Lo que sí alarmó a los guatemaltecos fue una noticia recién publicada en el diario El Periódico donde se da a conocer que por primera vez desde 1992, las tasas de cobertura escolar en preprimaria y primaria se degradaron dos años consecutivos. El presidente Oscar Berger terminó su mandato en el 2008 con una cobertura de primaria de 95% y de preprimaria de 48%. Para el año 2011, datos del Ministerio de Educación (MINEDUC) señalan que ambas disminuyeron, la primera a 92% y la segunda a 47%.
Estas cifras nos deben hacer reflexionar a todos los guatemaltecos, especialmente al gobierno, con el fin de llevar a cabo un análisis de las causas y tomar decisiones para que los logros alcanzados a raíz de los Acuerdos de Paz no se esfumen.
¿A qué se deben estos resultados? En general se podría comentar que los recursos del MINEDUC en los últimos años fueron pésimamente administrados y no en beneficio de los estudiantes.
Siempre se asegura que no se puede dar más y mejor educación debido a la falta de dinero. En este caso es falso. El Ministerio de Educación actualmente tiene un presupuesto de más Q9,000 millones, mismo que hace cuatro años era cerca de Q6,000 millones.
Así mismo, se argumentaba que los niños no iban a la escuela debido a que tenían costos –especialmente la contribución que realizaban al principio de año. Sin embargo, a partir del año 2009 inició la gratuidad, lamentablemente con pocos resultados positivos. ¿Por qué? Posiblemente no se tenía un buen plan para cubrir los pequeños aportes que hacían los padres de familia de forma descentralizada, por escuela.
Tanto se criticó el Programa Nacional de Autogestión (PRONADE) por grupos de ideología obsoleta y de egoísmo y ambición desmesurada, que convencieron a congresistas irresponsables y al presidente Alvaro Colom de cerrar tan exitoso programa de cobertura. En menos de 15 años, esta estrategia fue capaz de aumentar la cobertura de primaria en 20%, dándoles la oportunidad a casi medio millón de niños y niñas del área rural, especialmente a los indígenas, de contar con educación y además en su idioma.
Otro argumento que siempre se da es que no hay suficientes maestros para cubrir a tantos niños. Un dato revelador es que en los últimos años se aumentaron en un 50% el número de maestros. El número de nuevos docentes contratados durante la administración anterior bajo el renglón 011 en cada nivel fueron 57,697, los cuales incluyen 14,667 docentes transferidos de PRONADE. Además se cuentan con más de 20,000 maestros por contrato (el doble en cuatro años), a pesar de la promesa que el ex presidente Colom hizo de que todos los maestros tendrían su plaza. Actualmente se tiene una tasa de niños por maestro similares a las de Chile y Cuba, por lo que ya no sería un argumento válido que no hay suficientes maestros.
Por último está la tesis de que los maestros no están motivados a dar un buen servicio por su bajo salario. En la actualidad un maestro en Guatemala, en comparación con trabajadores de un nivel educativo similar, tiene un mejor salario. Adicionalmente cuando un maestro se jubila obtiene el 125% de su salario, lo cual no es lógico, ya que los incentivos de un maestro experimentado es dejar la docencia, lejos de mantenerse en el sistema. Adicionalmente en estos cuatro años los maestros obtuvieron un 28% de incremento teniendo como resultado poca cobertura y mala calidad educativa.
Y para finalizar, no se puede dejar de mencionar el fracaso del programa Mi familia Progresa, cuyas transferencias se iniciaron con una base técnica, terminando en un programa de clientelismo político, sin ningún control. Se gastaron más de Q3,000 millones y la cobertura disminuyó… ¡no tiene sentido!
Ante esta situación, pareciera imperante declarar el sistema educativo también en estado de calamidad. ¡Los niños, las niñas y los jóvenes están desamparados! Tal vez no es tan peligroso como la salud, en que se pierden vidas, pero es muy delicado para la vida de cada niño guatemalteco el no obtener el servicio educativo de calidad.
¿Qué se requiere? Primero poner orden en la casa. Conocer dónde se encuentran todos los maestros, distribuir adecuadamente los recursos humanos, capacitarlos y exigir mejores resultados. Segundo, hacer un análisis de la infraestructura y, por medio de un plan, delegar en otras instituciones del Estado el remozamiento, ampliación y construcción de aulas. Y tercero, transformar la administración de los recursos del MINEDUC a una gestión por resultados, con metas, acciones y planes concretos para alcanzar más y mejor educación.
Es importante que los que fueron responsables de estos resultados, rindan cuentas. Basta ya de utilizar los recursos del sistema educativo para fines políticos partidarios. La educación está en crisis por lo que es urgente tomar acciones correctivas e iniciar transformaciones de fondo. Sin educación, nuestro país no tiene futuro.
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