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Diversidad de opiniones: el pilar de una auténtica democracia

Acemoglu y Simon Johnson, en su libro «Poder y Progreso», recalcan la necesidad de instituciones que representen diversas voces y puntos de vista, evitando que un reducido grupo tome decisiones con intereses particulares.
Tipo de Nota: 
Ensayo
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Diversidad de opiniones: el pilar de una auténtica democracia

Autores
Ilustración: Antonio Fuentes
Infografía: Antonio Fuentes
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Para edificar cualquier proyecto en la vida, tanto abstracto como tangible, requerimos de fundamentos firmes que respalden lo que hemos concebido. Por lo tanto, surge la idea de que un sólido cimiento puede sostener tanto nuestras ideas y argumentos como las construcciones físicas, pero ¿qué ocurre cuando esos cimientos respaldan un sistema desequilibrado? ¿Son los fundamentos tan reprochables como lo que sustentan? ¿De qué manera una nación puede edificar su democracia en medio de las desigualdades sociales y económicas que impactan a la mayoría de sus residentes? Este artículo examina la manera en que grupos de poder limitados mantienen su control a través de instituciones que, en vez de incorporar, parecen diseñadas para marginar. Investigaremos los desafíos de edificar una democracia en un entorno que parece oponerse al cambio radical.

Según la evaluación sobre la calidad de la democracia a nivel mundial realizada por la Unidad de Inteligencia de The Economist en 2023, Guatemala ocupó la posición 100 de un total de 167 países, lo que la coloca significativamente por debajo de Costa Rica, que se situó en el puesto 17 y fue clasificada como una democracia plena. En contraste, Guatemala fue categorizada dentro de los regímenes de democracia híbrida. Según The Economist, los países en esta categoría combinan características democráticas y autoritarias. Aunque pueden contar con algunos elementos democráticos, como elecciones, estas no siempre son libres ni justas, y las instituciones tienden a estar debilitadas o cooptadas. Los regímenes híbridos presentan restricciones en las libertades civiles, una limitada independencia judicial y, por lo general, altos niveles de corrupción.

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 Las desigualdades en Guatemala han llevado a la concentración de poder y riqueza en manos de una élite que perpetúa su dominio a través de instituciones extractivas. Los economistas Acemoglu y Robinson, ganadores del Nobel 2024, definen estas instituciones como aquellas que concentran el poder y la riqueza en manos de unos pocos, obstaculizando así el desarrollo social y económico al no incentivar la innovación ni la inversión a largo plazo. Proponen, en cambio, la creación de instituciones inclusivas que fomenten un crecimiento equitativo y sostenible.

En esta línea, el sociólogo guatemalteco Edelberto Torres-Rivas, el filósofo español Daniel Innerarity, junto a Acemoglu y Robinson, señalan varios principios clave para fortalecer la democracia en contextos de desigualdad. En primer lugar, coinciden en la necesidad de una participación ciudadana activa e inclusiva como base de una democracia efectiva. Torres-Rivas subraya la importancia de asegurar esta participación, Innerarity defiende una democracia que valore y considere diversas perspectivas, y Acemoglu y Robinson destacan la distribución amplia del poder.

Otro principio compartido es la limitación del poder arbitrario. Acemoglu y Robinson enfatizan la importancia de evitar la concentración de poder para prevenir la tiranía de una élite sobre la sociedad. En este contexto, Torres-Rivas e Innerarity sugieren la creación de instituciones que garanticen acceso equitativo al poder y espacios donde los ciudadanos puedan expresarse y participar sin restricciones. Acemoglu y Simon Johnson, en su libro Poder y Progreso, recalcan la necesidad de instituciones que representen diversas voces y puntos de vista, evitando que un reducido grupo tome decisiones con intereses particulares.

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Asimismo, se destaca la importancia de un entorno democrático que promueva la pluralidad y el diálogo. Tanto Innerarity como Torres-Rivas consideran que una democracia genuina debe ofrecer un espacio de intercambio de ideas y respeto a la diversidad de opiniones. Esta visión es compartida por Acemoglu y Robinson, quienes afirman que la inclusión de múltiples voces fortalece el sistema democrático y garantiza que las decisiones respondan a un amplio espectro de necesidades e intereses. No se trata solo de crear un espacio de intercambio, sino de establecer una práctica cotidiana en distintos ámbitos.

Finalmente, los tres autores conciben la democratización como un proceso en constante evolución, que debe adaptarse a los cambios sociales y económicos para satisfacer las demandas de una ciudadanía activa. Para Torres-Rivas, democratizar significa transformar las instituciones para que representen verdaderamente a los ciudadanos. Innerarity, junto a Acemoglu y Robinson, entiende la democracia como un sistema inacabado que debe evolucionar frente a los nuevos retos sociales.

En conjunto, estos elementos sugieren que la democracia en Guatemala y en contextos similares requiere una transformación estructural que vaya más allá de las elecciones formales. La visión compartida de estos autores aboga por instituciones inclusivas que respeten la pluralidad y garanticen una distribución equitativa del poder y los derechos. Según Innerarity, es fundamental contar con mecanismos políticos que corrijan las asimetrías en la participación ciudadana, evitando que las decisiones reflejen solo la suma de intereses individuales. Para él, estas mediaciones son claves para construir una voluntad política colectiva, inclusiva y representativa de la diversidad social. 

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