Jóvenes escuchando las historias de las resistencias recorrieron el cinturón de América, para encontrar lo común a pesar de las fronteras. No solo fue la contaminación de la tierra y el saqueo territorial que atestiguaron, sino también la asamblea y la fiesta comunitaria, así como el oficio de las comunidades que se organizan para enfrentar el despojo.
Un domingo de febrero 2023, parte de esta caravana estuvo en la ciudad de Guatemala en una bella sala del Musac, presentando el resultado de este recorrido de 14 meses compilado en un libro titulado: «La Tierra somos: buen vivir y defensa del territorio en Mesoamérica». Pudimos escuchar sus vivencias, compartir, y seguir concientizándonos sobre el despojo de bienes comunes (insisto en escribir «bienes comunes» y no «recursos naturales») al servicio de un desarrollo dirigido a un puñado de megacorporaciones.
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Una amiga que vivió esta poco común experiencia de compartir con 20 personas en una casa para cuatro, me contó que las personas de esta caravana mesoamericana traían también saberes técnicos que compartieron. De hecho, en el libro que ahora está a la venta, compilando todas las historias de esos 14 meses de recorrido, están unos pequeños manuales. Uno de los ejemplos más bonitos es la «bicilicuadora». Fabricaron pues bicimáquina, o sea una herramienta usando la mecánica de propulsión de la bicicleta para accionar una licuadora y prescindir de la energía eléctrica, lo mismo hicieron con una «bicidesgranadora». También sabían cómo fabricar una «estufa rocket». Esta es una maravilla con su sistema de poquísimo uso de leña para ayudar a disminuir la tala de árboles, entre otras.
La Caravana Mesoamericana en Guatemala estuvo en La Puya y en la comunidad de Monte Olivo en Alta Verapaz. Fueron al Río Dolores, hermoso cuerpo de agua verdeazul en el municipio de Cobán. La gente de Monte Olivo es maya q’eqchí y se dedican a varios cultivos, como el cardamomo, chile, canela y clavo, entre otros. Surgió el conflicto cuando el Ministerio de Energía y Minas (MEM) dio luz verde al proyecto de una planta hidroeléctrica en el Río Dolores debajo de Monte Olivo. Esta comunidad y otras 19 manifestaron en 2010 su inconformidad. De acuerdo con el libro, esto dio lugar a vivir represión y violencia, incluido el asesinato de dos niños y otros atentados. Para más información sobre Monte Olivo, pueden leer aquí.
Hay un fragmento de este libro en la página 67, que me parece sintetiza el espíritu de la defensa de los bienes comunes, en voz del pueblo Misak del norte del Cauca en Colombia: «recuperar la tierra para recuperarlo todo…por eso tenemos que pensar con nuestra propia cabeza, hablando nuestro propio idioma, estudiando nuestra historia, analizando y transmitiendo nuestras propias experiencias, así como la de otros pueblos».
Más información en: https://caravanamesoamericana.wordpress.com/
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