Heredera de una cosmovisión profunda y diversa, en su trabajo se deja observar: jaguares, monos tocando marimbas con pies y rostro, mujeres con alas, una montaña de la que brota agua o una familia cultivando felizmente la tierra es parte de eso, símbolos de una representación codificada y profunda que explican la forma en que la vida se entiende en estos territorios. Una mirada curiosa que aprendió a entender y a rastrear la raíz primaria del conocimiento y la sensibilidad.
Cada pieza de Nicho es una narración que pone a quien las observa en una mirada directa a un pasado no detenido, sino dinámico que configura el presente, y que no solo cuestiona, sino propone un imaginario que dialoga en diferentes capas profundas de la vida y sus dinámicas culturales y mitológicas. Sus imágenes internas, sus sueños, sus miedos y sus búsquedas las ha otorgado como quien da una ofrenda llena de colores que hacen más corto el camino de aquello que se ha intentado desaparecer, la tarea de la artista radica en generar un diálogo que escapa del tiempo lineal, plantea un horizonte alcanzable.
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Hacer arte en Guatemala es una tarea complicada, en una sociedad atravesada por desigualdades y formas de convivencia asimétricas, Paula Nicho ha dado una propuesta estética y teórica que funciona como una puerta para entrar a un mundo lleno de vida en su amplia dimensión; es decir: una dimensión llena de verdades. El universo de la maestra Nicho es uno de libertad en el que ella principalmente se ha liberado para dar plenamente lo que ha visto y sentido, lienzos blancos que cobran movimiento y que saltan del silencio, una invocación de energías, no es ni siquiera algo que quepa en la definición occidental de arte, va más allá, es un ejercicio de encontrar el espíritu en todo lo que existe, lo que hace es dialogar con la esencia sagrada de las cosas, una ofrenda de candelas en incienso, una cura para el susto.
La maestra Paula Nicho merece ser difundida en diferentes espacios. Por un lado, para reconocer su valentía y su decidida intención de no quedarse callada en un sistema que insiste en anular toda voz que se alza. A pesar de que su amplia obra ha sido expuesta en las más importantes galerías de varios países del mundo, en Guatemala no ha sido reconocida como lo que es, una de las más importantes artistas en la historia contemporánea.
Actualmente su obra es parte de la 60 edición de la Bienal de Arte de Venecia, una de las más importantes del mundo, junto a la obra de Margarita Azurdia, Andrés Curruchich, Rosa Elena Curruchich y Carlos Mérida.
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