El martes pasado se cumplieron 50 años de The Dark Side of the Moon. El álbum conceptual de Pink Floyd, que goza de la misma vitalidad que en 1973 y de acuerdo con las estadísticas, es también uno de los álbumes más vendidos de todos los tiempos.
Roger Waters en una entrevista para Rolling Stone dijo sobre The Dark Side of the Moon: «Pensé que podría hacer un álbum completo sobre las presiones que pesan sobre cada uno de nosotros en la vida diaria. Esto se convirtió en el concepto fundamental del disco: los obstáculos que se interponen entre los individuos y la posibilidad de compartir con los demás los propios sentimientos, en definitiva, ser felices».
Muchos de quienes se identifican con la poesía en canciones como Us and Them, Money and Brain Damage podrán reconocerse en las palabras de Waters (que hace pensar que él lo hizo todo solo). Sin embargo, el álbum es también el producto de la omnipresencia de Syd Barret, que para entonces había sido ya separado de la banda. No pocos ven en Speak to me/ Breathe, un reflejo de los sentimientos encontrados que causaba en los miembros de Pink Floyd la conducta errática de un Barret ya por entonces completamente perdido.
La biografía de Mick Wall sobre Jimmi Hendrix (Two riders were approaching, 2019) hace mención en algún capítulo de un encuentro de los dos músicos (Hendrix y Syd Barret) en un escenario, sobre el final de los años 60. Ante los ojos de un frenético Hendrix volando en ácido, hay una X marcada en el piso para ayudar a Barret a saber dónde debe quedarse de pie y así evitar que se muestre perdido durante el show.
La salud mental de Barret se deterioraba aceleradamente (impulsada por el abuso de LSD) al punto de no poder tocar en público o ensayar, siendo esa la razón por la que la banda había incorporado a David Gilmour. Los acontecimientos posteriores, con la salida de Barret, su retiro de la vida pública y su desaparición, influenciaron la producción de The Dark Side of the Moon, y lo harían también posteriormente con Wish you were here, álbum en el cual siempre se debe hacer una referencia a las líricas atemporales de Shine on you crazy diamond.
El aniversario del álbum está marcado por un capítulo más de la disputa sin fin entre David Gilmour y Roger Waters (ventilada en Twitter), que en esta ocasión está marcada por la decisión de Waters de volver a grabar por su cuenta Wish you were here. En una entrevista para The Telegraph, Waters dijo al respecto: «Yo lo escribí [el álbum]. ¡Deshagámonos de toda esta mierda! Claro, nosotros fuimos una banda, éramos cuatro y todos contribuimos, pero es mi proyecto y yo lo escribí».
Estas palabras, unidas a sus posiciones políticas, que llevaron al gobierno municipal de la ciudad de Frankfurt a cancelar su concierto, han puesto a Waters una vez más en el ojo público, una posición que no parece molestarle en absoluto.
Para terminar estas líneas, The Dark Side of the Moon me sigue dando el aroma de un verano andino en 1992, con un cielo azul y sin nubes navegando en el páramo del Cotopaxi al ritmo de Time y repitiendo «And then one day you find ten years have got behind you/ No one told you when to run/ you missed the starting gun».
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