Ninguna de las excusas torpes que han espetado el ministro de Gobernación, Enrique Degenhart (en cuanto a que ese archivo contiene «información sensible y de seguridad nacional»), o el mismo presidente de la república, Jimmy Morales (rebuznando sobre las «ilegalidades cometidas»), pueden ocultar la magnitud del descaro con el que están actuando. ¿Cuándo aprenderá esta gente a no insultar la inteligencia de la ciudadanía? Es más que obvio: quieren capturar y echarle la mano al AHPN para destruir evidencias de crímenes perpetrados en el pasado y sobre los cuales ya los más de 80 millones de documentos están aportando pruebas en procesos judiciales.
Pero ¿tienen Degenhart y Morales un interés personal en capturar y destruir el AHPN? No lo creo. De lo que estoy convencido es de que a los verdaderos patrones y jefes de estos dos pillos, militares y exmilitares criminales de guerra, expolicías asesinos y torturadores, corruptos, narcotraficantes, contrabandistas y evasores de impuestos, entre otros elementos de la peor escoria social guatemalteca, sí que les interesa. Es más: ¡les urge destruir las evidencias que esperan ser descubiertas en el AHPN por las justicia!
Porque ¿qué persona honesta en Guatemala, con más de 50 años de edad, dudará que la extinta Policía Nacional era un ente criminal y corrupto? De verdad, estoy seguro de que quien lo niegue es porque miente y algo gana con ocultar una verdad tan bien conocida.
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De los procesos judiciales hasta ahora emprendidos, algunos de los cuales ya lograron una sentencia condenatoria para los victimarios y justicia para las víctimas, los verdaderos patrones y dueños de las voluntades y conciencias de gentuza como Enrique Degenhart o Jimmy Morales han aprendido bien la lección: para procurarse impunidad deben obstruir la justicia. ¡Y qué mejor que destruir los documentos que pueden tener valor probatorio ante juez!
Saben muy bien que el objetivo debe ser destruir los documentos originales del AHPN sin importarles que se hayan hecho copias electrónicas. Esto, porque, con rigor jurídico, las copias electrónicas que se han hecho no tendrían la validez legal que sí tienen los originales, a menos que cada uno de los más de 80 millones de documentos estuviese autenticado por notario y por la directora del Archivo General de Centroamérica, lo cual acreditaría que es copia fiel del original.
Los perpetradores de crímenes de lesa humanidad que están documentados en el AHPN sienten que, en tanto vasallos serviles y rastreros como Morales y Degenhart continúen ocupando sus cargos, tienen una oportunidad de oro de procurarse impunidad destruyendo el AHPN. O quizá no necesitan destruirlo todo, ya que ellos saben exactamente qué buscar y destruir. Saben en qué fecha, dónde y quién ejecutó tal o cual crimen, por lo cual, en su calidad de perpetradores de los crímenes, tienen una ventaja inmensa sobre los investigadores, quienes, por otro lado, deben buscar entre millones de papeles, respetar el debido proceso y los derechos de los perpetradores, incluyendo el de la presunción de inocencia. La de los patrones y jefes de Degenhart y Morales es una carrera contra el tiempo y con ventaja enorme, y la desesperación y la agresividad con las que están actuando evidencian el miedo que tienen a que la justicia descubra lo que está oculto en el AHPN.
Que la intensificación del proceso electoral no nos distraiga de escándalos como este. Al margen de la bulla propagandística de los políticos, no debemos permitir que se perpetre esta victoria de la impunidad. ¡Urge defender y preservar el AHPN con integridad!
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