Si estás leyendo esto es porque ya sabes que estamos a las puertas de un año electoral atípico, más tenso e incierto que los anteriores, pero a la vez muy parecido, al menos con una oferta que sigue sin renovarse. Sin embargo, pese a lo que dicen los desencantados, las elecciones son cruciales, sobre todo en una democracia enferma como la nuestra, cuyos achaques de salud son cada vez más notorios. Hay quienes incluso ya la dan por muerta. Lo que es peor –porque en Guatemala siempre puede ser ...
Si estás leyendo esto es porque ya sabes que estamos a las puertas de un año electoral atípico, más tenso e incierto que los anteriores, pero a la vez muy parecido, al menos con una oferta que sigue sin renovarse. Sin embargo, pese a lo que dicen los desencantados, las elecciones son cruciales, sobre todo en una democracia enferma como la nuestra, cuyos achaques de salud son cada vez más notorios. Hay quienes incluso ya la dan por muerta. Lo que es peor –porque en Guatemala siempre puede ser peor–, las voces alarmadas que anuncian fraude electoral aumentan de tono. Se ve jodido, pero si vamos a hablar de propósitos tengo que mantenerme optimista, ¿no?
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Pareciera que no, pero es imperativo el optimismo. No solo porque es la mejor alternativa, que además se alimenta a sí misma, sino porque veo motivos. Al menos podríamos aprovechar la incertidumbre y las hendiduras que están por producirse para conformar una oposición con mayor margen de actuación en el Congreso y aumentar las probabilidades de recuperar la democracia en la siguiente elección. Es más, sorpresas electorales han sobrado este último lustro de alta imprevisibilidad, como lo fue la agradable victoria de Gabriel Boric en Chile. En fin, sin pretender hacer análisis, aquí va la lista.
- Si estás leyendo esto es porque estás enterado y algo preocupado. Bueno, el primer propósito es muy sencillo: asegúrate de que tú y los tuyos estén empadronados (se puede en línea) y preparados para votar.
- El segundo es crear o unirte a una comunidad que tenga incidencia política. Puede ser un partido político o una asociación de carácter no partidista. El nivel de esfuerzo puede ser desde muy bajo (afiliarse es solo dar una firma) o medio/alto (depende de tu compromiso), pero a cambio obtienes el beneficio de recuperar la esperanza, la gratificación de crear el cambio, conocer nuevas personas.
- Si llegaste hasta aquí ¡felicidades!, eres un ciudadano comprometido. Hasta ahora nada ha cambiado (a lo mejor solo en tu interior, cosa que por otra parte sería el cambio más radical), pero es normal porque los resultados se verán mucho después (no hay atajos y, si los hay, son peligrosos). Como aún hay muchas personas, por las razones que sean, que siguen ajenas a lo que sucede, te propongo compartir en redes sociales tu preocupación y experiencia participando.
- De las nuevas personas que reciban tus mensajes, algunos, seguramente pocos, querrán saber más. Y ¡zas!, has dado en el clavo. Solo no caigas en rollo de apostolado de Bitcoinbro, pero invítalo, sugiérele que cumpla los tres primeros propósitos por su cuenta y ayúdalo.
- Probablemente te has preguntado, ¿por qué a tan poca gente le preocupa? Es comprensible, detrás de la desafección existen causas de peso (percepción negativa de la política, incomprensión y complejidad, ausencia de beneficios inmediatos, costos sociales derivados de la participación). Sin embargo, los que quieren saber más, te preguntarán, así que invierte tiempo en formación y asegúrate de estar informado con fuentes confiables.
- Llegados a esta parada, solo te queda votar y asegurarte de que sea un voto útil e inteligente.
La formación política es la clave para entender que el sistema es el problema, sin embargo, el recorrido es largo. Pero como nadie posee el poder de manera absoluta, sino que más bien es dinámico y se sienten fricciones, se abrirán grietas. Es imperativo combinar el trabajo en las redes sociales con el apoyo a comunidades activas, ya que nuestro poder se hace efectivo cuando estamos organizados.
Por último, si eres un cínico o purista, un desencantado que no cree que las cosas mejoren o que solo quieres que mejoren a tu manera: piénsalo dos veces y, al menos por estos seis meses, anímate y contribuye a crear un voto unido por la defensa de la democracia y nuestro futuro.
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