Recapitulemos: mientras los TP buscan influenciar y hasta dirigir las políticas públicas, los TA ejecutan acciones directas para reducir problemas socioeconómicos. Aplican un enfoque empresarial. No son visiones enfrentadas o en contienda, sino un enfoque nuevo, pragmático y concentrado en resultados mediatos y sostenibles.
Para ilustrar el concepto usemos a la empresa transnacional Danone, la número uno del mundo en lácteos. Se conoce como la empresa reina del yogur. Tiene presencia en más de 120 países del mundo y emplea más de 100,000 personas en 55 países. En el año 2019, la empresa facturó más de 13 miles de millones (millardos) de euros.
Danone no cambió su giro de negocios. Los accionistas son los mismos de antes, pero, inspirados en las ideas de Muhammad Yunus sobre emprendimiento social y en las de Amartya Sen sobre sistemas de vida sostenibles, se unieron al banco de Yunus (Grameen Bank) para crear en 2006 la empresa Grameen Danone Foods (GDF).
Los accionistas de Danone asignaron a GDF un capital semilla cercano a 100 millones de euros. Aquí está la historia completa.
Veamos un poco el concepto de empresa social, base conceptual de los TA.
Una empresa social funciona como cualquier otra inversión empresarial, aunque tiene dos características distintivas. La primera es que no persigue ganancias, y la segunda es que no acepta pérdidas. Su razón de ser es ofrecer soluciones a los problemas sociales. El capital invertido puede recuperarse, o no (por decisión de la empresa), y, si se programan ganancias, estas se reinvertirán en la expansión de operaciones.
Volvamos a GDF. Sus operaciones comenzaron en Bangladés y su meta empresarial ha sido reducir la desnutrición infantil. Su modelo de emprendimiento social incluye que los lácteos y las otras materias primas se compren a productores locales bangladesíes. Su yogur está altamente reforzado con nutrientes, suficientes para cubrir las necesidades particulares de la población infantil desnutrida. Está fortificado con proteínas, vitaminas, hierro, calcio, zinc y micronutrientes. En la cadena de comercialización hay mujeres pobres que se encargan del mercado al menudeo y que transportan el producto a los rincones más remotos. Lo hacen por una ganancia. El consumidor final obtiene este alimento altamente nutritivo a un precio bajo.
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Todo lo anterior está ocurriendo en corporaciones transnacionales y en grandes empresas. Si lo comparamos con la responsabilidad social empresarial (RSE) en su forma actual, el emprendimiento social la supera ampliamente porque bien sabido es que la RSE anida en los departamentos de relaciones públicas y que los gastos se consideran inversión publicitaria o que las acciones se realizan únicamente si hay beneficios fiscales que superen la inversión en RSE. Claro que hay excepciones.
Danone no está sola en la conversión de parte de su infraestructura de recursos humanos en equipos competitivos y promotores de emprendimiento social. También están el grupo Renault o la Schneider Electric, por ejemplo.
Estos TA se comprometen con resultados en áreas de medio ambiente, nutrición, agua y saneamiento, salud, techo, educación e información. Por sí mismos no conseguirán que los países alcancen sus objetivos de desarrollo sostenible (ODS), pero resultan un nuevo paradigma empresarial y un actor positivo y ejemplar. Además, demuestran que la generación de ganancias es compatible con acciones paralelas donde el lucro económico quede relegado por metas como las de los ODS.
El camino no es fácil. Emanuel Faber, jefe de Danone y el ejecutivo más comprometido con GDF, fue sustituido en marzo pasado con el voto en contra de algunos inversionistas que no quieren quitar el pie del acelerador económico. Poseedor de un carácter, unos principios y unas convicciones que no hacen antagonizar la generación de ganancias con tener empresas social y ambientalmente responsables, Faber se hizo rebajar el salario durante el año de la pandemia y en su salida rechazó una indemnización cercana a los 28 millones de euros, aunque no renunció a una pensión.
Es refrescante ver empresas con visiones sociales avanzadas y equipos humanos comprometidos con ellas. Guatemala está urgida de Emanueles Faber.
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