En cada momento histórico aciago de los últimos años, la respuesta la hemos encontrado en la gente, en la solidaridad y la empatía, en el trabajo colectivo y en el encuentro codo a codo para enfrentar lo que se venga. Así ha sido durante la entrada de huracanes y tormentas tropicales, así como en las erupciones de volcanes, después de deslaves y en medio de inundaciones. No han sido los gobiernos de turno, con sus lógicas cortoplacistas, los que han logrado que las personas salgan de las crisis —o al menos no solo ellos—. Más bien, en esos contextos ha resultado vital la respuesta inmediata de las comunidades que han puesto en acción lo que saben para resolver los problemas frente a cada situación de emergencia.
Esas experiencias previas nos han dejado algunas lecciones, y hoy quiero compartirles algunas medidas que aprendí cuando fui parte de una organización social que trabajó la gestión de riesgo con comunidades marginalizadas en municipios que se inundaban todos los años. Con esta organización —CPDL— aprendimos que las mejores respuestas las tiene siempre la gente que habita los territorios.
En estos días en que un virus persistente, tenaz e imprudente nos está recordando, otra vez, que tenemos que desandar el camino del egoísmo y del sálvese quien pueda para actuar de manera colectiva, quiero compartir estos aprendizajes para que podamos enfrentar la covid-19 de la mejor forma. Es importante organizarnos por cuadra, por edificios, por colonias, y armar una ruta, un plan.
Para lograrlo, una de las primeras acciones debe ser juntar la información que permita después armar una propuesta de acción. Identificar riesgos y vulnerabilidades, así como potencialidades. Por ejemplo, ¿usted ya sabe cuánta población vive en su vecindario?, ¿tiene claro cuántas son personas adultas mayores?, ¿cuántas son mamás con hijas e hijos?, ¿sabe cuántas personas con discapacidad viven cerca?
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Estos datos son importantes porque será a ellas y a ellos a quienes habrá que priorizar a la hora de organizar los apoyos específicos. ¿Ya se puso a pensar que, si una persona adulta mayor de su cuadra se enferma, necesitará que quienes vivan cerca le acerquen algún caldito caliente? ¿Que, si la mamá que vive en su cuadra tiene que ir a trabajar, necesitará a alguien que cuide a sus hijas e hijos mientras ella regresa? ¿Que, si una persona que vive con discapacidad necesita movilizarse porque se siente enferma, necesitará quien la acompañe? ¿Quién o quiénes podrán brindar esos apoyos? Eso también es importante saberlo.
La segunda medida importante, una vez que tengamos censadas las necesidades concretas, será promover la participación, armar el plan de emergencia y poner en práctica las acciones. ¿Quiénes y cómo asumirán cada cuestión? ¿Qué días pueden unos y otras? ¿Quiénes asumen la coordinación de las acciones?
En esta etapa es importante tener claridad del sistema de alertas, preparar una cadena de números telefónicos para reaccionar rápidamente cuando alguien lo necesite, armar un grupo de WhatsApp con los vecinos o con los enlaces que se hayan decidido y generar algún tipo de alerta si se detecta que hay alguien con síntomas de coronavirus en la cuadra o en el territorio cercano, entre otras acciones. Es importante que propiciemos el involucramiento de la mayor cantidad de vecinos posible, que todas y todos aporten y contribuyan a encontrar soluciones concretas y pertinentes a los problemas de cada comunidad o barrio.
Cuando la crisis de covid-19 haya pasado, y si logramos organizarnos en nuestros espacios y apoyarnos entre nosotros, habremos roto el cerco del individualismo feroz fomentado durante tantos años. Pero además quizá hayamos recuperado ideas importantes como que necesitamos a las demás personas para sobrevivir, que la salud debe ser pública (y no una mercancía para quien la pueda pagar), que somos comunidad barrial o comunitaria, y —seguramente— habremos obtenido una visión distinta de nuestra realidad. Anímese. Quizá ya no nos conformemos con dádivas de ciudadanía o hayamos comprendido de forma más contundente que significa ser humanos y humanas.
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