El primer fin de semana de febrero nos atropelló el alma. El sábado cuatro, la mañana anunció que el colega y amigo, Ronaldo Robles, murió ahogado. El día avanzó con el esfuerzo de asimilar esa pérdida y aceptar lo increíble. No llegaba la aurora del domingo y otra muerte nos golpeaba. La artista de la plástica y la música, Lorena Medina Patzán, también se despedía.
Ronaldo se adentró desde muy joven en el periodismo. Formó parte de la camada más joven de la Revista Crónica, en su fase final de la etapa ilustrada. Hizo parte de la redaccion de elPeriódico. Luego, él y Marielos Monzón abireron brecha en la creación de formatos arrevistados y dinámicos en la radio. A tal grado que una vez alcanzaron una audiencia respetable con su programa, el medio les dio las gracias y armó su propio equipo a partir de la experiencia de Monzón y Robles.
Tiempo después, Ronaldo interrumpió el ejercicio de la profesión independiente cuando dirigió la Secretaría de Comunicacion Social de la Presidencia (SCSP) durante el gobierno de Álvaro Colom. Al frente de esa entidad logró imprimir el sentido de la comunicación desde el gobierno y junto al equipo que integró, generó cambios importantes. Mismos que en siguientes administraciones fueron desvanecidos para retornar al esquema tradicional de vocería y propaganda sin sentido.
Durante un tiempo su talento se enfocó en las asesorías especializadas en comunicación. Recientemente volvió al ejercicio del periodismo desde la escena del comentario político a partir del análisis del entorno. Volvió a cultivar audiencia desde las redes sociales y a mantener un público que crecía conforme su contenido profundizaba en las temáticas que impactan en las vidas de la mayoría.
En cada una de sus acciones en el ejercicio profesional como periodista o comunicador, Ronaldo resultó incómodo al poder. De allí que no sea de extrañar la manera en que desde el espacio de la vileza de los llamados net center, una imagen morbosamente comercializada supuestamente por un bombero a un seudoperiodista, fuera la base de la burla de los adalides de la crueldad y de la infamia.
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Y en medio de la asimilación de esa tristeza, llegó la noticia de la muerte de Lorena. En su sepelio, Nety Marroquín se refirió a Lorena como la guerrera que murió de pie. Posiblemente sea, entre las muchas expresiones de profundo respeto por Lorena, una de las que mejor le define. Sobreviviente de cáncer con el que batalló los últimos años, no dejó que se apagara su sonrisa ni su amor profundo por la vida.
Encontró siempre la manera de procurar ingresos, que resultaban mínimos dado lo requerido para sostener sus tratamientos y garantizar el sustento a sus pequeñas. Las obras de Lorena se verán en diversos objetos que promovió desde sus cuentas sociales. Cada una de las piezas adquridas cumplía una doble función. Por un lado, contribuir a proveer de los recursos necesarios para atender sus necesidades. Por el otro, ofrecer a la vista de quien las apreciara, la creación única de un arte aferrado a la vida y al amor.
Pero Lorena no solo pintaba. No. De hecho, este arte se arraigó después de su forma inicial de expresarse, el canto comprometido. La voz de «la Lore», como también se auto denominaba, acompañó jornadas de lucha de movimientos sociales a lo largo de su vida. Tan así que, apenas este 31 de enero su guitarra y su melodía se hicieron escuchar en la conmemoración a las víctimas de la masacre de la Embajada de España, ocurrida en 1980. Por ello, la afirmación de Nety Marroquín tiene todo el sentido para definir la vida y la actitud de Lorena. Una mujer que se fajó luchando, incluso contra quienes intentaron negarle el acceso a la salud, cuando más lo necesitaba y, a fuerza de ganarlo con su trabajo, lo merecía.
Hoy, a pesar de la burla mezquina de los también voceros de la corrupción, el crimen y la impunidad, nos damos espacio para sentir tristeza por dos seres valiosos que se han ido. Pero que el llanto en nuestra mirada no les confunda. Que el silencio de nuestro dolor no les haga acomodarse en la poltrona en la que se han encaramado. Más temprano que tarde, el sueño de Ronaldo y Lorena, porque tengamos un despertar con primavera, será posible como resultado de la sostenida lucha social y popular.
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