Ir
Diseño de portadas: Otto Meza

Parlacen nepotista: 18 clanes familiares se han vaciado en el organismo desde 2016

Tipo de Nota: 
Información
Palabras clave

Parlacen nepotista: 18 clanes familiares se han vaciado en el organismo desde 2016

Historia completa Temas clave

Los vínculos familiares en el Parlamento Centroamericano se han vuelto una práctica recurrente con el paso de los años. Guatemala y República Dominicana concentran la mayoría de estos casos, con al menos ocho y nueve redes documentadas en cada país. En Nicaragua, las listas de candidatos incluyeron parentelas promovidas por los partidos aliados del orteguismo, mientras que en El Salvador las viejas redes de poder tradicionalista fueron desplazadas por el caudillismo de Nayib Bukele.

*Con reportes de Sol Lauría (Concolón, Panamá), Jody García (Plaza Pública, Guatemala), Carolina Pichardo (República Dominicana), Daniel Fonseca y Contracorriente, Honduras; Wilfredo Miranda (Divergentes, Nicaragua).

Entre 2016 y 2025, al menos 18 redes familiares han hecho del Parlamento Centroamericano un patrimonio heredado de padres a hijos, de esposos a esposas o de hermanos a hermanos. En algunos casos lograron ocupar las curules como titulares o suplentes; en otros intentaron hacerlo inscribiendo candidaturas con el respaldo de un padrino político. A estas se suman al menos cuatro redes más que buscaron entrar sin éxito, entre ellas la de Ana García, esposa del expresidente hondureño Juan Orlando Hernández, extraditado a Estados Unidos por narcotráfico.

El hallazgo de estas redes de nepotismo proviene de una base de datos inédita, elaborada por Redacción Regional y periodistas aliados de Centroamérica y República Dominicana, que reunió los perfiles de 500 diputados que han integrado el organismo entre 1991 y 2025.  Además de esos vínculos familiares, esta alianza de periodistas también logró comprobar que al menos 51 políticos que buscaban esconderse de la justicia encontraron un refugio de inmunidad en el organismo. Además,  otros 40 funcionarios, una vez fuera del Parlacen, se vieron envueltos en casos de corrupción, cuestionamientos éticos o faltas administrativas.

República Dominicana y Guatemala son los ejemplos más evidentes de cómo el nepotismo también ha permeado a la entidad. En ambos países se han documentado al menos 18 redes familiares, integradas por diputados titulares y suplentes emparentados entre sí. Nicaragua, a su vez, ha logrado postular redes familiares de partidos aliados del orteguismo, que no siempre resultaron electos. En El Salvador quedaron atrás las décadas de la disputa entre la vieja derecha y la izquierda tradicional, y en su lugar, las curules del Parlacen recibieron a los diputados de Nuevas Ideas, el partido de Nayib Bukele que ahora domina la política salvadoreña.

[embedpzp1]

República Dominicana fue el último país en incorporarse al organismo regional. Primero fue un Estado observador —tal como lo son ahora Rusia, China y Venezuela— y en 2010 eligió por primera vez a sus diputados ante la sede. Esa incorporación fue una apuesta para reforzar los vínculos con Centroamérica y darle a la isla una imagen democrática y de integración regional. Sin embargo, poco de eso se ha cumplido en los 15 años que lleva vigente esa alianza, pues el Parlacen parece visto como un “botín” político, donde las curules de titulares y suplentes se han repartido entre familiares directos como hijos, esposos o hermanos.

En 2024, 9 de 20 fórmulas electas ante el Parlacen fueron integradas por familiares. Por ejemplo, Ramón Emilio Goris Taveras, electo diputado titular, tiene de suplente a su hijo Emilson Goris Pérez. Lo que garantiza que el apellido Goris siempre tendrá representación en una curul regional. Una línea similar le siguió Pedro Leonidas Corporán, quien logró una diputación titular, pero tras su fallecimiento la heredó su hijo, Pedro Claudio Corporán. El traspaso de poder, apoyado desde el Partido de Unidad Nacional (PUN), fue de manera directa. 

Estos ejemplos de nepotismo en República Dominicana se explican en el sistema de listas cerradas y bloqueadas. Según la Ley Electoral de ese país y la Junta Central Electoral, los partidos políticos deben presentar una lista de candidatos al Parlacen en un orden fijo, y los ciudadanos solo pueden votar por el partido en general, no por personas. Eso significa que los votantes no deciden quienes entra al Parlacen, sino que lo hacen las cúpulas partidarias luego de recibir las listas y sus votos. Esto ha permitido que las cúpulas de los partidos pongan en posiciones estratégicas a esposas, hijos, hermanos o aliados cercanos, haciendo que resulten electos si el partido logra los votos suficientes. 

