Sin embargo, el panorama no es tan alentador, ya que generar más y mejores empleos en Guatemala es verdaderamente un gran desafío por los cambios institucionales que se deben realizar.
Según un estudio del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales –CIEN–, del campo de empleo del proyecto Lineamientos de Política Económica, Social y Seguridad 2011-2021, el país enfrenta dos complicaciones en relación al empleo: 1) la falta de empleo formal y 2) la baja productividad de los trabajadores.
Cuando se observarn las estadísticas de empleo en Guatemala, resulta que la mayoría de los guatemaltecos están ocupados o tienen un trabajo, pero este no necesariamente le está generando el suficiente ingreso para vivir dignamente. Existe entre los grandes mitos que la mayor cantidad de empleo en Guatemala lo generan empresas grandes; sin embargo, más de 50% de los ocupados laboran en micro empresas y otro 25% trabajan en empresas de una persona. En nuestro país 1 de cada 5 adultos inician negocios, pero la mitad de estos negocios se encuentran en etapas nacientes y 3 de 4 guatemaltecos laboran en la informalidad. Por lo tanto el autoempleo y las ocupaciones informales son la regla en Guatemala.
Ahora bien, ¿qué entendemos por informal? Prácticamente que no cumplen con el marco legal laboral-institucional, como el salario mínimo, horas de trabajo y los beneficios de salud y previsión social. Cinco de cada ocho personas que trabajan se encuentran en la economía informal y perciben una remuneración 60% menor que el trabajador formal. Apenas una quinta parte de los trabajadores cotizan al Instituto Guatemalteco de Seguridad Social –IGSS. Por lo tanto, la tarea más grande que tenemos los guatemaltecos está en cómo generamos más puestos de trabajo formal.
El CIEN destaca que los empleos que se generan en el sector informal contribuyen poco al proceso de desarrollo económico que demanda el país, debido a su baja productividad. Lo interesante a destacar es que el aspecto que limita el crecimiento de la actividad económica es cumplir con la formalidad, ya que es costoso y reduce la rentabilidad de muchos negocios. Esto crea una barrera a la formalidad. Por otra parte, estar fuera de la legislación limita la acumulación del capital y el acceso a mercados que permiten elevar la productividad. Por lo tanto, la informalidad tiende a mostrar retornos más bajos que la formalidad en el país. Sin embargo, el marco legal limita a una mayor flexibilidad.
La creación de fuentes de trabajo que garanticen una ocupación para elevar el nivel de vida de los trabajadores es escasa y de baja calidad. Según el Banco de Guatemala, anualmente sólo se crean 20 mil puestos de trabajo formales, apenas el 10% de la demanda, ya que cada año aproximadamente 200 mil personas buscan empleo por primera vez. Por lo tanto, en la actualidad, en Guatemala no se genera el número de empleos necesarios para todos los que desean trabajar.
Tenemos que convertimos en personas productivas. Se necesitan más de cinco trabajadores informales para producir lo que hace un formal. Somos el país con la menor escolaridad promedio de la región –no llegamos ni al número necesario para completar la primaria. Apenas 2 de cada 10 jóvenes se encuentra estudiando un nivel de diversificado y más de 800 mil niños y jóvenes entre 12 y 18 años están fuera de la escuela.
Guatemala requiere un cambio que le permita crear empleos de calidad con el objeto de tomar la ruta del crecimiento económico y desarrollo social. Para lograr este objetivo, el CIEN señala al menos tres acciones específicas: a) Generar las condiciones para elevar la productividad en Guatemala y sentar las bases para elevar el nivel de capital humano de la población, b) crear condiciones para generar empleo formal, y c) modernizar la legislación laboral.
Es urgente mejorar la educación y la capacitación de los guatemaltecos, para que sus esfuerzos den resultados concretos. Un año más de escolaridad para un guatemalteco representaría más de un 13% en mejoras de sus ingresos. Es imperante alinear el sistema educativo y las instituciones de capacitación con la productividad.
Las condiciones para generar empleo formal parten de crear políticas que permitan ampliar los mercados formales, lo que requiere contar con un marco consistente con la atracción de inversión nacional e internacional de alto impacto económico para el país. Hace 30 años, el empleo formal crecía al ritmo de la economía, hoy el empleo formal crece más lentamente que la economía.
Y por último, obliga modernizar la legislación laboral para que eleve el ingreso de los guatemaltecos al mejorar el desempeño de empresas, industrias y negocios. La legislación debe reconocer los derechos de propiedad del trabajador y del empleador, no debe detener la adopción del progreso tecnológico, permitir cambios que impulsen la productividad y reformas en el contexto nacional e internacional.
“La mejor política social de un país es contar con un buen empleo”, comentó hace años un extranjero. Sólo generando más y mejores empleos se logrará marcar el rumbo hacia un país con oportunidades para todos.
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