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Camiones recolectores de basura durante una manifestación el 18 de febrero, frente al Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales en Ciudad de Guatemala. EFE/ Mariano Macz

Basura: Omisión de Muniguate suma 42 meses y obstruye la clasificación

«Hay reuniones pero no tienen un enfoque de una mesa técnica. Nunca se ha enfocado de esa forma porque la Muni, desde un inicio, nos dijo que el acuerdo era ministerial y con quien teníamos que discutirlo para modificarlo era con el MARN», afirma un reciclador, quien pide omitir su nombre por seguridad.
«Hay falta de voluntad política en el gobierno municipal. Ahora, en vez de dar un paso adelante, retrocedimos porque no se hará la separación como está en el reglamento», sostiene Byron González, investigador del Ceur.
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Basura: Omisión de Muniguate suma 42 meses y obstruye la clasificación

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La municipalidad capitalina emitió el Plan Integral de Residuos y Desechos Sólidos (Pirdes), en el cual se comprometió a conformar un comité técnico con recicladores y recolectores del vertedero para integrarlos a la nueva clasificación de desechos, antes del 11 de febrero pasado. A pesar de que se trata de un compromiso establecido por el propio concejo, la municipalidad incumplió con las obligaciones acordadas.

En 42 meses que lleva vigente el Reglamento para la Gestión Integral de los Residuos y Desechos Sólidos Comunes, la Municipalidad de Guatemala ha omitido su obligación de capacitar a recicladores y recolectores para evitar que sean excluidos ante la nueva clasificación de desechos en orgánicos, reciclables y no reciclables.

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Este reglamento fue aprobado en agosto de 2021, pero daba un plazo hasta el 11 de febrero pasado para que, a nivel nacional, se iniciara la separación de basura en tres grupos.

La expectativa era que las municipalidades aprovecharan el tiempo para prepararse, junto con todos los trabajadores que intervienen en la gestión de desechos a nivel municipal. 

Pero la ciudad capital se quedó rezagada.

Entre el 11 y el 18 de febrero pasado, los recicladores del vertedero, conocidos como «guajeros», junto con pilotos y ayudantes de camiones recolectores, bloquearon diversos puntos de la ciudad en oposición al reglamento.

Las protestas mayores se centraron en la sede del Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales (MARN), pero el problema se derivó de una omisión de la comuna capitalina: no considerar a recicladores y recolectores en mesas técnicas, ni prepararlos para esta transición que se anunció hace más de tres años.

De hecho, la comuna omitió una obligación que el mismo concejo se fijó al aprobar el Plan Integral de Residuos y Desechos Sólidos (Pirdes) en agosto de 2024. En dicho plan, la municipalidad dispuso conformar un «comité coordinador del Pirdes», el cual involucraría a los diferentes actores que participan en la gestión de residuos y desechos sólidos. Entre estos, las gremiales o asociaciones de recolectores y los recicladores de residuos. 

Este órgano nunca se conformó.

Entre el reglamento y el plan municipal

El reglamento de desechos aprobado por el MARN en el gobierno pasado se compone de siete capítulos y solo uno se refiere a la obligación de «personas, individuales o jurídicas, públicas o privadas, nacionales o extranjeras» de separar sus residuos o desechos sólidos comunes que generen producto de sus actividades.

A diferencia de otros municipios, en Guatemala esta tarea es más compleja porque el vertedero de la zona 3 no solo recibe desechos de la capital, sino también de otros 14 municipios circundantes a los que no se les realiza ningún cobro a cambio. En total, se trasladan 2,500 toneladas diarias de basura y solo el 49 % pertenece a la Ciudad de Guatemala.

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Al vertedero ingresan todos los días 575 camiones amarillos y 1,200 guajeros que están debidamente registrados en la municipalidad, incluso con sistemas biométricos. El costo en el mantenimiento de desechos en la capital asciende a 26 millones de quetzales anuales en promedio, según el portal de Gobiernos Locales del Ministerio de Finanzas.