En Guatemala también se han documentado siete redes familiares dentro del Parlacen, siendo el clan Colom–Torres uno de los ejemplos más claros de cómo el organismo ha sido usado como patrimonio. Luego de concluir su mandato presidencial, Álvaro Colom fue juramentado como diputado regional ante el Parlacen, usando el pase automático que el organismo les da a los exmandatarios. Con ello obtuvo no solo inmunidad regional, sino un salario y una red de influencia que alcanzó a beneficiar a su exesposa Sandra Torres, candidata presidencial en tres ocasiones y actual lideresa de uno de la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), uno de los partidos más poderosos de Guatemala. A su vez, los cuatro hijos de Sandra Torres han ocupado espacios en el Parlamento Centroamericano en distintos períodos. En 2019, Nadia Lorena de León Torres fue electa diputada titular y su hermana Lourdes Teresa la acompañó como suplente, convirtiéndose en las primeras del clan en asumir en el organismo regional. En las elecciones de 2023, la estrategia se repitió con los dos hermanos restantes: Édgar Antonio y Sandra Raquel quienes también resultaron electos. 

El patrón se repitió con Saúl Zenteno Téllez, abogado de Manuel Baldizón —expresidenciable condenado por narcotráfico en Estados Unidos—, quien llegó al Parlacen con un escaño titular y eligió de suplente a su esposa, Jenniffer Zenteno Dell’Acqua. Ese blindaje parlamentario fue conveniente para Dell’Acqua, pues estaba siendo procesada por tráfico de influencias, en un entramado de manipulación ilegal en la elección de magistrados de las cortes en Guatemala.

Pero la herencia del poder en el Parlacen ha alcanzado hasta allegados de José Efraín Ríos Montt, el dictador guatemalteco conocido por su régimen violento contra comunidades indígenas de Guatemala entre 1982 y 1983.  Aunque fue condenado en 2013 por genocidio y delitos de lesa humanidad —una sentencia anulada días después por la Corte de Constitucionalidad—, sus redes políticas no han desaparecieron del todo. El Frente Republicano Guatemalteco (FRG), vehículo político de su familia, sobrevivió a través de cuadros que se acomodaron en el Congreso, en las alcaldías y, por supuesto, en el Parlacen. Al menos nueve nombres vinculados a Ríos Montt, a su hija Zury Ríos o a su partido han desfilado por el organismo regional. 

En la primera década de funcionamiento del Parlacen, sus abogados Luis Alfonso Rosales y José Palomo Tejeda ocuparon curules en representación del clan Ríos. Con el tiempo, Zury Ríos, hija del dictador y heredera de su legado, revivió esas redes bajo el paraguas de un nuevo partido: Valor-Unionista, que desde 2020 ha logrado meter cuadros en el Parlacen. En Guatemala no puede hablarse del dominio absoluto de un solo partido. Incluso las fuerzas más grandes, como la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), han visto tambalear su influencia de acuerdo con alianzas de turno. 

Los herederos menores del Parlacen

Los hermanos Ricardo Alberto y Luis Enrique Martinelli Linares, hijos del expresidente de Panamá Ricardo Martinelli, fueron juramentados como diputados suplentes del Parlacen en 2023, pese a haber admitido en tribunales de Estados Unidos su participación -siguiendo órdenes de su padre, según sus testimonios- en el lavado de más de 28 millones de dólares en sobornos de la constructora Odebrecht. Su llegada al Parlacen los salvó de procesos pendientes en Panamá por supuestos sobornos en contratos estatales -uno de ellos por el mismo motivo por el que fueron condenados en EU, Odebrecht-. El caso, sin embargo, no solo retrata la corrupción sino que también es un ejemplo claro de nepotismo en Panamá, pues los Martinelli Linares llegaron al organismo regional como una extensión del poder y los privilegios de su padre, quien gobernó entre 2009 y 2014 y quien también se acogió al organismo que alguna vez despreció.

En el caso de Nicaragua se observan dos fenómenos, por un lado, las redes de poder que premian la lealtad al régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo con curules en el Parlacen; y por otro, casos de compadrazgo  en las listas de candidatos, donde hermanos o esposos fueron inscritos como fórmula ante ese organismo. 

En octubre de 2021, el periódico Confidencial reveló un patrón alarmante de nepotismo en las listas de candidatos al Parlamento Centroamericano, inscritas por los llamados partidos “zancudos”, aliados del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo. La investigación documentó al menos 19 candidaturas al Parlacen conformadas por familiares directos. Entre los casos documentados destaca el del aspirante presidencial Gerson Gutiérrez Gasparín, quien colocó a sus hermanas Blanca Nelia y Juana Patricia Gutiérrez Gasparín en las candidaturas ante el organismo regional.

En Honduras, otro listado de candidatos desató polémica tras conocerse que Ana García de Hernández, esposa del expresidente Juan Orlando Hernández, extraditado y condenado en Estados Unidos por conspiración para el tráfico de droga a suelo estadounidense había solicitado ser diputada del Parlacen. La propuesta fue impulsada por el Partido Nacional, que buscaba blindar a la familia presidencial con los beneficios del organismo regional. Sin embargo, no fue inscrita oficialmente. 

