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La quijada de la vida

Y es normal, tratamos de imponerle nuestra voluntad a la mano que nos toca en el juego. Intentamos obligar a que las cosas sean como queremos que sean, no como realmente son. Nos esforzamos en luchar contra las quijadas de la vida.
Tipo de Nota: 
Opinión

La quijada de la vida

19 de Marzo de 2012
Palabras clave

Estoy acostado en mi cama, en mi nueva casa. De nueva tiene poco o nada, es una de esas casas de los años 50, con pisos y ventanas de madera, por donde se cuela el viento del desierto.

Escogí mudarme en un día que una tormenta de arena sacude las ventanas y arranca las tejas de los techos de El Paso. De haber sabido, habría escogido otro día para cambiarme de casa. El viento amenaza con llevarse mis escasas pertenencias, que caben en la palangana de un picop.

Llego a la casa y me doy cuenta que mi brillante idea de pedirle a la dueña de la casa que le dijera a su mil usos que abriera una de las ventanas del cuarto fue un craso error. El hombre, dios lo perdone, reven...

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