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En agosto de 2024, a seis meses de que venciera la prórroga para la separación de los desechos, el concejo aprobó el Pirdes mediante el acuerdo municipal Com-24-2024.

Este se traza tres objetivos y el primero tiene que ver con integrar el comité coordinador. Según el plan, el mismo contaría con cuatro niveles de organización, incluyendo un comité ejecutivo; uno intermunicipal (conformado con las otras comunas que disponen desechos en el vertedero); un comité coordinador que incluiría a recolectores, recicladores, compradores de material reciclable, entre otros usuarios, y una mesa técnica con los ministerios de Ambiente, Salud y Educación.

Se estableció como fecha límite para conformarlo el año 2024, si bien no detalla fecha precisa. Aunque el Pirdes estuvo bien elaborado, el problema fue que este comité nunca se instaló, explica el viceministro de Cambio Climático del MARN, Edwin Castellanos. «Por lo tanto, los guajeros correctamente están diciendo que no se les tomó en cuenta», advierte el funcionario.

Tomarlos en cuenta era imprescindible. Desde hace décadas, estos trabajadores juegan un rol esencial en el reciclaje de la basura. Ante la falta de gestión adecuada por parte de las municipalidades, son ellos quienes navegan en las montañas de basura del vertedero y extraen reciclables que pueden tener algún valor, arriesgando su vida y la de sus familias.

Con la entrada en vigor del reglamento, temían que los reciclables ya no llegaran al vertedero y perdieran el sustento diario. Por esa razón, la semana del 11 de febrero se apoyaron con pilotos de camiones para protestar en las calles pidiendo la reversión del reglamento. 

«Ese comité nunca se integró. No fuimos tomados en cuenta ni los recolectores, ni los guajeros. Las reuniones que hemos tenido han versado sobre otros temas», asegura un representante de los recolectores que participa en las mesas de negociación con la municipalidad, pero quien pidió omitir su nombre ante las extorsiones de las que son víctimas actualmente y para no ser afectados en las discusiones con la comuna.

Un representante de los recicladores, quien no dio su nombre por las mismas razones, confirmó que nunca se integró una mesa técnica, ya que la municipalidad les pidió que cualquier inconformidad con el reglamento se dirigiera al MARN.

«Cuando el reglamento salió, nos acercamos a la Dirección del vertedero por la problemática que veíamos con su implementación. Nos dieron apertura y hemos estado en conversaciones… Hay reuniones pero no tienen un enfoque de una mesa de diálogo o una mesa técnica. Nunca se ha enfocado de esa forma porque la Muni, desde un inicio, nos dijo que el acuerdo era ministerial y con quien teníamos que discutirlo para modificarlo era con el MARN», sostiene.

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El entrevistado agrega que, como recicladores, saben que se realiza un plan anual para gestionar desechos en el vertedero. Sin embargo, específicamente de la existencia del Pirdes, se enteraron «desde hace unas semanas, un mes si mucho».

Tanto recolectores como recicladores aseguran que no se oponen a la clasificación, siempre y cuando esta se realice únicamente entre orgánico e inorgánico.

«No nos oponemos. Ha sido un trabajo que hemos realizado durante años. No reciclamos al cien por ciento, porque hemos llegado a un acuerdo con los guajeros del relleno sanitario. Si nosotros sacamos todo el material reciclable, ellos ya no tienen para subsistir. Estamos de acuerdo en clasificar (pero) en dos: orgánico e inorgánico», subraya el recolector.

Plaza Pública se comunicó con Fabiola Meoño, asesora de la Gerencia de Operaciones de la Municipalidad y quien ha sido designada por la comuna para hablar de este tema. Se le intentó consultar por qué el comité nunca se instaló, pero pidió que las preguntas se hicieran por medio de la oficina de Comunicación. Al cierre de esta nota, dicha unidad no brindó explicaciones.

