Cuando cumplimos nuestro primer año sentimos que pasó tan rápido como un mes, pero al mismo tiempo, «como una década, por la intensidad de la experiencia». Hoy ya sumamos once años iguales o más intensos, cada uno con lecciones aprendidas que ahora, en conjunto, son una guía para poder decidir hacia dónde vamos.
Nacimos en 2011 dentro de la Universidad Rafael Landívar como un periódico digital, de análisis, investigación y debates. Desde el inicio supimos que retrataríamos a una Guatemala con un sistema político frágil, desigual y restringido. Y así fue.
Esas desigualdades quedaron reflejadas en nuestros textos, fotografías, videos y libros. Desde la primera publicación, este sitio pasó de ser un simple dominio web, a un mosaico de fragmentos históricos: cada testimonio del juicio por genocidio está ahí (2013); los pasos de tantas mujeres, hombres y niños que avanzaron en la caravana migrante están ahí (2018); las historias de quienes sobrevivieron al Volcán de Fuego están ahí (2018); disponibles siempre para dejar rastro de un camino que no queremos volver a caminar.
Y es que este país está sumido en ciclos que se repiten cada cuatro o cinco años, principalmente cuando nos corresponde elegir autoridades —tal como ocurre en estos días—. Cada elección parece la misma, cada vez con más personas decididas a acaparar todo el poder posible, por encima del bien común.
La experiencia de nuestras publicaciones nos recuerda la importancia de enfocarnos en desenmarañar el poder, de explicarlo para entender sus objetivos y de evidenciarlo hasta que paren los abusos. Pero también nos hace pensar en mantener la objetividad para responder ante estos grupos, porque como periodistas no buscamos poder, buscamos el servicio a la audiencia, a ustedes.
A veces… muchas veces… demasiadas veces para nuestro gusto, pierde sentido intentar hacer este trabajo. Después de tantos años pudimos habernos rendido y acomodado a la línea oficial de turno que se esmera en agasajar a sus aliados y castigar a sus oponentes. Pudimos haberlo hecho hace muchos editoriales atrás, y firmar nuestra despedida. No obstante, basta una mirada panorámica para entender lo peligroso que sería hacerlo.
Las débiles democracias en Centro América son un espejo que nos muestra el futuro al que nos encaminamos, donde el autoritarismo y la arbitrariedad del poder se jactan de silenciar instituciones, activistas, periodistas, redacciones enteras, operadores de justicia, abogadas litigantes, e incluso universidades.
Para responder a estas amenazas haremos uso de la creatividad y de nuestra pasión por el periodismo. Porque somos periodistas quienes trabajamos en las historias que publicamos, con mucho cuidado, pero también con mucha certeza en lo que queremos contarte y que sepas que está ocurriendo .
Estuvimos aquí durante esta pandemia que aún no termina. Seguiremos aquí por muchos años más, en conjunto, como equipo renovado, con la misma capacidad de asombro, en un país que a pesar de todo no se rinde.
Hoy celebramos 11 años y nos proponemos festejar muchos más con la meta clara de mantener la rigurosidad que nos caracteriza, de llegar a las audiencias más jóvenes, a poblaciones indígenas, a más mujeres. Queremos ir a zonas rurales limitadas por el bajo acceso a internet en Guatemala, y hacer nuestro trabajo como mejor sabemos, con profundidad.