Introducción
Cortina musical. Se congela imagen y entra el título:
Casos de la vida real
Fin de cortina musical.
Escena 1
Varias tomas del presidente de la república, la vicepresidenta de la república y el ministro de Economía en sus labores diarias, en reuniones, etc. Sobre estas se impone voz en off:
—El Gobierno de Guatemala prepara su primera cruzada para cumplir su principal objetivo en materia económica: generar el ambiente necesario para la atracción de inversión extranjera. Se encomienda al Ministerio de Economía, cuyo jefe es un representante del sector económico, que implemente la estrategia y que, conjuntamente con el comisionado de Competitividad, se encargue de dar cumplimiento a tan noble labor. Lo que nadie sospecha es que este sería un caso más de negocios fraudulentos y corruptos.
Escena 2
En reunión con sus más cercanos colaboradores, un ministro de Economía sonriente y complacido comenta:
—Pilas. Tenemos luz verde. Para mañana —dice mientras somata el escritorio con el índice derecho— quiero todo el listado de ferias de empleos de Estados Unidos, Europa y Asia. ¡Las quiero todas! —agrega ahora en tono enérgico—. Que no se pase una. El presidente me encomendó que invitemos a empresas a invertir en el país. Tenemos que cumplir con la orden como sea —concluye esbozando una sonrisa de pícara complacencia—.
Uno de los colaboradores, con tono un poco temeroso, pregunta:
—¿En qué sectores hay que invertir?
El ministro deja de sonreír y calla por unos segundos. Finalmente aclara:
—En todos, pero voy a averiguar bien y les confirmo.
Escena 3
El ministro se aleja de la mesa y hace una llamada por celular en voz baja. Después de una corta conversación regresa a la mesa.
—Lo que salga —responde a sus colaboradores—. Todo es importante para la Presidencia, especialmente aquellas áreas que pueden mejorar los servicios deficientes que presta el Estado.
El ministro vuelve a sonreír y expresa claramente:
—Si vienen empresas extranjeras, nuestros amigos y socios también están dispuestos a invertir. Ya me lo confirmaron en el almuerzo del club industrial la semana pasada: dicen que sí le entran. Urge este tipo de negocios.
Escena 4
El ministro va en su camioneta. Lo acompaña su asistente. El primero va revisando su celular y el otro una carpeta de pendientes. El asistente comenta:
—Ya están listas las citas con las empresas. Solo avísele al presidente de los días que estará afuera para dejar arreglado todo.
—Perfecto —responde el ministro, quien luego lo ve por encima de los lentes y le da una orden—. Llamá a la vice y al Juanca para que compren sus boletos, y que se vengan. No hay pretextos para no ir. Es una orden presidencial y a todos nos conviene.
—Alguien más que lo acompañe —sugiere el asistente mientras busca en el celular el contacto de Juanca—. Algún asesor jurídico.
—No, nada que ver —contesta el ministro—. Cualquier cosa, nosotros llamamos a unos amigos abogados —añade a la vez que guarda el celular—. Esos sí son pilas. Hasta han sido magistrados de la corte. Además, sus bufetes son de los más reconocidos. En ellos sí confiamos.
Escena 5
Se desarrolla en una sala de reuniones muy elegante, que puede ser de una empresa o de un hotel de lujo en una metrópoli extranjera. En la mesa están los funcionarios guatemaltecos y cinco empresarios.
—Buenas noches y bienvenidos —dice el anfitrión mientras ve al ministro.
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La postura del empresario evidencia tranquilidad y sobre todo poder. Da en la silla en un giro de 180 grados, a manera de una foto panorámica, para controlar visualmente el entorno.
—Muchas gracias —responde el funcionario, quien inmediatamente se incorpora—. Y muchas gracias por recibirnos con tanta premura. Esta reunión tiene como objetivo presentarles a ustedes la oportunidad de que inviertan en nuestro país.
Los acompañantes del ministro están callados y solo se dedican a observar y ver con disimulo sus celulares y tablets.
—De verdad, parte de haber apresurado esta reunión —añade el empresario— es que nosotros estamos haciendo un reconocimiento de posibles negocios en otros países. Y quisiéramos saber por qué debemos invertir en Guatemala.
De inmediato el ministro comienza con su exposición. Sus ademanes denotan mucha tranquilidad y dominio del tema. No obstante, la atención del empresario está en otras cosas, pues este discurso lo ha escuchado en varias oportunidades con funcionarios de otros países. Está a la espera de la información más importante: cómo invertir sorteando algunos obstáculos que normalmente piden en todo país.