La concejal de oposición, Ninotchka Matute, recuerda que la municipalidad tiene el enlace directo de comunicación con los trabajadores. Por lo tanto, no hay excusa para que durante estos años no se les brindara capacitaciones, ni explicaciones de cuál iba a ser su rol al entrar en vigor la clasificación secundaria.

«Deberían haber hecho un trabajo de integración social con la comunidad de guajeros que, de hecho, está debidamente registrada en la municipalidad; capacitación de los mismos recolectores en los procesos de clasificación secundaria en el lugar e integración en modelos más eficientes de venta y reciclaje de los desechos. Nada de eso se hizo en los 42 meses», lamenta Matute.

Estas inconformidades ahora se buscan dirimir en mesas de diálogo en las que participan la municipalidad, el MARN, recolectores y guajeros, detalla el viceministro Castellanos.

«Hay que especificar, y lo quiero dejar claro, que estas personas (guajeros) han hecho un trabajo muy valioso porque, a través de su esfuerzo, se ha logrado reciclar en el país, aunque sea de forma artesanal. Lo que el reglamento busca es que el reciclaje aumente. Queremos que ellos sigan trabajando, pero de una forma segura, no dentro de la basura», subraya Castellanos.

El MARN ha insistido que son competencias de las comunas, estipuladas tanto en el Código Municipal como en el Código de Salud, el formular y coordinar políticas, planes y programas de recolección, tratamiento y disposición final de desechos y residuos sólidos.

El reglamento sigue vigente

El pasado 18 de febrero, pilotos de camiones recolectores y guajeros bloquearon diversos puntos en la ciudad, provocando caos vial y reclamos de algunos funcionarios como el jefe edil de Mixco, Neto Bran, quien pidió al MARN dar marcha atrás con el reglamento.

Tras varias horas de negociación entre la municipalidad, el MARN y recicladores y recolectores, los bloqueos finalmente se levantaron. El acuerdo fue instalar una mesa de diálogo e incluir en el Pirdes la función de los recolectores y recicladores que actualmente trabajan en el vertedero.

Además, se dispuso que se reformaría el reglamento para revertir, de la clasificación secundaria a la primaria, que incluye únicamente orgánico e inorgánico.

Byron González, profesor universitario e investigador del Centro de Estudios Urbanos de la Universidad de San Carlos (Ceur), explica que la omisión de la municipalidad al no cumplir con incluir a los guajeros ni recolectores como decía el Pirdes, ni haber dialogado con ellos, implicó un retroceso.

«Como no se tomó en cuenta a estos actores, prácticamente fue un plan (el Pirdes) que se impuso y por eso hay descontento en estas personas, con mayor razón porque dependen de la extracción de productos para el reciclaje y de eso dependen muchas familias. Hay falta de voluntad política en el gobierno municipal. Ahora, en vez de dar un paso adelante, retrocedimos porque no se hará la separación como está en el reglamento», sostiene González.

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Sin embargo, Castellanos, viceministro del MARN, aclara que a pesar de que las mesas de negociación continuarán una vez a la semana, la separación en tres grupos sigue vigente. Y si se revierte a la clasificación primaria, será únicamente de manera temporal, mientras se definen medidas de apoyo para los guajeros.

«Hubo declaraciones de los recicladores diciendo que ya estaba aceptado que solamente hubiera separación en dos grupos, que era lo que teníamos antes del 11 de febrero. Pero eso no es cierto, eso no está todavía aceptado y cuando esté aceptado, hay que implementarlo a través de una modificación del acuerdo gubernativo (que contiene el reglamento)», explica el funcionario.

Ahora, la municipalidad debe asumir la tarea que no hizo en los últimos tres años. Dentro de su plan de manejo, debe proponer una separación en dos grupos que será temporal, mientras logra implementar medidas de apoyo para los guajeros.

Una tarea que no admite otros 42 meses más de desperdicio.
 

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