Efectivamente, como se afirma en este artículo, la vehemencia por el lucro y el cinismo parecen no tener límites, cuando los gobiernos centroamericanos se alían a las élites de poder económico reforzando sus proyectos y proponiéndolos como salida a la crisis de la niñez, que es la crisis de toda la población migrante; condenando una vez más al desamparo a la población más vulnerable, criminalizándola además por defender sus derechos.
También son cómplices el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo, que con el apoyo de sus tecnócratas diseñan sus estrategias para nuestros países, que por cierto, analizan nuestra realidad desde cifras, pero la perciben, viviendo con jugosos salarios y ubicados en lujosos bufetes, desde Whashigtón; muy alejados de comprender la tragedia humana en que se ha convertido el éxodo migratorio. Estos organismos y sus tecnócratas siguen aplicando la vieja y desgastada propuesta de economía del derrame; como si no hubiese bastado casi medio siglo de aplicación y se tuviera frente a las narices, sus consecuencias; mayor brecha entre quienes ostentan la riqueza y quienes se debaten entre el hambre, la violencia y la migración.
Este plan se propone para asegurar el apoyo financiero ofrecido por Estados Unidos, por lo que no es de extrañar que el mismo lleve todo el sello del llamado Plan Mérida, ahora aplicado para atender dicen, las causas estructurales que dan origen a la migración de niñez no acompañada. Pero qué tiene que ver atacar estas casusas, con las propuestas explícitas e implícitas en el plan en torno a: fortalecer las inversiones y movilizar el comercio internacional, que es el verdadero centro del plan, adscritos los principales proyectos dentro del eje: “dinamizar el sector productivo para crear oportunidades económicas”.
Este eje pretende fortalecer aquellas inversiones necesarias para la integración energética regional, bajo el supuesto que la región de países centroamericanos del triángulo Norte no crece, porque los costes de energía son altos, lo que hace menos competitivo al sector productivo y por consecuencia; este no genera los empleos necesarios y mejora los indicadores de bienestar, ¡QUÉ CINISMO!.
La realización de acciones para el fortalecimiento de corredores logísticos priorizados, carreteras y puertos; todos ellos en función de la conexión interoceánica y regional para el tráfico rápido de mercancías y la gestión coordinada de fronteras.
El plan incluye otros tres ejes, que si se leen tal cual, podrían estar más relacionados a las causas de las migraciones, son: desarrollar oportunidades para el capital humano, mejorar seguridad ciudadana y el acceso a justicia; sostenibilidad económica y transparencia para aumentar la confianza en el Estado. Pero si se tiene una lectura más aguda, estos ejes tampoco se alejan de encauzar todos los esfuerzos para acumular capital vía inversiones y extracción de recursos naturales, cumpliendo con tener fuerza de trabajo adecuada a esta demanda. En ningún momento se menciona cómo este plan contribuirá a garantizar los derechos humanos de la población migrante en el origen, tránsito, destino y retorno, mucho menos, propone su desarrollo humano como mínimo. Importan los migrantes como mano de obra, sus remesas y sus territorios para el expolio.
Por el contrario, en el documento se ofrece un diagnóstico, que expone cifras comparativas entre países, que dan cuenta de los grandes déficits sociales, pobreza, desnutrición, violencia, informalidad, fiscal, deserción escolar, jóvenes que no estudian ni trabajan, vivienda, tasa de mortalidad materna, tasas de embarazos tempranos, etc.
Por lo que los viejos supuestos siguen siendo las únicas recetas posibles de estos flamantes organismos y gobiernos de la región. Creen que el crecimiento económico es el factor que mejorará todos estos bajos indicadores sociales, que podrían disminuir las causas a la migración, en este caso. Las inversiones a que nos están empujando los grandes capitales globales y nacionales, de generación energética y de explotación de recursos naturales, proponen que mejore las condiciones de acceso a empleo, servicios sociales, bajos costos de energía.
Siguen sin aceptar que esta vieja tesis del derrame, por el contrario, refuerza la concentración de riqueza y mayor degradación de nuestro patrimonio natural; por consecuencia, los círculos de pobreza, marginalidad y violencia se seguirán exacerbando y seguirán siendo causas para mantener la expulsión de las poblaciones. Cierran los ojos y se hacen de oídos sordos a los reclamos de la población migrante por sus derechos; así como de las poblaciones de origen y su rechazo a los mega-proyectos. Con todo ello, favorecen además la maquinaria de la violencia que atraviesa fronteras y grupos sociales.
Gobiernos y organismos internacionales, déjense de cinismo y no favorezcan más el lucro desmedido; que la región no aguanta más y la población migrante, pese a sus medidas de seguridad y criminalización, les seguirán llegando cual medida de hecho, para cambiar las desigualdades en los países que los expulsan y contra las brechas generadas por la dominación histórica del país que los recibe.
* http://radioprogresohn.net/multimedia/NuestraPalabra/2014/Noviembre/12/I....
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