Una extensión de poder

El Salvador no ha sido la excepción en la trama de clientelismo. Durante tres décadas, los escaños del Parlacen se repartieron entre los partidos tradicionales ARENA y el FMLN, que acomodaron amigos, empresarios o allegados. Ese reparto de cuotas se rompió con la irrupción de Nuevas Ideas, el vehículo político de Nayib Bukele. Desde su llegada a la presidencia en 2019, el bukelismo arrasó en las elecciones de 2021 y no solo se quedó con el Ejecutivo, la Asamblea Legislativa y el control del Órgano Judicial, sino que en 2025 extendió su dominio hasta la presidencia del propio Parlamento Centroamericano, un cargo clave para dirigir la agenda y las comisiones del organismo. 

El diputado Carlos René Hernández Castillo, electo por voto secreto para un período de un año, será el presidente del organismo hasta octubre de 2025. Según sus palabras, su presidencia sería «un espacio de diálogo», pero su ofrecimiento contrasta con la opacidad de su administración. Bajo su presidencia, el organismo ha ignorado las solicitudes de información hechas por este medio sobre el listado completo de sus diputados, el detalle de los presupuestos y gastos, y los criterios usados para admitir a miembros con perfiles cuestionados. Esta negativa no es aislada, pues coincide con la política del gobierno salvadoreño que, en los últimos años, ha cerrado canales de acceso a la información pública y ha centralizado la información en el Ejecutivo.

Además, el partido Nuevas Ideas estuvo a punto de colar en el Parlacen a un exasesor de la alcaldía capitalina gobernada por Bukele entre 2015 y 2018, señalado como enlace en negociaciones con pandillas investigadas por la Policía y la Fiscalía, según una investigación del periódico El Faro

El partido promovía la figura de Edwin Asael Ramírez, quien había sido el más votado en las internas para disputar los comicios de febrero de 2021 ante el Parlacen, pero a Nuevas Ideas no le quedó de otra que retirar su candidatura luego que se filtrara un video en el que Ramírez urgía concretar, e incluso dejar «firmado», un acuerdo de diálogo entre el gobierno y las pandillas. El partido aseguró que remitiría el caso a la Fiscalía, pero desde que esta fue cooptada por un fiscal a la medida del oficialismo, en mayo de 2021, ya no se ha vuelto a hablar más del tema. En lugar de enfrentar una investigación, Ramírez mantiene activa su cuenta en X, donde comparte publicaciones de Bukele y su gobierno. 

Ahora el partido de Bukele anunció su salida del organismo a mediados de agosto de 2025, dos meses antes de que uno de sus diputados termine su periodo presidencial en el organismo y pese a que Nuevas Ideas domina 13 curules, de los 20 asignados a El Salvador.

La salida de El Salvador estuvo marcada por la polémica: el medio salvadoreño El Diario de Hoy reveló que Hernández, presidente del Parlacen, solicitó un anticipo de dos meses de salario, equivalentes a $14,650, tanto para él como para dos diputadas de su partido, en pleno proceso de retiro del organismo.

Sin transparencia financiera

Además de registrar un desfile de nepotismo y corrupción, el Parlamento Centroamericano arrastra un historial de opacidad y desorden administrativo. 

El Protocolo de Tegucigalpa, que formalizó la adhesión al Sistema de Integración Centroamericana (SICA), establece que todos los Estados miembros —Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Panamá y República Dominicana— deben sostener al Parlacen con cuotas iguales. El presupuesto oscila entre los 10 y 12 millones de dólares cada año.. A eso se suman los aportes de países observadores permanentes, entre ellos Rusia, China y Venezuela, que en los últimos años han incrementado su influencia financiera y política dentro del bloque.

Según auditorías, los fondos son usados principalmente para el pago de salarios, dietas y viáticos de los 120 diputados que integran el organismo. La resolución AP/2-352-2023, emitida en noviembre de 2024, reveló que cada parlamentario cobra al menos 4,908 dólares mensuales, sin contar los gastos adicionales por comisiones o viajes. 

A eso se suma que los resultados de algunas auditorías han mostrado un patrón preocupante: deficiencias en la emisión de recibos, falta de controles internos y recomendaciones que se repiten año tras año sin que haya reparo. El Informe Examen Especial PARLACEN 2020-2022, publicado por el SICA en noviembre de 2023, detalla que los auditores externos encontraron «deficiencia en la emisión de recibos para diferentes tipos de ingresos».

Además, los auditores también señalaron que no se aplicaron las recomendaciones de la auditoría 2018-2019 sobre el manejo de bancos y pidieron a la Junta Directiva tomar medidas para cumplirlas.

Otras auditorías hechas por la Contraloría General de Cuentas de Guatemala, en el marco del Consejo Fiscalizador Regional del SICA, hechas en 2008, 2011, 2014 y 2017 ya advertían de anomalías similares y una estructura administrativa poco eficiente.

A pesar de que el artículo 33 del Protocolo de Tegucigalpa habla de la implementación de un sistema de auditoría financiera que supervise todos los organismos del SICA, incluyendo el Parlacen, la página oficial del organismo publica documentos sueltos, sin sistematización ni información consolidada. En la práctica, no ha hecho públicos los informes que detallen cuánto aportan cada país y en qué se ejecuta cada rubro del presupuesto. Un secretismo que también se extiende a áreas clave del Parlacen, como el acceso a la información, la labor de sus oficinas de comunicación y la rendición de cuentas sobre sus funciones. 

Autor
Autor