El milagro volvió a ocurrir en una segunda vuelta electoral. Como un ave fénix, la planilla liderada por Patricia Gámez superó una desventaja sostenida desde los primeros minutos tras conocerse los resultados preliminares de la segunda vuelta y se impuso como la ganadora para presidir la Junta Directiva del Colegio de Abogados (CANG). Un fenómeno similar ocurrió en la primera vuelta, cuando, a pesar de haber sido superada momentáneamente por otras planillas, terminó imponiéndose con un margen considerable al incorporar los datos de las últimas mesas electorales.
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El análisis del comportamiento de los votantes en la elección del CANG son, de por sí, impresionantes: con datos recopilados por Diálogos Guatemala en el período 2017 al 2025, se puede apreciar que hubo un aumento del 62 % de los votantes con respecto a la última elección de autoridades del CANG en 2023. Este porcentaje aumenta si se considera la elección del 2017, que equivaldría al 129 % entre ambos años. En ese sentido, una primera conclusión de la victoria de Gámez fue la capacidad de movilizar a los profesionales apáticos, que, por alguna razón, no percibían la necesidad de ejercer su derecho al voto.
Un segundo elemento sorprendente es la diferencia entre primero y segundo lugar: la elección del 2025 fue la más reñida y apretada del período estudiado, ya que apenas 53 votos separaron a la primera de la segunda opción. La media de diferencia entre ganador y perdedor antes de este año fue de 371 votos, lo que demuestra los intereses en pugna. De hecho, la clave del éxito de la planilla ganadora fue el comportamiento de los votantes, La planilla perdedora ganó consistentemente en la mayoría de los lugares del país, con excepción de las 13 mesas de la Ciudad Capital, Quetzaltenango, San Marcos, Huehuetenango, Sololá, Sacatepéquez y Totonicapán.
Un factor adicional fue la capacidad de convencer a los egresados de otras profesiones, quienes contribuyeron al triunfo. Lla mesa uno, de profesiones afines, registró una diferencia de 154 votos a favor de Gámez (411 contra 257), lo cual, finalmente, fue decisivo para ganar la Junta Directiva. La afluencia de votantes entre primera y segunda vuelta también influyó, la teoría indica que, cuando un elector se enfrenta a una segunda vuelta, existe una natural tendencia a desmovilizarse, ya que ha perdido la primera opción con la que se identificaba, por lo que puede decidir abstenerse de votar. Esto, de hecho, fue lo que ocurrió en el 2017 y 2021, cuando el 42 y 32 % de los electores decidieron abstenerse en segunda vuelta, mientras que solamente el 8% se desmovilizó en el 2025.
Por último, un factor que estuvo a punto de inclinar la balanza a favor de la planilla cuatro para Junta Directiva fue la capacidad de atraer votantes del resto de planillas. Entre primera y segunda vuelta, la planilla perdedora aumentó en un 140 % su caudal electoral, mientras que la planilla diez, la ganadora, apenas aumentó un 73 %, lo que significa que el resto de las planillas se inclinó a razón de dos a uno por la planilla perdedora. Sorprendentemente, el voto cruzado también favoreció a Patricia Gámez, ya que su agrupación se impuso en la votación de Junta Directiva, pero perdió en las otras dos elecciones.
La votación atípica del Colegio de Abogados demuestra que hubo un sector inconforme de profesionales del derecho y profesiones afines que, contra todo pronóstico, impulsaron una opción diferente para dirigir su agrupación gremial. Queda por determinar cuál será el impacto futuro de este triunfo en la elección de instancias judiciales, un aspecto aún incierto.
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