El poema habla del humilde oficio del zopilote, que tiene por dudoso consuelo su capacidad de pasear por el cielo. Las estrofas centrales aluden a un zopilote caquero, es decir lleno de cuentos en el argot popular guatemalteco, que renegó de su pueblo y se encaló el pescuezo por querer pasarla de gringo, es decir extranjero.
A propósito de la analogía contenida en la canción, vale la pena analizar las palabras del presidente Alejandro Giammattei, en su discurso en la Asociación Nacional de Municipalidades (Anam), el miércoles 11. El gobernante describió como enemigos a quienes han luchado contra la corrupción. Hizo gala del proceso del que salió librado, pese a su notoria responsabilidad en ejecuciones extrajudiciales en la operación Pavo Real, en 2006.
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En su intervención aludió el proceso de designación de Fiscal General y presumió de rechazar presiones de la comunidad internacional, en defensa de su retorcida visión de la soberanía. En el cierre de su perorata se refirió a las listas de burócratas de Guatemala a quienes se ha mencionado como personas corruptas y vinculadas a estructutras criminales. La actual jefa del Ministerio Público y fuerte aspirante a reelegirse, Consuelo Porras, aparece en la lista Engel, razón por la cual ha perdido la visa para viajar a Estados Unidos.
Giammattei creyó hacer chiste cuando aseveró: «yo también voy hacer la lista del zopilote (sic), y vamos a principiar a poner a los enemigos de Guatemala en la lista del zopilote, porque sí, si lo ponen en una lista que no vale nada, por lo menos el zopilote vale algo». De manera que el aborrecido gobernante se siente zopilote y hará, como dice, su propia lista de enemigos.
Vale recordar que cuando recién había ganado la elección, viajó a Venezuela e intentó ingresar con pasaporte italiano pero ostentando la figura de presidente eleccto de Guatemala. Más allá del ridículo que hizo con semejante actuación teatral pues, en un espacio bajo control de Nicolás Maduro afirmó que se reuniría con Juan Guaidó, autoproclamado pero nunca posicionado presidente de aquel país sudamericano.
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Es decir, Giammattei, tal como hizo el zopilote caquero, se encaló el pescuezo al buscar una nacionalidad extranjera. Y al igual que el ave de la canción, renegó del pueblo del que era presidente electo, al usar un pasaporte italiano. La estrofa del poema canción no podía quedar más al dedo para Giammattei: «un zopilote alienado, que renegó de su pueblo, quiso pasarla de gringo, con el pescuezo encalado».
La canción poema concluye con la estrofa, «de qué te sirve el repello, le dijo un sanate al vuelo, si aunque te pintes de blanco, seguís comiendo de aquello». En cierta medida, el verso hecho estribillo, podría anunciar el futuro del actual inquilino de la Casa Presidencial. Finalmente, el poder es efímero y tanto la prepotencia como la soberbia que le caracterizan, no podrán anular la calificación general que ha obtenido desde el entorno popular.
Aunque haga su lista de zopilote y aunque se encale el pescuezo, no dejará de ser lo que ha sido. Se irá del gobierno identificado como un corrupto y un eleq’on, así como uno de los gobernantes peor calificados por el enorme daño que ha hecho al país y al pueblo, del cual ha renegado abiertamente.
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