Desarrollo no sostenible

Se debe recordar que la idea de desarrollo sostenible es que la satisfacción de las necesidades de la generación actual no limite la satisfacción de necesidades de generaciones futuras.

Europa muestra al mundo un ejemplo  de modelo de fracaso en materia de desarrollo sostenible, en lo económico y social. La generación europea actual, con tasas de desempleo juvenil de casi 50%, está lejos de llegar a disfrutar el nivel de bienestar laboral, económico y de protección social que gozó la generación de la postguerra. Hay que recordar que en algunos países europeos, como Grecia, España e Italia, parte del nivel de bienestar obtenido por dicha generación se financió con deuda pública. En este sentido, puede decirse que la satisfacción de las necesidades y bienestar de esa generación se hizo a costa de la generación actual, por tanto, puede hablarse de desarrollo no sostenible. A diferencia de los jóvenes de la postguerra, los jóvenes actuales no cuentan con presente promisorio y, en la actualidad, su futuro tampoco lo es.

La política de endeudamiento público que se ha tenido desde 2009 ha aumentado el nivel de deuda pública respecto a los ingresos fiscales, un indicador en el manejo de deuda de los países. Dicho indicador subió de 181% en 2008 a 226% en 2009, nivel próximo al que se mantuvo hasta 2013, aumentando a 237% en 2014 y a 242% con el endeudamiento proyectado para 2015.  El parámetro límite recomendado para dicho indicador por el Fondo Monetario Internacional y la Unión Europea para los países es de 250%.  En consecuencia, el indicador ya se ubica próximo al límite, conforme a las proyecciones de recaudación tributaria, pero puede ser mayor si los ingresos tributarios evidencian débil crecimiento. 

El pago de intereses de la deuda pública a 2012 representó 12.3% del total de ingresos fiscales, cifra mayor a la de 8% registrada en 2008.  Esto implica una reducción en la capacidad de ejecución del gasto público, dado que la deuda crece a un ritmo mayor que los impuestos. De seguir esta tendencia, en el mediano plazo los gobiernos afrontarán mayor restricción para ejecutar gasto público, debido a que dedicarán mayor porcentaje al pago de intereses de la deuda.  En tal sentido, se estaría en una situación de desarrollo no sostenible.

Guatemala puede en el futuro encontrarse en una situación similar a la europea, si se mantiene la política de endeudamiento público excesivo, más allá de los parámetros técnicos recomendados para un nivel sostenible de deuda.  A los gobiernos no les compete el derecho de decidir por las generaciones futuras, mucho menos de propiciarles condiciones menos favorables de desarrollo. Como decimos en buen chapín, no les compete generar pan para hoy y hambre para mañana.

Sobre el autor: es economista con doctorado en sociología por la Universidad Pontificia de Salamanca. Ha desempeñado cargos directivos en el sector bancario, sector gobierno y organismos internacionales. Es en la actualidad director académico del Departamento de Economía Empresarial de la Universidad Rafael Landívar.