Hace unos meses, un estudio de McKinsey le recomendó a Honduras enfocarse en cuatro sectores para generar en cinco años 600 000 empleos e incrementar las exportaciones en 9 000 millones de dólares. Los sectores son vestuario y textiles, manufactura intermedia, turismo de playa caribeña (Roatán) y servicios de apoyo. La mayoría del crecimiento de las exportaciones y del empleo se enfoca en los primeros dos sectores. Se clarifica la necesidad de atraer inversión extranjera en estos sectores, pero también la de impulsar políticas públicas claras para acompañar estas inversiones en temas como carreteras, puertos, vivienda y capacitación. Para mantener el proceso de priorización se define una «unidad de transformación» enfocada en pocas prioridades, pero estratégicas.
¿Cómo se diferencia esto de algunas propuestas para Guatemala?
Primero, en Guatemala no hemos sido capaces de priorizar nuestros esfuerzos alrededor de ciertos sectores clave de la economía –decir en cuáles nos enfocaremos y realmente actuar conforme al proceso de priorización—. ¿Por qué la insistencia en la priorización? Por un lado, es un tema de recursos. Por otro, es un tema de que no todos los sectores son capaces de generar empleo abundante y que apoye la creación de una economía de mayores salarios.
Por ejemplo, en el pasado, el Programa Nacional de la Competitividad (Pronacom) había propuesto una serie de sectores económicos en los cuales focalizar su esfuerzo, pero ese no ha sido el caso. El infundado temor a seleccionar sectores ganadores ha hecho que usualmente solo se quiera que el Pronacom se enfoque en políticas horizontales, como apoyar infraestructura. Además, por presiones políticas, el Pronacom termina dedicando demasiado tiempo a apagar fuegos, usualmente por problemas de trámites, como para poder impulsar propuestas a largo plazo. Un ejemplo reciente es nuestro enfoque de escopetazo cuando hablamos de 25 sectores prioritarios, como fue el caso de la propuesta de la Fundesa y el Cacif de Mejoremos Guate. Es evidente que priorizar 25 sectores no es exactamente un ejercicio de priorización. Se dirá que esta no es una descripción justa, pero la priorización tampoco está clara para ellos mismos. En la página web de Mejoremos Guate se habla de cinco sectores, pero en su publicación se habla de diez.
Segundo, en Guatemala no hemos sabido vincular la priorización de sectores con lo territorial. En el caso de Mejoremos Guate, no se profundiza en esto. Al menos en el caso de la Política Económica 2016-2021 se habla de dinamizar nueve ciudades intermedias (ya muchas ciudades), para luego agregar que también debe pensarse en la Franja Transversal del Norte, en las mancomunidades municipales, etc. Y todo ello, sin clarificar cómo se vincula el apoyo sectorial con la visión geográfica.
Ahora bien, no todo ha caído en saco roto. Y esperamos que nuestras autoridades corrijan el rumbo.
La reciente Política Económica 2016-2021 señala que, a partir de los sectores identificados por Mejoremos Guate, para diciembre de 2016 se tendrán «las recomendaciones sobre mercados, sectores, productos, y las necesidades de transformación intermedia […] para que los sectores y/o productos que se seleccionen para ser apoyados garanticen el éxito esperado para la economía». Esperamos que ello se traduzca en propuestas claras.
Entiendo el reto político de querer generar un acuerdo entre el sector privado. Pero al final eso no dio los resultados esperados. No se han logrado acciones concretas, y mucho de ello por la misma fragmentación del sector privado. Además, la solución no debe ser apoyar todos los sectores (porque es inviable), sino apoyar sectores que puedan desarrollarse y crecer, al mismo tiempo que se abre la posibilidad de participar en dichos sectores. Doy dos ejemplos de cómo ampliar esta participación: 1) generar mecanismos para facilitar la compra de acciones para empresas en sectores prioritarios, de modo que más guatemaltecos puedan, vía sus inversiones, participar en estos nuevos sectores; y 2) apoyar los encadenamientos productivos de los nuevos sectores para vincular distintas empresas nacionales que integran estos.
Además, reconozco que es un avance el nuevo enfoque urbano que se aprecia en el Gobierno y en el sector privado. Sin embargo, este solamente es sostenible si se generan cientos de miles de empleos de mediana y alta productividad. Por eso debe prestarse atención a cómo lo está modelando Honduras. Cuando se habla de vestuario y textiles, se menciona abrir parques industriales en el golfo de Fonseca. Y allí es donde se enfoca el esfuerzo urbano.
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