A Siero le acompaña, como secretaria, doña Edilma Navarijo, exalcadesa de Ocós. Al fraccionarse este y constituirse La Blanca, a merced de la balcanización municipal, se coló como alcaldesa actual, colocando a su hija Vivian Preciado como diputada reelecta. Inicialmente presentada en sociedad por el extinto partido de Mario Estrada, extraditado a Estados Unidos y purgando prisión en el norte.
La reelección de Sebas en la acomodada y afluente Santa Catarina Pinula era de esperarse, debido al decaimiento del poder del otro gran cacique de tal localidad como lo fue Tono Coro. Se trata de un joven alcalde, graduado de Ingeniero Civil en la Universidad del Valle, con estudios estratégicos vinculados a temas militares y, además, exfuncionario de Empagua en Tu Muni. Es decir, una pieza en ascenso del unionismo que estaría deteniendo la peña del derrumbe total de tal partido político.
La pasarela que se observa en la foto, construida por Siero, bien podría ser el símbolo de la improvisación de los proyectos edilicios. Se trata, posiblemente, de la más onerosa del país, si ello se mide por su utilidad en el tránsito diario de personas. Es más que todo un complejo anaquel que permite colgar las conocidas pancartas publicitarias con las que se ha privatizado el espacio urbano metropolitano de estos tiempos neoliberales.
La misma está mal situada, pero edificada en uno de los puntos de confluencia de obreros y de trabajadoras conurbadas más importante de la ciudad. A partir de las cuatro de la tarde, en cualquier día hábil, la movilidad peatonal desde los altos Vista Hermosa hasta la dizque estación de transporte extraurbano –con espacio de espera riesgoso y estrecho para la gente– es abundante. La mayoría de personas que espera buses obsoletos rumbo a San José Pinula, Barberena e incluso a Cuilapa, lo hace en situaciones inseguras e incómodas. Pero nadie utiliza la pasarela, ni siquiera a las horas pico. Es una desértica estructura ferrosa en plena Carretera a El Salvador.
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Mientras tanto, en La Blanca, junto a los municipios que conforman el asentamiento Caballo Blanco y la bifurcación de los departamentos de Retalhuleu, el suroccidente de Quetzaltenango y San Marcos (llamada trifinio por los lugareños), las necesidades más apremiantes son de vivienda, higiene y agua entubada, como se muestra en la foto de la derecha, tomada por este escribiente. Las adversidades ante la desnutrición de niños y niñas, las inundaciones del invierno y las condiciones laborales en las grandes fincas bananeras de la zona, son de amenazante efervescencia social. Allí, hasta la letrinización y la letrinocracia remota son deficientes. Basta con ver las deficiencias ingenieriles de una aldea de ese litoral, de nombre Chiquirines, para observar el dudoso legado de la idealizada Fonapaz.
No parece haber sido muy complicado aglutinar a los alcaldes alrededor de los ofrecimientos fiscales del gobierno central, gracias a reuniones previas hábilmente planificadas y ejecutadas con la ayuda de Rocael Cardona, viejo zorro de la política municipal desde los tiempos de Alfonso Portillo, edificador de los apoyos fiscales al municipalismo y hoy fungiendo como asesor presidencial de estos entuertos.
Al nomás haber sido investido con el triunfo, Sebas Siero-Dagenhart formuló la promesa del 2024, luego de incontables conquistas de los alcaldes sobre los gobiernos centrales de las últimas décadas: facilitar el amasado de dinero, sin que se vaya al fondo común, derivado de la lentitud de ejecución de la miríada de proyectos de arrastre que se maduran sin siquiera un estudio de prefactibilidad de peso. Se trata de los famosos proyectos hormiga, muchas veces analizados por este escribiente y alimentados mediante laxitudes del aporte constitucional como el IVA-PAZ y otras dádivas por el estilo.
Sebas y Edilma bien reflejan las dos realidades de hoy: el desorden urbano metropolitano y la afluencia de Santa Catarina Pinula y la Guatemala profunda de fincas bananeras, palmeras y territorios costeros del pacífico, hoy asediados por los carteles mexicanos y en donde la pobreza está a la orden del día. Ya veremos su desenlace.
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