El actual partido de gobierno, durante la elección y ahora ya en el ejercicio del poder, ha hecho también eco de esta temática y se ha convertido en un elemento discursivo importante en su plataforma (no estrategia) comunicativa. Tal es el caso de ciertas acciones que ha tomado a nivel normativo.
La presentación de iniciativas denominadas de transparencia, sin duda alguna, son importantes para el desarrollo y fortalecimiento institucional de Guatemala. Cada vez más se hace necesario que el Estado cuente con instrumentos legales y herramientas que le permitan discurrir por un camino más transparente y público. No obstante, ello implica entender que la transparencia es una forma de hacerse visible, de ser público, de ser visto por todos. Pero esta particularidad de ser público no debe impregnar únicamente las normativas, sino debe ser parte del comportamiento de los actores.
Desde esa perspectiva, se espera que este paquete de iniciativas deba ser discutido de manera pública. Sin caer en procesos de ensanchamiento temporal, ni mucho menos buscar mecanismos de consulta interminables, el Congreso de la República debe generar un sistema de deliberación que le permita a la ciudadanía darle seguimiento a la discusión, con el fin de poder abonar una corriente de opinión favorable o desfavorable que les permita a los diputados contar con una especie de termómetro respecto al rumbo de los anteproyectos de ley.
Si bien es cierto que las iniciativas son importantes y parte de su trascendencia radica en la rapidez con la que integren el corpus legal vigente en el país, también lo es que ello no puede ni debe ser el pretexto para que las mismas sean discutidas de manera apresurada, y lo que es peor, a puerta cerrada. La urgencia no puede sobreponerse a la transparencia y la publicidad. Eso es un mal síntoma y sería sinónimo de opacidad y secreto. No es posible que se apruebe un paquete de iniciativas denominadas de transparencia a espaldas de la población en general.
Una de las propuestas que el Congreso y el Organismo Ejecutivo pueden utilizar son las herramientas comunicativas que ya tienen a su alcance, por ejemplo sus respectivos sitios de internet, los medios oficiales como la TGW y el Diario de Centroamérica u otros formatos que pueden ser útiles para tales fines. El objetivo es que la mayor cantidad de personas tengan acceso a conocer no solo las iniciativas, pero los objetivos de cada una de ellas, el alcance y lo que se pretende lograr de aprobarse dichas leyes.
Es necesario reflexionar en algo, para poder utilizar las páginas web de estos organismos, primero habría que hacer una evaluación que les permita posicionarse de manera coherente con el tema de transparencia. Es decir, tanto el Organismo Ejecutivo como su par Legislativo deben examinar si tienen la solvencia moral para utilizar estos medios para dar a conocer las iniciativas de transparencia, ya que dichas páginas, es decir, la de la Secretaría de Comunicación Social de la Presidencia, así como la del Congreso de la República, no cumplen al menos con los principios de la Ley de Acceso a la Información Pública.
En un monitoreo que se realizó el jueves 29 de marzo, en la página http://168.234.200.197/leyscspr.php que corresponde a la Secretaría de Comunicación Social de la Presidencia se observa que la información pública está actualizada hasta octubre de 2011. Este gobierno tiene ya casi 80 días de haber llegado al poder, y eso es tiempo suficiente para haber actualizado los datos que obliga la Ley de Acceso. Ciertamente, tienen 30 días de plazo para dicha actualización, pero ese tiempo ya pasó y hay que recordar que en el tema de acceso a información pública, los plazos no deben ser sobrepasados, pues eso es perverso, además de ilegal.
Por otra parte, la página del Congreso, http://www.congreso.gob.gt/ley-de-acceso-a-la-informacion-publica.php, revisada ese mismo día, presenta una serie de falencias, pues se omiten varias de las obligaciones que establece el artículo 10 de dicha ley. Ojalá que ahora la Comisión de Transparencia del Legislativo sí se pronuncie al respecto y genere la demanda necesaria para que mejoren dicho sitio web.
La transparencia debe trascender el discurso, y debe dejarse de ver como golpes mediáticos en la persecución de delincuentes, es necesario que penetre de manera decisiva la voluntad y los comportamientos de los funcionarios públicos. Claro está, eso requiere de mucho tiempo, pero hay que empezar ya.
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