«Buscar el bien y hacerlo bien» (consejo rectoral) ha implicado discernir, escrutar los signos de los tiempos, analizar en dónde se puede trabajar por el bienestar de la persona y la sociedad, y estas acciones responden también al quehacer de cada facultad y cada unidad académica del Sistema Universitario Landivariano en esta porción de la viña del Señor que se llama Verapaz. Porción que se ha agrandado desde 1992 porque ahora tenemos alumnos que provienen de todos los departamentos de Guatemala. Asimismo, de Haití, Belice, Honduras, El Salvador y Nicaragua.
Así las cosas y habiendo constatado que tenemos las capacidades humanas y tecnológicas, proactividad con autonomía funcional y que estamos imbuidos en el compromiso para mejorar la calidad de vida de los más necesitados en orden a las Preferencias Apostólicas Universales que son: mostrar el camino hacia Dios, acompañar a los jóvenes en el camino, acompañar y velar por las personas excluidas (yo agrego las más excluidas entre las excluidas), y cuidar de la Casa Común, el Centro Landivariano Integral de Proyección «Profesora Matilde Col Choc», comienza este año con cuatro componentes de servicio que se irán ampliando en orden a los proyectos que cada facultad pondrá a las órdenes de quienes necesiten de su apoyo.
Iniciaremos con: atención primaria en salud y medicina general, atención en salud psico-emocional, atención y asesoría jurídica y atención en formación comunitaria.
[frasepzp1]
Iremos más allá. Tal y como reza el boletín que se ha enviado a los medios de comunicación: «El Centro Landivariano Integral de Proyección (CIP) Profa. Matilde Col Choc, busca facilitar la atención integral a las personas con el apoyo de un equipo interdisciplinario de profesionales de las Facultades de Ciencias de la Salud, Humanidades, Ciencias Económicas, Ciencias Agrícolas y Ciencias Jurídicas y Sociales».
Nuestros horizontes son las Preferencias Apostólicas que han alimentado nuestra imaginación y han despertado nuestros deseos para unirnos en la misión que marque un punto de inflexión en orden al Evangelio. No queremos ser tanto afectivos, que hay que serlo, sino muy efectivos, que es necesario serlo.
No estamos en competencia con nadie. En vía contraria, estamos, como siempre lo hemos hecho, vinculados al quehacer gubernamental, municipal, local y en ese orden trabajaremos de la mano en apoyo a lo que puedan precisar de nosotros, por ejemplo, las autoridades de salud. Hemos insistido en que no queremos ser la mejor universidad de Guatemala sino la mejor universidad para Guatemala, como todas las universidades jesuitas son las mejores para el mundo.
Hacer el bien y hacerlo bien implica una ruta desde la legalidad hasta la moral pasando por la ética y el buen servicio. No podíamos ni podemos entonces iniciar estas actividades sin tener las licencias correspondientes que el Estado exige. Por ello, me complace compartir que la semana pasada obtuvimos la licencia ambiental que nos permite funcionar en algunas categorías y nos permite robustecer el expediente (que ya está iniciado) para tener la licencia sanitaria que respaldará el trabajo de la clínica. Solo entonces funcionará dicho consultorio. Esperamos que sea a finales del próximo mes de junio. Los demás servicios ya se están prestando.
Siempre decimos al final de nuestras intervenciones: todo, a mayor gloria de Dios. Pero, ¿qué es la gloria de Dios? De acuerdo a san Ireneo, un obispo del siglo II: «La gloria de Dios consiste en que el hombre viva y la vida del hombre consiste en la visión de Dios». Además, nuestro Rector nos recordó que San Romero de América había añadido a la frase de san Ireneo: «La vida de Dios es que el pobre viva».
Diecinueve centurias después de la proclamación de san Ireneo, la Conferencia Episcopal de Guatemala publicó, el 20 de abril de 2007, una de sus mejores cartas pastorales llamada: La vida de Dios es la gloria del hombre. En su párrafo/numeral dos, dicen los obispos: «La cultura de la muerte en la que estamos hundidos los guatemaltecos, desde hace ya mucho tiempo, es una forma pecaminosa de negarle a Dios la gloria que Él merece. Nos sentimos por eso urgidos a invitar a nuestros fieles católicos y a todas las personas de buena voluntad a una reflexión profunda sobre el valor de la vida humana y así enfrentar unidos uno de los desafíos más graves del siglo XXI».
Nuestro Centro Landivariano Integral de Proyección es, justamente, una manera de enfrentar la cultura de la muerte.
Hasta la próxima semana si Dios nos lo permite.
Más de este autor