Nada huele más a desesperación que la crema y nata de la élite proimpunidad juntándose para oponerse a la reforma de la Constitución. Zury Ríos y Ricardo Méndez Ruiz, proclamando ser los guardianes de la Constitución, blanden su sables al unísono en el Congreso, balbucean ficciones sobre la reforma y alegan que apoyarla equivale al delito de traición. Su discurso es tan vacío de razonamiento y tan lleno de exageraciones que es casi imposible satirizarlo: solo repetirlo ya es ridiculizarlo. Si hubieran avisado que estarían compitiendo contra Trump y sus alternative facts, yo habría llevado poporopos al Congreso.
El equipo Ríos-Ruiz (podemos llamarlo los dos erres) aporta a la discusión de las reformas un legado familiar de genocidio, ambiciones políticas fallidas, un discurso de odio (comprobado) e innumerables intentos fallidos de criminalizar a defensores y defensoras de derechos humanos. Solo ver tal calibre de personas liderando la campaña antirreforma debería motivarlo a uno a apoyar automáticamente la reforma. Soy consciente de que no se gana nada meramente con criticar a aquellos con los que no estás de acuerdo, pero tampoco se gana nada con participar en un debate significativo con fanáticos que solo buscan desesperadamente conservar sus propios privilegios.
Lo último que repartieron en el Congreso (el 3 de mayo) los detractores de la reforma es una clase maestra sobre cómo generar odio, desconfianza y miedo. Lo reproduzco abajo, ya que es indispensable que toda persona pensante y crítica ponga en evidencia, señale y ridiculice el juego sucio de desinformación y engaño que juegan los defensores de la impunidad y el statu quo:
Diputado que vote «sí» por las reformas a la Constitución:
- Seguro es rescoldo de delincuentes terroristas del enfrentamiento armado interno y busca tomar el poder.
- Seguro tiene la cola machucada por el MP y la Cicig.
- Seguro fue sobornado por Odebrecht y con eso lo chantajean.
- No ama a Guatemala.
- Venderá nuestra libertad para no enfrentar la justicia.
- Seguro sigue soñando con el socialismo y con matarnos de hambre como a Venezuela.
No a la reforma del artículo 209, que será supremo a los otros tres poderes del Estado, con la capacidad de inhabilitarlos.
Diputado que vote «sí» es traidor a la patria y falta a su juramento en la toma de posesión.
En realidad, lo único que busca el artículo 209 es democratizar y transparentar la justicia. La propuesta de reforma propone lo siguiente:
- Trasladar las funciones administrativas de la Corte Suprema de Justicia a un consejo de la carrera judicial fortalecido, especializado, profesional e independiente
- Eliminar las comisiones de postulación y despolitizar los procesos de selección de jueces y de magistrados
- Crear un ente independiente para manejar el presupuesto del Organismo Judicial y brindarle independencia económica a la judicatura
En palabras del jefe de la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (Cicig), Iván Velásquez: «No se dejen engañar por falsos defensores del Estado de derecho, que procuran el mantenimiento del statu quo para conservar sus privilegios».
Mientras el dream team de la impunidad interrumpe el debate en el Congreso desde el palco lanzando mordeduras genéricas pronacionalistas a los diputados, la naciente y floreciente Alianza por las Reformas insta a la población a que conozca el texto de la reforma con comunicados informativos y videos que ayudan a explicarlo y simplificarlo, con lenguaje no violento y constructivo.
Y usted, ¿de qué lado está?
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