Una alianza criminal ha dado un golpe electoral para mantenerse en el poder. Irrespetan el voto ciudadano y abusan del poder para prolongarse en sus cargos. La unidad es la alternativa ante el pacto de corruptos.
A casi un mes de realizada la primera vuelta electoral, la alianza de criminales que detenta el poder político y económico, se une para conspirar contra la voluntad ciudadana. Sorprendidos ante el resultado que dejó fuera a los partidos fascistas y de derecha, ahora buscan impedir la segunda vuelta electoral.
El domingo 25 de junio, día del maestro y la maestra en Guatemala, el pueblo acudió a las urnas. En ese momento había poca esperanza para producir un cambio mediante el voto. Sin embargo, nadie contaba con la silenciosa pero efectiva resistencia ciudadana. Conforme avanzó el conteo, un partido pequeño, sin recursos para la campaña, se alzaba más que vencedor en la contienda. Poco a poco fue escalando hasta posicionarse en segundo lugar y luego mantener la tendencia que lo llevaría a disputar la segunda vuelta.
La candidata que terminó en primera fila empezaba a sentir que lejos de ganar, perdía.. Canalizaba para sí, la enorme derrota del sistema. Un partido con un programa enraizado en el progresismo real, le disputaría la primera magistratura. Los perdedores de la derecha no salían de su asombro y, menos aquellos que apostaron todas sus naves a la hija del genocida, empujada a un vergonzante octavo lugar (abajo de los votos nulos y los blancos).
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Pero el sistema de corrupción e impunidad no ha querido darse por vencido. Haciendo uso abusivo del poder que ostentan, merced a la cooptación que han hecho, buscan anular los resultados. Al fallarles la suspensión de la declaratoria de resultados intentan cancelar al partido Movimiento Semilla al que el hartazgo social con la corrupción ha hecho ver como alternativa real. De manera que, fiscales corruptos como Rafael Curruchiche y Cinthya Montenegro, apoyados por su no menos corrupta jefa, Consuelo Porras, usan indebidamente el derecho penal para alterar la voluntad ciudadana. Jueces venales y corruptos como Fredy Orellana sacan a relucir su casta criminal y firman cuanta solicitud ilegal les envía el Minsiterio Público (MP), que hoy actúa más como un Ciacs (Cuerpos Ilegales y Aparatos Clandestinos de Seguridad) que como el responsable de hacer cumplir la ley.
De tal suerte que la más reciente maniobra, luego de secuestrar por varias horas a personas delegadas departamentales de Semilla, es la orden de captura contra varias personas, entre ellas Cinthya Rojas, integrante de dicho partido. Es de prever que con estas ilegales órdenes de captura, así como la sistemática pretensión de Curruchiche para cancelar el registro a Semilla, la alianza criminal no estará conforme. Todas estas acciones son apenas piezas del rompecabezas que han armado para impedir a toda costa una segunda vuelta electoral en la que la ciudadanía, haciendo uso de su más valiosa arma democrática, el voto, retome su destino.
Si las movilizaciones sociales no fueran efectivas y sostenidas, ni el MP, ni los jueces como Orellana, ni la alianza criminal se preocuparían. Sin embargo, la fuerza de la unidad ciudadana les hace temer y por ello queman sus últimos cartuchos de ilegalidad y corrupción.
De allí que la unidad social a todo nivel es indispensable. No se trata de llegar por miles a la ciudad o al MP. Se trata de expresar en cada lugar en donde nos encontremos la exigencia del respeto al voto ciudadano y a la voluntad popular. El pueblo de Guatemala votó el 25 de junio. Esos resultados han sido ya oficializados por el Tribunal Supremo Electoral (TSE) y por lo tanto deben respetarse.
Por lo tanto, es indispensable que mantengamos la unidad social y resistamos unitariamente la embestida de los criminales que se han enriquecido a costa de la salud, la educación, la alimentación y el derecho a la vida digna de las y los guatemaltecos. Si queremos derrotar la corrupción y la impunidad, necesitamos unirnos. Salir a expresar nuestra decisión de luchar y defender nuestro voto por la vida, contra la corrupción y la impunidad. No queremos más alianza criminal ni pacto de corruptos. Queremos vivir una vida digna, libre de exclusiones y peligros.
De manera que, si queremos que nuestra voluntad se respete, necesitamos unirnos, alzar la voz en cada plaza y en cada pueblo. Salir a las calles y gritar en un gigantesco y diverso coro ciudadano: ¡NOS UNIMOS PARA FLORECER Y VENCER!
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