No te quedes con esta revista

Una vez al mes trasladaremos nuestros mejores reportajes a una versión impresa. Queremos que la encuentres en un comedor, que por unos minutos hagas a un lado tu teléfono, que pases las hojas mientras llega el almuerzo y veas los detalles de la diagramación. Que examines la portada… eso, sobre todo… que veas el peso de una portada… esa decisión editorial que con un titular y fotografía causa tanta incomodidad cuando expone a una figura que se creía intocable, y lo desnuda incluso dentro de la protección de su castillo.

Creímos que nunca sería necesario volver al papel, que el internet democratizaría la información. Hoy confirmamos que fue una farsa, o más bien, que montaron un negocio sobre esa farsa. Por un cambio en el algoritmo en Facebook los sitios de noticias del mundo entero reciben 80% menos visitas que en 2023. También redujeron abiertamente el contenido político en Instagram. No hicimos nada para merecer el castigo, fueron ellos, con una decisión unilateral restringieron el periodismo de calidad.

Queremos que nos encuentren casualmente ―la casualidad es el mayor quiebre del algoritmo― en los comedores de Mazatenango, en una cafetería de Guastatoya, a un hotel en Cobán, en librerías de Quetzaltenango. Si eres propietario o propietaria de un negocio con estas características, escríbenos.

Por otro lado, esta decisión tan ambiciosa implica un sacrificio: No podremos enviar una copia a cada lector y lectora que nos ha acompañado en estos 13 años de trayectoria. Nos encantaría que nos presumas en tu sala, estudio o consultorio, lamentablemente muy pocos ejemplares se quedarán en la ciudad capital, la mayoría los enviaremos a los departamentos. Deseamos llegar a zonas hambrientas de formación política de calidad, pero restringidas por las desigualdades de este país y la hiperconcentración de información.

Por esos queremos pedirte ese favor. Si esta revista llega a tus manos y ya nos conoces, compártela. O si de verdad quieres conservar una copia, procura que la lean al menos siete personas que no nos conocen. Préstala «con v de vuelta» si quieres, emplastícala para que dure, pero hazla circular. Provoca debates con esta revista, escucha a la gente, conversa, vuelve a escucharlas, habla de política, de religión, de las injusticias, de cómo podemos hacer una mejor sociedad, y vuelve a escucharlas. Porque estas hojas impresas son la excusa para tener conversaciones reales que provoquen empatía entre quienes no necesariamente pensamos igual. De eso se trata la democracia.

Gracias por dedicar tu tiempo para leernos, solo te pedimos un favor: No te quedes con esta revista.