Desde la década de los sesenta, conforme avanza su pensamiento y crítica política, además de una bien desarrollada oratoria, identificada con los intereses populares, el líder desarrolla paralelamente toda una serie de cajas de herramientas programáticas para hacer buen gobierno. Conocer la planificación y la política pública resulta fundamental, al contrario de los fanfarrones e ineptos que pululan en la actual clase política.
El EDOM constituye un enfoque visionario de la capital guatemalteca y su área de influencia, con obras concretas como un sistema de colectores que hasta hoy en día es el más avanzado, y no digamos el planeamiento del denominado anillo periférico, cuya primera fase comprendió la realización concreta de una autopista que comienza en la Finca El Zapote (zona 2) y culmina en la Ciudad Universitaria (zona 12). Las diferentes administraciones edilicias, principalmente las del presente siglo, quedan totalmente en deuda con la planificación urbana, y los resultados están a la vista. Con la proliferación anárquica de dispersos proyectos de propiedad horizontal, combinados con tugurios marginales, la carencia de transporte masivo y la multiplicación, tipo paca, de automóviles y motocicletas.
Imaginemos lo que Manuel habría hecho de llegar a ser presidente de la república, intento que llegó a madurar en 1974, pero un burdo fraude hizo llegar al poder a otro de los de la cúpula militar, al general Kjell Eugenio Laugerud García. En esa oportunidad se conformó un Frente Nacional de Oposición que encumbró a Efraín Ríos Montt, dado que la cúpula de la Democracia Cristiana siempre vio con recelo a Manuel Colom. Bien sabemos que la Democracia Cristiana y la social democracia son verdaderos rivales, tal y como lo han venido mostrando las pugnas electorales europeas hasta fechas recientes.
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El pilar programático de ese frente de oposición viene de una buena cantidad de ideas entresacadas de la plataforma de principios de los años sesenta, denominada Bases para el Desarrollo Económico y Social, buscando con ello el relevo de las generaciones revolucionarias del período 1944-1954, y que fue quebrado, precisamente, en ese fatídico 1954. La Unión Revolucionaria Democrática (URD) actualiza su pensamiento a la luz de los cambios y de la complejidad latinoamericana de la década de los sesenta, marcada por la guerra fría, la crisis de los misiles cubanos, el denominado y corrupto Idigorismo (en alusión al mandato de Idígoras Fuentes), y las posibilidades de retomar el rumbo bajo un marco democrático, en plena época de alta organización de la insurgencia, desesperada ante el estado de cosas en el país.
Recordemos primeramente que, a nivel internacional, dicha época se caracteriza por una escalada inflacionaria sin precedentes, que deteriora de manera fuerte la economía popular, mientras que las ideas neoliberales se vienen consolidando en América Latina y Estados Unidos, al tenor del experimento de los Chicago boys en Chile, comandados por Augusto Pinochet, y las doctrinas de la seguridad nacional hemisférica. Aún así, Manuel no pierde la esperanza y actualiza su plataforma de trabajo, con cambios estructurales de fondo, buscando participar electoralmente a inicios de la década de los ochenta.
Las bases para el desarrollo económico social de Guatemala, que se van actualizando paulatinamente por Colom y su equipo de políticos y planificadores plantea una serie de ideas como las siguientes:
Primero, se parte de una regionalización, en donde en el noroccidente, por ejemplo, se prioriza el tratamiento a los recursos naturales, siguiendo la idea de regular adecuadamente a la industria extractiva; tema que, ni por asomo, se oye alguna propuesta de iniciativa de ley por parte de ningún sector.
Segundo, en materia de las estrategias sectoriales, la política agrícola resulta ser fundamental, y persigue fomentar la cooperación y la asociatividad campesina, y el fomento de los sectores productivos agropecuarios. Al respecto, la asistencia técnica y crediticia son fundamentales. A este respecto, vuelvo a mencionar el desabrido papel de BANRURAL en estos momentos, banco que se ha convertido gradualmente en tarjetero, corporativo y remesero, tomando ventaja de los migrantes; y sin tener mayor agresividad en materia cambiaria, o de comisiones cobradas a los migrantes. Los representantes del gobierno en BANRURAL sí que debieran tener hoy en día un papel protagónico atendiendo estos desafíos estructurales.
Tercero, retomar una verdadera política industrial, que se ha abandonado desde hace lustros. Esta política buscaba estimular la producción para abastecer el mercado interno y, por supuesto, tener un liderazgo dentro del Mercado Común Centroamericano (MCCA), que está tan alicaído hoy en día. La plataforma del grupo de Manuel también impulsaba el desarrollo de la infraestructura científico-tecnológica. Esto me trae a colación el denigrante apoyo que se le da al Instituto Imrisch Firschman, donde ni los baños funcionan, igual que en los demás tecnológicos nacionales. La propia Universidad de San Carlos prioriza carreras como las humanidades (sin mayor excelencia, incluso en el magisterio), los estudios del Derecho (hay abogados —y muy mediocres— hasta para tirar para arriba), en vez de la biología, las matemáticas y la ciencia en general. Por tanto, también somos tan místicos en el conocimiento popular, y las teologías pentecostales y del éxito vienen ganando tantos adeptos en la actualidad.
Y para ejemplificar tan solo con un último punto: la política de desarrollo urbano no podía faltar, dado el éxito de la administración de Colom Argueta en la comuna capitalina. Se encumbra así la planificación del desarrollo urbano, armonizándola adecuadamente con la rural, en una dialéctica que se ha perdido por completo, con el crecimiento desordenado de urbes como Barberena, Chimaltenango, Quetzaltenango y muchas otras; donde los servicios públicos son de poca calidad y ni los desechos sólidos son tratados eficazmente; mucho menos se atiende el alcantarillado con prioridad. Los lagos Amatitlán y Atitlán son ejemplos tristes de la desidia, pues en las alcaldías de los alrededores de estos bellos lagos, la regulación y el tratamiento de aguas negras son cuestiones poco conocidas y atendidas.
El pensamiento vivo de Manuel Colom sigue entonces vigente, tal y como lo demuestran estos breves ejemplos, madurados paulatinamente desde el primer lustro de los sesenta cuando se publica por un grupo de intelectuales afines las Bases para el Desarrollo Económico y Social de Guatemala.
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