Bien sabemos que contar con una salud financiera estable es una condición necesaria, pero no suficiente para optar por el crecimiento económico y el mejoramiento del nivel de vida de TODA la población. Así pareciera indicarlo Alex Culiuc, el jefe de la misión, quien impartió una conferencia de prensa con los primeros resultados —que serán procesados en Washington D.C y convertidos en el clásico boletín del mes de septiembre— sobre la salud macrofinanciera chapina.
Culiuc es originario de Moldavia —Europa del Este— y postgraduado en temas de negocios internacionales y asuntos económicos en los Estados Unidos. Se ha desempeñado como asistente económico en las áreas de mercados emergentes y posteriormente en el área del Hemisferio Occidental, y fue designado para estudiar el caso guatemalteco desde finales de 2024. Ha realizado publicaciones sobre migración y remesas, en las que ha tomado como referencia el caso del pequeño país de Moldavia.
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El citado experto subrayó la presencia de la tan conocida estabilidad macroeconómica, además enfatizó que se necesita pasar a una segunda fase de mayor crecimiento y mayor inversión pública y privada. Como ya he dicho, esta debería beneficiar a TODA la población; y lo escribo así por las implicaciones que esa connotación tiene sobre el desarrollo, dadas las debilidades estructurales que presenta la economía guatemalteca desde hace décadas.
Culiuc urgió sobre la presencia de un peso mayor de inversión pública, para lo cual se requiere un gasto de mayor calidad, con mecanismos transparentes de control del presupuesto, mayor calidad del gasto y el impulso de la agenda anticorrupción.
Pareciera fácil decirlo, pero esto involucra tremendos cambios en la modernización del Estado y en la necesidad de contar con proveedores más especializados y con condiciones adecuadas para operar tecnología, donde no se presten ni alquilen empresas de fachada. La construcción pública, por ejemplo, debería desatar verdaderos nudos gordianos, como ese proveniente del caso «Construcción y Corrupción», en donde el sistema de justicia está dando muestras de que requiere una verdadera refundación. Así también el diseño y discusión de alto nivel de una ley y un sistema de contrataciones y adquisiciones del Estado. Esto es una deuda pendiente desde el famoso movimiento social conocido como La Plaza del 2015, en forma conjunta con un servicio civil moderno y de mérito.
Culiuc también mencionó el caso del dinamismo de la inversión privada, en donde se requiere de una mano de obra SANA y CALIFICADA. Sin lugar a dudas, para llevar a la práctica lo anterior se requiere de una educación pública y privada de calidad, de nivel tecnológico y científico principalmente, y de un sistema de previsión social y de salud sobre el cual hemos venido escribiendo ampliamente en columnas pasadas en Plaza Pública.
Como parte de los comentarios emitidos por las autoridades económicas guatemaltecas, el presidente del Banco de Guatemala mencionó el pronto envío al Organismo Ejecutivo de dos importantes iniciativas de ley: una sobre el mercado de valores y otra sobre medios de pago electrónico. La primera resulta urgente para mejorar los mecanismos de transmisión de la política monetaria y, añadimos nosotros, para mejorar la profundidad y dinamismo de los mercados financieros; principalmente el llamado mercado de capitales, que debiera conllevar la presencia de inversionistas institucionales novedosos, la emisión de diversos títulos valores, la posibilidad urgente de que el IGSS pueda efectuar inversiones seguras en las bolsas de valores y otros temas sobre los que también hemos escrito durante toda una vida.
Cabe mencionar que este escribiente elaboró una serie de propuestas, bien guardadas en Sel repositorio de la CEPAL, y que llevan como título Integración de las bolsas de valores en Centroamérica. Este propone el impulso de nuevos instrumentos financieros y una mayor solidez y confianza de los mercados bursátiles de la región, por ejemplo instrumentos ligados al financiamiento de la vivienda, vinculados a las hipotecas aseguradas, tipo FHA. Mucho que hablar de todos estos temas que, ni por asomo, son parte de la discusión pública del día a día en los medios de comunicación.
En referencia a la otra iniciativa citada, la misma va en consonancia con la inclusión financiera, donde participan activamente las microfinanzas, las cooperativas de ahorro y Scrédito y bancos de fomento como Banrural, Bantrab, el FHA y el propio Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE).
Cabe concluir que, para que tales leyes puedan desarrollarse e implementarse, la supervisión de las entidades oferentes constituye una condición sine qua non. En varias columnas de prensa hemos escrito sobre estos temas, que ameritan no solo una Superintendencia de Bancos fuerte, sino también otras entidades reguladoras vinculadas Scon los cientos de oferentes financieros que atienden a los llamados desbancarizados, que no pertenecen ni son clientes del encopetado mundo de la banca.
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