Un hito no siempre es bueno. Por ejemplo, el presente siglo trajo el hito de que un mismo núcleo familiar tuviera a unos integrantes padeciendo desnutrición y a otros obesidad. Eso no acontecía antes. Ambas situaciones son reflejo de un mismo problema (malnutrición) causado por alimentación insuficiente combinada con pésima calidad alimenticia.
Esta es una cadena de eventos alineados en una larga secuencia causa-efecto. Por ejemplo, si los proveedores de una familia carecen de educación suficiente o de oportunidades para tener un crítico nivel de ingresos, caerán en el desempleo, en el subempleo y en empleos mal remunerados. Con escasos ingresos deben priorizar sus gastos, y muchas veces la cuenta de ajuste es la alimentación. Esta familia comprará alimentos baratos con el fin de saciar el hambre y olvidará la calidad nutricional que necesita. Su dieta estará basada en carbohidratos (harinas, azúcares) y grasas (de mala calidad). Estarán ausentes los nutrientes (vitaminas, proteínas, micronutrientes, etcétera) que se necesitan para el buen funcionamiento del cuerpo (la definición de la seguridad alimentaria llama a esto «una vida sana y activa»).
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Estas largas cadenas son difíciles de imaginar y enciclopédicas para ilustrar. Algunas incluyen la provisión de insumos para la producción de alimentos, la calidad de la tierra para cultivos, la interacción con el medio ambiente (que considera calidad y disponibilidad de agua, fenómenos climáticos, asuntos biológicos como plagas y enfermedades…), el financiamiento para la producción, las cadenas de comercialización, la situación de los mercados, incentivos y barreras a la producción y al comercio, el crecimiento de la población (y, cada vez más importante, la proporción entre población urbana y rural), el procesamiento agroindustrial de los alimentos (donde se agregan sustancias cancerígenas o causantes de enfermedades), las contribuciones de la academia y la investigación científica para desarrollar mejores alimentos, la especulación financiera, que manipula los precios hasta de alimentos que todavía no se han producido, y muchas otras cosas que están influenciadas por los marcos de políticas vigentes. A todo eso, que de lejos parece un espagueti incomprensible que se extiende en todas direcciones, se le llama sistemas alimentarios.
Infografía 1 de los sistemas alimentarios
¿Es difícil entender la infografía anterior? Hagamos otro intento:
Infografía 2 de los sistemas alimentarios
Información tomada de aquí.
Como puede apreciarse, hay muchos elementos que considerar para afinar los sistemas alimentarios. Y las cosas se ponen mucho más difíciles cuando agregamos que deben ser sostenibles.
En un afán por alcanzar ese objetivo, en septiembre de este año se realizó la Cumbre Mundial de las Naciones Unidas sobre Sistemas Alimentarios. Esta convocó a destacados científicos, líderes comunitarios, oenegés, jefes de Estado y de gobierno y agencias de Naciones Unidas que trabajan en la seguridad alimentaria.
A juicio de algunos participantes, la cumbre fue un evento que no dejó nada concreto a pesar de los cientos de reuniones preparatorias y los millares de participantes en ellas alrededor del mundo. Cero compromisos, cero propuestas de medición de cambios urgentes y cero voluntades para vigilar y controlar a las fuerzas globales que distorsionan los sistemas alimentarios.
A un mes del acontecimiento, no se sabe nada de lo propuesto por Guatemala a pesar de su aparente representación de alto nivel (el presidente, el ministro de Agricultura y el canciller). Eso sí, en su discurso, Alejandro Giammattei dijo: «Como resultado de los diálogos nacionales, armonizamos una hoja interinstitucional con metas y acciones a corto y largo plazo, alineada con nuestro Plan Nacional de Desarrollo y con la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. Esto se suma a las intervenciones en el marco de la Gran Cruzada Nacional por la Nutrición».
¿Usted le cree? Bajo el actual gobierno, que sigue la senda trazada por el anterior, los indicadores y la situación de la seguridad alimentaria y nutricional de la población más vulnerable solo generan desconsuelo profundo. El presupuesto asignado se ha reducido trágicamente y la enemistad entre el presidente y su comandante de la Gran Cruzada Nacional por la Nutrición (el vicepresidente) hace imposible el actuar coordinado del Ejecutivo. Bicentenaria guatefarsa.
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