa Cosmos, yo siempre le tuve fe al Sr. Sagan.
Pero, no sé, desde que descubrimos este error, ya no es lo mismo. ¿Sabe? Es como cuando uno descubre que su pareja le revisa la billetera cuando cree que uno está dormido y saca dinero para comprar lotería. Ya las cosas después no vuelven a ser iguales.
Y a partir de allí lanzamos un llamado de alerta por todo Guatemala –en realidad fue en Facebook, y casi nadie en Guatemala tiene internet–, para ver si los guatemaltecos podían encontrar más errores en las fotos. Entre las múltiples respuestas hay una a la que debemos dar algún crédito. Las otras son interesantes, pero nos resultaron un tanto descabelladas. Como verá, tiendo a divagar….
Nos informaron que hay una que ustedes identificaron como Niñas de los Andes, que en realidad son niñas de Guatemala.
En ningún momento hemos pensado que ustedes o el Sr. Sagan tuvieron una voluntad de confundir a la opinión pública mundial e interestelar. Menos aún de ofender al orgulloso pueblo guatemalteco, cuna del quetzal, de los tamales envueltos en hoja de Maxán, del chipi-chipi cobanero y de Erick Barrondo. ¿No sabe quién es Barrondo? Acá le dejo el link, dígame si no es como para que se le pongan los pelos de punta viéndolo como deja atrás al ruso.
Fue un orgullo que ganara la medalla de plata, pero además que dejara atrás al ruso y al chino. En Guatemala hemos tenido desconfianza de los chinos y de los rusos, supongo que debe ser algún recuerdo de la guerra fría.
La cosa es que estaba gestándose un movimiento nacional para exigir que se corrigieran esos errores de la NASA, pero cuando Barrondo ganó la medalla, como que perdió fuerza la idea.
Eso nos da tiempo a ustedes y nosotros para ver qué se puede hacer. De alguna forma tenemos que arreglar esa equivocación.
Yo no entiendo mucho de cohetes y cosas así. Pero sí me imagino que es un poco tarde para mandar a traer al Voyager y aprovechar a corregir ese y otros errores que puedan tener, ¿no? Otra sería comprometerse a que cuando se desarrolle la tecnología necesaria, hacer esta corrección esté entre la lista de las 10 principales prioridades de la NASA. Yo creo que eso tendría contentos a los guatemaltecos.
Se me ocurren otras más difíciles como, encontrar al Man de Guatemala y sacarle pasaporte guatemalteco para que ya no sea nicaragüense y quede corregido el error. Lo mismo se podría hacer con las niñas de la otra foto.
No sé… ¿Que nos sugieren?
La pelota está en su cancha pero el tiempo se agota….
Atentamente,
Juan Carlos Llorca
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