La extorsión, el cáncer invisible

Las estadísticas de la Policía Nacional Civil muestran un importante descenso de la tasa de homicidios en el país, para el período comprendido entre 2009 y 2011. Este descenso es especialmente relevante al área de los municipios de Guatemala, Mixco y Villanueva, que son los más poblados del país. Para usar como ejemplo el caso del municipio de Guatemala, de los 1,272 casos registrados en 2009, se produjo un descenso a 1,253 en 2010, a 1,035 en 2011 y a 797 en 2012.

Estas cifras deberían permitir hablar de una mejoría en la seguridad pública, como consecuencia de la aplicación de las políticas de los gobiernos Colom y Pérez Molina. Sin embargo, la percepción ciudadana sobre la seguridad pública continúa ubicando a este tema como  el principal problema de Guatemala.  Y a la ciudadanía no le falta razón. Y es que a la par del descenso de los homicidios, otros hechos, como el robo de vehículos, y especialmente de motocicletas, registran un ascenso en el mismo período, Lo mismo sucede con los robos a personas.

Pero el verdadero problema no está registrado en las cifras de la PNC, y escasamente se denuncia. La extorsión se ha extendido como la metástasis de un cáncer, que alcanza a conductores de autobuses, taxis y tuctus, negocios pequeños y medianos, recolectores de basura, y familias e individuos en general. Después de una amenaza, en la forma de esa  llamada telefónica, ese correo electrónico, o incluso esa visita incomoda, casi nadie duda en pagar. Y el temor que se infunde en la víctima es  profundo.

La extorsión ha extendido y mantiene el control de diversas formas criminales sobre colonias enteras de los municipios antes citados. Su control se ejerce desde las cárceles, y produce cantidades de dinero que elPeriódico cuantificó en 2005 como el equivalente al 5% del presupuesto general de Estado de ese año.

Pese a las capturas que las autoridades presentan casi todas las semanas, el fenómeno persiste, se agudiza durante las épocas de cobro del bono 14 y el aguinaldo navideño, y presenta su rostro más crudo con los ataques a los pilotos de los autobuses del transporte urbano en Ciudad de Guatemala.

¿Cuáles son las opciones para luchar contra este tema?, las fuerzas de tarea  específicas han conseguido algunos éxitos, que no han ayudado a extirpar este mal. Darle soluciones a este fenómeno apunta al campo de acciones combinadas en la prevención y la sanción, impulsadas por la denuncia ciudadana. Y es en este punto en el que las cosas se complican, porque el temor ha echado raíces en una tierra fértil, regada por la impunidad. La acciones de prevención, combate y persecución penal deben evitar que se las condiciones de un entorno favorable para delinquir se reproduzcan, añadiendo costos sociales y económicos que lastran el desarrollo humano.