Mujeres de lucha, dignidad y vida

En Guatemala, esas convocatorias nacen también de la memoria de las luchas de las mujeres a lo largo de la historia. Desde la resistencia a la invasión y el colonialismo, hasta la procura de justicia por las graves violaciones a derechos humanos.

En la memoria colectiva están gravadas las imágenes de las mujeres ixiles en demanda de justicia por genocidio. Mujeres de las tres vertientes del ixil atestiguaron ante la corte por las violaciones a derechos humanos que enfrentaron durante el Conflicto Armado Interno (CAI), por el terrorismo de Estado. Les siguieron las abuelas de Sepur Zarco, quienes levantaron sus rostros con dignidad para señalar a los responsables de la violencia y esclavitud laboral y sexual que vivieron, también durante el CAI.

Las hermanas Molina Theissen y su madre, Emma Theissen Álvarez, escribieron otra página de dignidad en la historia de las luchas de las mujeres. Ellas han mantenido el dedo en la llaga reclamando justicia por Emma y Marco Antonio Molina Theissen. Continúan en demanda de que los restos de Marco Antonio sean devueltos a su familia.

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Hace unos días, Paulina Ixpatá Alvarado, como en 2018 lo hizo Emma Molina Theissen, plantó cara a sus victimarios. Al igual que Emma, Paulina les devolvió de frente la culpa y la vergüenza y les señaló por haberla violentado, junto a sus hermanos achi’, también durante el CAI. Como ellas, las mujeres del Grupo de Apoyo Mutuo (GAM) y las de la Asociación de Familiares de Detenidos Desaparecidos de Guatemala (Famdegua), al igual que Marylena Bustamante Ortiz, son ejemplo digno de lucha en Guatemala.

Cómo olvidar a Helen Mack Chang, cuya lucha por justicia para su hermana Myrna, iluminó el camino hacia la reforma del sistema de justicia. O, a doña Adelina Caal, Mamá Maquín, lideresa q’eqchi’ que luchó por el acceso de su pueblo a la tierra, para una vida digna.

Mujeres profesionales de la medicina, la justicia, las ciencias exactas y sociales, la docencia, la administración pública y el servicio social, cuyo trabajo contribuye a la construcción de un mundo sin exclusiones. Mujeres periodistas, cuya labor enciende la luz sobre los oscuros escenarios de la desinformación. Mujeres niñas que, con el redoblar de tambores en la Batucada de las Niñas de la Asociación Coincidir, mantienen vivo el sonido de la dignidad.

Mujeres que, desde los territorios, las redes o las organizaciones, defienden el derecho a defender los derechos. Mujeres que desde el sistema de justicia fueron forzadas al exilio o están criminalizadas por luchar contra la impunidad y la corrupción. Claudia Paz y Paz, Thelma Aldana, Virginia Laparra, Ericka Aifán, Gloria Porras, Flor de María Gálvez, Claudia González. Mujeres en lucha por la vida digna, que merecen un abrazo de gratitud.

Y en este mural de la memoria, no puedo dejar de lado a las ancestras en mi familia. A ellas debo el ejemplo de trabajo, dignidad y lucha inclaudicable. Para ellas y para mis hermanas de las familias biológica, social, laboral y política, este ocho de marzo, un clavel de agradecimiento y un renovado compromiso por la vida.