Una población dedicada a la agricultura
Según líderes comunitarios, alrededor del 70 % de la población del municipio se dedica a la agricultura. Los principales cultivos son de aguacate Hass, arveja china, maíz, limón y güicoy. Esta dinámica en Santa María de Jesús es un escenario representativo de las transformaciones que viven muchas comunidades rurales guatemaltecas. Se trata de una creciente fragilidad socio ecológica y estructural que coloca a la población, mayoritariamente maya Kaqchikel, como actor central en la gestión del territorio y sus recursos.
Frente a este contexto, resulta urgente fortalecer las capacidades económicas, sociales, culturales y ambientales que influyen en la planificación y uso del territorio, tanto en las zonas de producción agrícola como en las áreas habitadas de municipios como este. Las actividades económicas, especialmente las agrícolas, se encuentran desafiadas por fenómenos naturales como lluvias intensas, deslizamientos, erosión de suelos, así como por la constante amenaza volcánica y sísmica. Así, Santa María de Jesús muestra con claridad lo que sucede cuando se intersectan estas vulnerabilidades con eventos naturales, y la importancia de gestionar adecuadamente los territorios.
Hacia una gestión del territorio
Una estrategia efectiva de gestión territorial debe partir del reconocimiento de las condiciones de exposición, vulnerabilidad y resiliencia de la población local. Esto implica identificar las debilidades estructurales y también sus potencialidades, incorporar la experiencia y conocimiento local en el diseño de soluciones.
El concepto de «territorio» debe abordarse de forma integral. Desde una visión institucional, el MAGA (2022) lo define como un suelo apropiado, ocupado y delimitado. Ahora bien, esta noción, si bien útil para la planificación oficial, puede invisibilizar dinámicas locales no reconocidas formalmente, como prácticas ancestrales de ocupación del espacio. Por su parte, Masiris (2015) entiende el ordenamiento territorial como un proceso técnico-administrativo, visión que puede dejar de lado los conflictos sociales y políticos que influyen en la toma de decisiones sobre el uso del suelo. Es evidente que las capacidades económicas, sociales, culturales y ambientales de los productores de Santa María de Jesús están estrechamente interrelacionadas y condicionan tanto el uso del territorio como su potencial para el desarrollo.
Por eso, más allá de definiciones técnicas, en Guatemala debemos integrar enfoques como el desarrollo sostenible (FAO, 2025) y la planificación estratégica (ASIES, 2020), adaptándolos a las realidades socioculturales del territorio en los municipios, precisamente donde la institucionalidad es limitada. La clave está en reconocer e incluir las formas locales de gobernanza.
La infraestructura productiva limitada, la dependencia de cultivos de subsistencia, las prácticas agrícolas tradicionales y el acceso restringido a mercados, frenan las capacidades económicas de Santa María de Jesús, como también sucede en otros municipios vulnerables del país. La cohesión social y las expresiones culturales son activos importantes para una planificación participativa del territorio.
El escenario de riesgo multiamenaza del territorio
En este marco, es clave incorporar el análisis de riesgo municipal, según la definición de CONRED (2015), que considera tanto las amenazas como la vulnerabilidad, y los efectos del cambio climático —entendido como una alteración persistente del clima (IARNA, 2015)—. No obstante, dicho análisis debe ir más allá de lo técnico y debe incorporar una lectura sociopolítica que reconozca la vulnerabilidad como resultado de procesos históricos de exclusión y desigualdad.
Al identificar las actividades económicas vulnerables, especialmente dentro del sector agrícola, frente a amenazas naturales como deslizamientos, lluvias intensas y erosión del suelo, debemos integrar urgentemente criterios de riesgo en la planificación territorial. La alta exposición de áreas de cultivo en laderas y zonas de vivienda sin condiciones adecuadas de seguridad, refuerza la importancia de un enfoque preventivo.
