La Semana Santa es aprovechada por muchos para la realización de actividades religiosas y por otros para descansar, como asueto, para salir de la rutina o pasear. Salir y conocer implica trasladarse, tomar fotos, beber y comer algo, pasar la noche en un hotel, acampar y hasta comprar un pequeño recuerdo para regalar o regalarnos. Toda esta faceta del turismo representa un aumento en el consumo interno del país, además de un medio de intercambio social, cultural y político, porque genera aproximación de pueblos y culturas. Es gratificante darse una vuelta por Guate y comprender su historia, su geografía, sus costumbres, sus tradiciones, su arquitectura, su folclor, sus artesanías, su gastronomía, etc.
Esta región, antes reconocida por sus frondosos bosques naturales de especies forestales nativas, ha venido sufriendo, por décadas, grandes cambios que impactan negativamente su ecosistema. El crecimiento de la exportación industrial de productos agrícolas, el consumo de madera y de leña y el crecimiento de esta nueva barrera agraria amenazaban con dejar el Biotopo Universitario para la Conservación del Quetzal Licenciado Mario Dary Rivera como un parque nacional aislado de la importante Reserva de Biósfera Sierra de las Minas.
A diferencia de otras especies de aves migratorias, el quetzal no tiene la misma capacidad de sobrevolar las largas extensiones de tierra, ahora ocupadas por viveros. A finales de la década de los años 90 era muy difícil, prácticamente imposible, lograr ver nuestra ave nacional a pesar de ser nuestro principal atractivo. Obviamente, la situación de la región alarmó a científicos, empresarios, ambientalistas, comunitarios y comerciantes, lo que motivó la formación de una asociación que gestionó acciones para el rescate de su hábitat. Cobró entonces fuerza el compromiso de destinar tierra a la reforestación y de proteger los bosques naturales como conservación voluntaria. Se integraron a la Asociación de Reservas Naturales Privadas de Guatemala y crearon el Corredor Biológico del Bosque Nuboso, denominado así porque genera conectividad entre importantes ecosistemas y asegura el mantenimiento de la diversidad biológica entre los dos grandes parques nacionales. Esta heterogénea organización social se ha convertido en modelo referencial en la región al integrar, capacitar y promover la participación interinstitucional, de empresarios, de comunidades y de habitantes locales de manera consciente y activa en la actividad del ecoturismo.
El ecoturismo es promotor de desarrollo. Por estos lares —tan alejados de la ciudad capital— es de las pocas actividades que generan empleos con salario digno y que traen consecuentes oportunidades para el desarrollo de actividades económicas locales. Al pagar el ingreso a un parque natural, usted contribuye a la obtención de fondos e ingresos necesarios para el desarrollo sostenible, la conservación de la naturaleza y la protección del medio ambiente, además de crear conciencia entre viajeros, comunidades y habitantes locales sobre la importancia de proteger los recursos naturales y el entorno que los rodea. Recuerde que ver el quetzal es gratis, pero mantener su hábitat no.
Salga a distraerse. ¡Venga de paseo al bosque nuboso! Entre en contacto con la naturaleza, adquiera conocimientos de ecología, disfrute del paisaje, conozca las áreas rurales y de paso promueva la conservación, la educación ambiental, la producción agroforestal y los ecoservicios. Baja Verapaz le garantiza un enriquecimiento cultural con espectaculares bailes ancestrales en Rabinal, la cordialidad, la hospitalidad y la diversidad étnica de nuestros habitantes. Viaje al pasado en el Museo del Trapiche, que narra la historia de esclavitud de una antigua misión católica que trabajó grandes campos de caña de azúcar y viñedos al servicio del rey de España. Deléitese con platillos y delicias como el tradicional kak’ik o el exquisito pollo en pinol. Camine por frescas cascadas de agua cristalina o láncese al vacío en una cuerda de rapel. Compre dulces y orquídeas a emprendedores locales. Tómese un fresco de tiste en una tienda o un atol en la plaza del mercado.
Sin importar qué parte del país decida usted visitar, por sobre todas las cosas y por vida suya, acuérdese de no regatear el valor del trabajo de las personas que lo atienden. Recuerde que este trabajo les provee sustento a sus familias.
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