Lo sé porque encontré un pelo en el lavamanos el otro día. Y sé que no me estoy volviendo loco. Aún es pronto para eso.
Entonces, ¿quién puede ser esta mujer? Porque antes, en la casa que viví un mes cuando recién vine, llegaba a limpiar una señora -supongo que era una señora-. Nunca la vi pero sentía su presencia porque al volver a casa estaba todo muy limpio y ordenado. Esta en cambio no se deja ver más que por algún pelo furtivo que deja en el lavamanos.
Ha sido una semana de pelos. Hace dos o tres días, encontré una pestaña en un plato de Pollo Mandarín y eso desató uno de los episodios más hilarantes que he tenido en los dos meses en El Paso.
Estábamos cenando en P.F. Chang´s, un restorán chino bastante mejor que el del burrito satánico del otro día.
Después de mucho considerarlo, llamé a la mesera para decirle que había un pelo -minúsculo -seguramente una pestaña- en mi pollo. La chica, una rubia con la nariz operada y demasiado maquillaje, cogió el plato y salió corriendo hacia la cocina con una cara de pánico que a mí se me ocurrió sugerirle a Will y a Chardy, que lo más probable es que algún cocinero iba a ser decapitado.
La historia que me inventé en ese momento, involucra a dos zetas, un chino, un cocinero, la mesera y una visa express para entrar a Estados Unidos. Y aunque es muy, muy, muy chistosa, habría que estar allí para entenderla. Baste decir que era tanta nuestra risa que llegó el gerente a preguntar qué pasaba y que si con darme otro plato de Pollo Mandarín podría reparar la ofensa.
Sí, hay cosas divertidas que me pasan; para quienes piensan que esto es un via crucis. Por cierto, ya se acerca la Semana Santa. ¡El viernes de dolores!, la huelga, la cusha, el boj y los hombres vestidos de mujer pintando el busto de Don Germán Chupina en el palacio de la policía.
De alguna forma me alegra no estar en Guatemala con esos calores que debe estar haciendo y andar en el carro con los vidrios cerrados como en baño turcorruso. Me alegra no ver la huelga y me alegran muchas otras cosas.
Lo que me preocupa es que la negociación entre AP y el sindicato sigue trabada desde hace meses y no hay forma de destrabarla. La AP está proponiendo dejar sin pensión a un montón de los empleados más viejos y cortar beneficios para los que tenemos menos tiempo con AP. Eso o despedir a 100 gentes en los próximos dos meses. En ningún caso pinta bien.
Mis amigos neoliberales dirán que es culpa del sindicato, comunistas shucos amigos de Doña Sandra. Los del sindicato sostienen que no puede ser posible que la empresa no tenga 5 millones de dólares para aportar al fondo de pensiones. Yo creo que hay mucha avaricia de ambos lados.
Incluso hay quienes hablan de que quieren vender la AP a una compañía o algo así… Después de 150 años de ser una cooperativa independiente interesada más en las noticias que en el lucro, va a pasar a ser una parte de alguna megacorporación….
Estando acá parece mucho más claro eso que dicen que la industria (de periódicos) está en trapos de cucaracha. En el diario en el que está mi oficina, hay grandes espacios de la sala de redacción vacíos, sin ocupantes. Se nota que la hecatombe es reciente porque en algunos escritorios aún pueden verse dibujos hechos por los hijos de los empleados que fueron despedidos con la última oleada de recortes. Las cosas no van bien en esta profesión y lo más jodido es que no sé ni me gusta hacer otra cosa.
Y aunque dice mi jefe que lo más probable es que sigan contratando gente y según Will, no tiene sentido que estén anunciando puestos para luego cortarlos, no deja de ser una ironía que anuncien que puedo perder mi trabajo justo el día que llegaron los de la mudanza a dejarme mis cosas. Hoy, oficialmente, terminó mi proceso de relocalización a El Paso.
Por lo demás, las cosas comienzan a fluir. El miedo a no desarrollar historias que fueran interesantes sigue allí, pero ya tengo un par de ideas que si las logro llevar a buen puerto pueden resultar en proyectos que valgan la pena. De hecho tuve una entrevista hace muy poquito en la que me recordé todas las razones por las cuales hago periodismo. Se siente bien a veces reconectarse con la profesión.
Ahora tengo que desempacar todas mis chingaderas y darme cuenta que voy a pagar un montón de impuestos por cosas que en verdad no valen ni los impuestos que voy a pagar por ellas. Los exorbitantes costos de la mudanza los pagó la AP pero cuentan como ingreso y según lo último que me dijeron pago un 25% de impuesto sobre mis ingresos netos.
O sea que a pagar por zapatos viejos, a pagar por cuchillos sin filo, a pagar por un montón de basura que me traje de Guatemala. Cosas que hasta los señores de la mudanza miraban con desconfianza. Desempacando, me encontré con doce pares de chancletas, viejas, sucias, inservibles. Un cuchillo sin lavar, ropa que no me queda. Basura.
15 de abril de 2011
J.
I’m turning Japanese
I think I’m turning Japanese
I really think so
Turning Japanese
I think I’m turning Japanese
I really think so
I’m turning Japanese
I think I’m turning Japanese
I really think so
Turning Japanese
I think I’m turning Japanese
I really think so
No sex, no drugs, no wine, no women
No fun, no sin, no you, no wonder it’s dark
Everyone around me is a total stranger
Everyone avoids me like a cyclone Ranger
Everyone…
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