¿Para qué leer y cuál es el sentido de un libro? Probablemente tenga que ver con que a través de un libro se construyen conocimientos y sentires, también es un puente para encontrar la esencia más profunda del ser humano, la que tiene que ver con los sueños, preocupaciones y formas de interpretar la vida.
En Guatemala el acceso a un libro es muy difícil, primero porque el Estado no cuenta con una estructura para su fomento, solamente existe Editorial Cultura, que es parte del Ministerio de Cultura y Deportes y que en los últimos años ha sufrido de recortes presupuestarios. Esta editorial sigue siendo el único espacio que produce libros desde las estructuras gubernamentales. Hace algunos años, durante el gobierno del Partido Patriota, desapareció la editorial de la Tipografía Nacional y en espacios académicos existe Editorial Universitaria, de la Usac.
En el suroccidente son muy pocas las librerías en donde se pueden encontrar un buen y variado catálogo, existen algunas que en su mayoría comercializan libros de segunda mano y los nuevos, siempre son a precios altos; no es toda la culpa de la gente no querer leer, hay un modelo que hace muy difícil el encuentro con un libro tomando en cuenta que primero hay que cubrir las necesidades básicas, la lectura debería ser, una de ellas.
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Hoy está terminando la segunda edición de la Feria Internacional del Libro de Mazatenango (FILMA), evento producido por un grupo de mujeres que, con muchas ganas y con la plena convicción de acercar la literatura a las sociedades del departamento de Suchitepéquez y la zona sur del país, prepararon durante varios meses este evento que reunió a editoriales de Guatemala, El Salvador y México, además de una buena oferta de talleres, conversatorios y presentaciones artísticas que en estos últimos tres días llenaron las instalaciones de Centro Cultural de Mazatenango de una atmósfera diferente, fue muy esperanzador ver a mucha gente de todas las edades curioseando o sosteniendo entre sus manos algún libro.
FILMA deja claro que puede imaginarse al suroccidente como un punto estratégico para la expansión de la industria editorial en la región y así aportar para que las personas tengan más acceso a cualquier tipo de libro que les ayude ampliar sus ideas; mi profunda admiración a las organizadoras, a las librerías y editoriales que hacen largos recorridos para estar presentes y, desde luego, a la gente que abraza este tipo de esfuerzos, esperamos que vengan muchas Ferias, que se generen alianzas en el sector público, privado y académico que den la sostenibilidad a este evento y que lo conviertan en un referente, pero, principalmente, que se traduzca en una sociedad más consciente y crítica, que es el fin profundo del gesto de sumergirse entre las páginas de un libro, en una época en la que es urgente la articulación ciudadana, gestos como este demuestran que sí es posible trabajar en comunidad y de forma organizada.
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