Para sus detractores es un índice de percepción. Y eso altera la realidad de forma sustancial, pues se basa, entre otros, en la opinión de grupos de poder importantes.
De cualquier forma, creo que Transparencia Internacional es una organización que ha abierto la discusión acerca de la corrupción en todo el mundo y que su aporte en términos de conciencia colectiva ha sido sumamente valioso.
Este año destaca el caso de Brasil con el escándalo de Petrobras, y creo que vale la pena ...
Para sus detractores es un índice de percepción. Y eso altera la realidad de forma sustancial, pues se basa, entre otros, en la opinión de grupos de poder importantes.
De cualquier forma, creo que Transparencia Internacional es una organización que ha abierto la discusión acerca de la corrupción en todo el mundo y que su aporte en términos de conciencia colectiva ha sido sumamente valioso.
Este año destaca el caso de Brasil con el escándalo de Petrobras, y creo que vale la pena revisar los números que de este caso se derivan: dos billones de dólares de Estados Unidos en lavado de dinero y coimas, diez mil trabajos perdidos y más de un millón de personas en protesta contra la corrupción[1]. El centro del escándalo fue Petrobras, una empresa estatal dedicada al negocio del petróleo. Más de 50 funcionarios públicos y varias empresas brasileñas, dentro de ellas la constructora Odebrecht[2] (que tiene presencia en Guatemala), fueron acusadas de participar en ilícitos relacionados con la contratación de obra pública.
En Guatemala, 2015 fue el año en que nos indignamos gracias a una serie de investigaciones que dieron inicio a los procesos más importantes en nuestra historia reciente en materia de corrupción. Llevamos años de ocupar los lugares más bajos del índice, este año el 123 de 168 países, pero el año pasado nos llegó el agua a la coronilla.
Entre otras cosas, lo que demuestra este índice es que Guatemala no es un buen lugar donde vivir, y menos un lugar bueno en donde invertir. Cuestiones que se ven reflejadas en el alto número de migrantes y en la necesidad de los empresarios de contar con leyes que favorezcan a grupos específicos para supuestamente mejorar nuestra competitividad.
Lo que necesita Guatemala es fortalecimiento institucional. Necesita que les demos tiempo y confianza a las instituciones existentes para que cumplan sus funciones. Y estas instituciones necesitan un cambio de chip o de cultura. Los funcionarios y empleados públicos tienen que sentirse con las herramientas suficientes para evitar el tráfico de influencias y caer en situaciones ilícitas. Y por eso es importante que hagan por lo menos sus declaraciones juradas patrimoniales, que eviten conflictos de interés y que abran las puertas de sus oficinas públicas para permitir la divulgación y publicación de datos públicos (por solo mencionar algunas de las recetas que ya han demostrado ser efectivas en otros países del mundo).
[1] Véase proyecto Unmask the Corrupt. Disponible aquí. [Consultado el 27 de enero de 2015].
[2] «Escándalo Petrobras: arrestan al presidente de Odebrecht, la mayor constructora de América Latina» (19 de junio de 2015). En BBC Mundo. Disponible aquí.
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