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La reciente secuencia de más de 1,000 sismos, principalmente uno de magnitud de 5.2 grados con epicentro en dicho municipio, ha generado una alerta roja institucional. Se reportaron más de 5,600 personas afectadas, más de 1,000 damnificadas, 3,700 evacuadas, 950 albergadas, dos desaparecidas, nueve hospitalizadas y más de 500 viviendas dañadas y, al menos, siete fallecidos. Dentro del Municipio de Santa María de Jesús, zonas como La Pilita, Aguas de las Minas y Cojol Juyú han sido evaluadas por el MAGA en coordinación con organizaciones como VEGEXA, S.A. La CONRED activó un Centro de Operaciones de Emergencia para coordinar labores de rescate, atención humanitaria y evaluación de daños.
Entre los impactos a la infraestructura, se encuentra la iglesia de El Calvario, la cual presenta serias afectaciones. El templo, declarado Patrimonio Cultural de la Nación, presenta daños estructurales graves, según informó el Ministerio de Cultura y Deportes, a través de la Dirección General del Patrimonio Cultural y Natural.
De acuerdo con el dictamen técnico emitido por el Departamento de Conservación y Restauración de Bienes Culturales Inmuebles (Decorbic), el inmueble muestra deterioro severo e irreversible, con riesgo de colapso total o parcial en su cubierta, así como en los muros posteriores y laterales.
Sin embargo, los daños no se limitaron a la infraestructura pública, sino que también afectaron numerosas viviendas, agravando la situación con escasez de alimentos, falta de agua potable y cortes en el suministro de energía eléctrica. La emergencia evidenció claramente la vulnerabilidad estructural de las construcciones en el municipio y en la planificación y gestión territorial del mismo. Ante esta situación, organizaciones sociales y comunitarias habilitaron albergues y coordinaron la entrega de ayuda humanitaria. El escenario remite a lo vivido durante el terremoto de 1976.
Los sismos en Santa María de Jesús nos recuerdan que se vuelve indispensable establecer lineamientos estratégicos que integren sostenibilidad ambiental, seguridad territorial y participación comunitaria a nivel municipal. Así, es importante fortalecer capacidades locales para la planificación del uso del suelo, promover prácticas agrícolas resilientes y la inclusión de saberes ancestrales en la toma de decisiones.
El municipio evidencia no solamente los riesgos y carencias, sino también oportunidades valiosas. Hay estructuras comunitarias organizadas, conocimientos tradicionales y una fuerte identidad territorial que podrían contribuir a la superación de la emergencia y, en el largo plazo a una mejor gestión territorial del municipio. Capitalizar estos elementos es clave para construir una estrategia de desarrollo con enfoque multiescalar, sostenible y profundamente arraigada en las realidades locales.
Esta columna invitada fue elaborada con el apoyo del Fondo de Investigación Landivariana (FIL), de la Vicerrectoría de Investigación y Proyección (VRIP) de la Universidad Rafael Landívar.
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Comisión Económica para América Latina y El Caribe -CEPAl- (2019) Planificación para el desarrollo territorial sostenible en América Latina y El Caribe. Chile. Obtenido de: https://repositorio.cepal.org/server/api/core/bitstreams/382c3038-a88d-4f29-aaf7-5c08bb1b2faf/content
IARNA Instituto de Agricultura, Recursos Naturales y Ambiente -IARNA- (2015) Cambio y variabilidad climática. Una guía para autoridades municipales y líderes comunitario. Cara Parens, Universidad Rafael Landívar. Guatemala.
Marisis, A. (2015). Fundamentos conceptuales y metodológicos del ordenamiento territorial. Universidad Pedagógica y Tecnológica. Colombia.
Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación -MAGA- (2022) Política Nacional de Ordenamiento Territorial 2022-2050. Guatemala.
Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura -FAO- (2012) Metodología para la elaboración de planes de gestión comunitarios y territoriales. Chile.
Pérez, G., Gálvez, J. (2022). Atributos territoriales y dinámicas socioambientales de Guatemala. Síntesis gráfico-descriptiva. Universidad Rafael Landívar. Guatemala.
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