Periodismo a fuego lento pero con prisa

La pregunta llegó mientras comía pizza con periodistas de esta redacción y masticaba los mensajes publicados por opositores al seguro obligatorio. «qué está pasando» se leía en la notificación de mi celular. 

Lo escribió así, sin signos de interrogación porque era evidente que se trataba de una duda, y porque en esta época de urgencia está de más abrir y cerrar una pregunta.

Habría podido elaborar un argumento Frankestein con los puntos de vista de mis colegas, todos encerrados en la redacción evitando entrar al tráfico; o vaciar en esa caja de texto una serie de especulaciones tan amplias que por accidente alguna coincidirá con la verdad. «Te respondo mañana», escribí.

La prudencia es un valor poco atractivo para la inmediatez, no satisface a la urgencia de nombrar a los responsables en los siguientes cinco minutos después de ocurrida la tragedia. Hacerlo de inmediato es imposible, por no decir irresponsable. Por eso el periodismo que hacemos se cocina a fuego lento, con prisa, pero con precisión.

Asumimos con responsabilidad la confianza que la audiencia deposita en nosotros, tanto la valoramos que todos los días nos dedicamos a acercarnos lo más posible a la verdad —sabiendo que nadie tiene la verdad absoluta—. 

Esa confianza también nos obliga a crear productos que se adapten a diferentes audiencias, a distintos momentos. 

Por eso creamos un ecosistema de formatos con personalidad propia.

En Instagram y Facebook encontrarán secuencias de imágenes con información de actualidad, pero con criterio y contraste; en YouTube publicamos cortometrajes de 

nuestros reportajes con calidad de cine; el newsletter «Radar Político» llega al correo cada martes como un GPS que rastrea a los actores políticos de esa semana; los canales de Whatsapp y Telegram están diseñados para quien tuvo una semana desbordada y necesita una actualización global los viernes; en el sitio web publicamos los reportajes de profundidad que nos caracterizaron durante estos 14 años; y finalmente, esta revista creada para que poder informarse sin la lluvia de notificaciones que aturden la atención.

Frente al caos nuestra tarea será alimentar este ecosistema diseñado para responder la eterna pregunta: «qué está pasando», siempre a fuego lento para que no pierdas la esperanza.