—Pues muchas gracias —dice el empresario—. Me siento honrado por la invitación —continúa diciendo, pero ahora cambiando su gesto de seriedad por una sutil sonrisa—, pero cuénteme: qué me ofrecen además de todas las formalidades que ya mencionó. Ustedes saben que iniciar negocios en un país con los problemas de Guatemala implica inversiones muy fuertes, que muchas veces no se está en posibilidades de enfrentar. A menos —agrega el empresario en tono sarcástico— que hubiera formas de arrancar el negocio sin tantas trabas.
—Fíjese —le contesta el ministro para cortarse y callar por unos segundos—… que allá hay muchas posibilidades. Y ciertamente hay unos problemas, pero esos asuntos se pueden arreglar —concluye moviendo la mano para dar a entender que esas cosas no merecen mayor atención—…
—¿Puede ser un poco más específico? —interrumpe el empresario poniendo juntas las manos para poner atención.
El ministro se incorpora y cierra su tablet. Ya en una posición como de confianza, le dice directamente:
—Le ofrecemos una considerable reducción de impuestos. Tenemos de nuestro lado a una gran mayoría en el Congreso. Pero, eso sí, se requiere de más apoyo. Le pediríamos a usted una pequeña ayuda. Usted sabe. En esto todos tenemos que colaborar —le hace ver frotando los dedos índice y pulgar—. Por otro lado, cualquier problema de tipo fiscal está completamente arreglado. La entidad encargada —se refiere a la SAT— ya está solucionando esos inconvenientes.
—Pero los problemas judiciales siempre son largos y el nivel de incertidumbre en las cortes es muy alto —refuta el empresario.
—En ese aspecto —lo calma el funcionario guatemalteco— no hay problema. Tenemos suficientes aliados. Además, contamos con un staff de abogados que los pueden asesorar. Pero no se preocupe —dice ahora en tono de confianza— porque, además, hay empresas que pueden ayudarlos a prestar servicios de relaciones públicas y de manejo de crisis. Tenemos muchos amigos que escriben en medios de comunicación que nos pueden ayudar a crear una imagen a su favor. Usted, tranquilo.
Mientras el ministro dice todo lo anterior, el empresario le hace señas a un mesero, quien de inmediato aparece con una bandeja llena de vasos y sirve a todos los participantes.
—Claro que sí —responde inmediatamente el empresario al tiempo que se acomoda en la silla, se echa para atrás y mueve la cabeza en señal de que asiente a lo que acaba de escuchar—. Así sí me parece que Guatemala es un buen lugar para invertir.
El empresario se pone de pie y dice:
—Agradezco mucho su visita. Nos comunicaremos muy pronto.
El empresario levanta su whisky y responde:
—¡Salud!
Escena 6
Los funcionarios conversan en el elevador.
—Oíme —le dice Juanca al ministro—: te pelaste con lo que le dijiste.
—Pues sí —se justifica el ministro al tiempo que se suelta el nudo de la corbata—, pero así es el sistema. Y mejor que sepa las cosas desde ya. Porque acordate de que, para empezar, tienen que hablar con el presi y la vice, y allí le van a quitar hasta el modo de andar. Esos no se andan con pajas para sacar raja. Desde que llegaron andan puros chuchos.
El elevador se abre y la cámara se queda adentro. Se ve a los funcionarios alejándose y platicando sonrientes.
Escena 7
Toma a los funcionarios cortando la cinta de inauguración de la nueva empresa. Suave cortina musical de fondo. Voz en off:
—Pasados los años, la empresa comenzó a funcionar. No obstante, la suerte no la acompañó por mucho tiempo. El presidente y la vicepresidenta guardan prisión, pues han sido procesados por actos de corrupción. Los funcionarios de la empresa están enfrentando un proceso por varios delitos. Mientras tanto, los únicos que están libres son los funcionarios que sirvieron como mensajeros, quienes a pesar del señalamiento público siguen defendiendo este tipo de inversiones, pues aseguran que es lo mejor que le puede pasar al país. Como vemos —dice la voz en un tono de conformismo—, en Guatemala siguen dándose estas acciones en las que se utiliza el Estado como piñata…
Se incrementa el sonido de la cortina musical. En un tono más esperanzador, voz en off concluye:
—Pero esperamos que las cosas comiencen a cambiar ya.
Cierre
Cortina musical. Se congela imagen y entra título:
Casos de la vida real
Fin de la cortina musical. Sobre pantalla negra se posicionan los créditos:
«Obra de ficción. Todos los derechos reservados. Guatemala, MMXVI».
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